Capítulo 8

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Edward se lanza encima del chico que me estaba acosando y empieza a pegarle a puñetazo limpio. ¿Qué les pasa a estos chicos? ¿No saben hablar las cosas? ¿Es preciso pegarse? Chicos... ¿qué digo? Si yo soy la persona que menos habla y más actúa a base de golpes...

Al chico que está debajo de Edward ya empieza a sangrarle el labio y la nariz, así que decido actuar y me agacho hasta la altura de Edward poniendo una mano en su brazo y parando el siguiente impacto que iba derecho a su ojo. Edward gira su cara hacia mí y noto la rabia en sus ojos y la furia en su respiración acelerada. Pero intento tranquilizarlo acariciando su brazo.

-Ya basta, Edward, por favor -Suplico para que deje en paz al chico, aunque no lo merezca.

Edward se lo piensa más de dos veces, pero al fin cede y se levanta del suelo. Me coge del brazo y salimos de entre la multitud que nos estaba rodeando y observando. ¿Qué le pasa a la gente con estar siempre en todas las peleas? A mí también me gusta, pero participando. O peleo yo o me largo, así de fácil.

-¿Qué pasa contigo? -Las copas que me he hecho hace nada han desaparecido instantáneamente de mi cuerpo. Edward camina de un lado a otro alterado y pasándose las manos por el pelo.

-¿Perdona? Ese cerdo te estaba manoseando entera.

-Podía arreglármelas sola, ¿vale? -Me defiendo. La verdad es que, si hubiese llegado él tan solo 2 minutos tarde, el chico estaría ahora mismo en el hospital.

-Sí, claro, ya lo veía... -Se burla. ¿Cómo se atreve? Ahora la que quiere empezar una pelea soy yo, y no con el chico de antes...

-Eres... eres... -Estoy tan furiosa que no sé ni que decirle.

-¿Qué? ¿Qué soy?

-Eres un idiota arrogante que se merece quedarse sin descendencia de una patada. ¿He sido suficientemente clara y precisa? Porque eso espero...

-Sí, has sido MUY clara y precisa, princesa - ¿En serio se atreve a seguir burlándose de mí? Será capullo...

Nos miramos fijamente mientras yo pienso en algo inteligente que decirle, pero me pierdo en sus ojos azules y me desconcentro. ¡Dios! ¿Por qué tiene que tener esos ojazos? Eso es totalmente injusto, es como hacer trampas. Me entran ganas de cogerlo de su sedoso pelo negro y estamparlo contra la pared, y no de forma sexual, pervertidos. Sino de forma agresiva para darle su merecido. Por suerte para él, alguien nos interrumpe.

-¡Bethany! ¡Hola! -Aparece al lado de Edward, Madeline. Va muy sexy con un vestido ceñido rojo y el pelo recogido en una coleta. Odio las coletas a pesar de usarlas para entrenar, pero a ella le queda tan bien...

-Hola -Sonrío alegre de volver a verla. No me cae nadie bien a primera vista realmente. Bueno, ni a primera vista, ni a segunda. Pero con ella es diferente. A pesar de su constante alegría, la veo mucho como yo. Segura de sí misma y con carácter.

-¿Te estaba molestando el idiota de mi amigo? -¿Veis? Es una chica adorable. Me encanta.

-Su sola presencia me molesta, así que sí. -Ambas nos reímos y Edward parece indignado.

-¿Perdona? Estás diciendo que... em... ¿Edi te molesta? -Entonces me doy cuenta de que no estaba hablando solo con Edward y Madeline, sino que también había delante una despampanante pelinegra que, por cierto, me mira con cara de desprecio.

-¿Le has llamado Edi? ¿Y te has parado a pensar su nombre? ¿En serio? -Me río- Tía, espero que no te lo tomes a mal, pero eres bastante patética.

Vaya, hoy tengo medicina para todo el mundo. Si esa supiera las ganas que tengo de estamparle la cabeza contra el suelo, se callaría...

-Pauline, cállate -Madeline rueda los ojos con fastidio- ¿No ves que estamos bromeando?

A Punta De PistolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora