-¡Tu padre me ha puesto como nueva infiltrada y tú volverás a Toulouse!
¿Qué? Decidme que estoy soñando por favor. Esto no puede ser verdad. ¡No puede! Tengo que llamar rápidamente a mi padre y convencerlo, o matarlo y heredar la organización. Vale, esa no es una opción.
Pero primero tengo que enfrentarme a ella. A la estúpida sanguijuela que está intentando estropearme los planes y fastidiarme, como siempre.
Lo que no entiendo es como puede ser mi padre tan imbécil. Quiero decir, ¿Por qué le hace caso a esa y no a su propia hija? ¿Y cómo ha podido tragarse todo lo que Leslie le ha dicho sobre mí?
¡Soy su única hija! Y él solo me está perdiendo cada día un poco más. Nunca me ha sabido apreciar y siempre me ha apartado de su lado como si fuese una mierda.
-Lisbe, ¿Sigues ahí?
-¿Qué le has dicho a mi padre?
-Nada, me ha llamado él y...
-¿Qué le has dicho a mi padre? -Mi tono de voz empieza a subir- ¡Responde!
Noto como, a mis espaldas, Edward me sujeta fuerte de la cintura y hace constantes movimientos con sus dedos para tranquilizarme. El problema es que no hay nadie en estos momentos que pueda tranquilizarme.
-No pagues conmigo el no ser suficiente buena y que decidan cambiarte de misión -Se ríe la muy estúpida.
-Cuando te vea estás muerta. ¿Me oyes? ¡Muerta!
Cuelgo el teléfono y lo lanzo con rabia contra el sofá. Me separo de Edward y, enfurecida, le doy patadas múltiples al sofá.
Necesito pelear con alguien. Necesito alguien contra quien descargar toda mi ira y hacerle pagar, aunque sea inocente, por las maldades de Leslie, porque sé que a ella no puedo lastimarla realmente.
Sus padres me denunciarían y harían que terminase en la cárcel o muerta. Y soy muy joven para eso.
No me extrañaría que sus padres tuviesen algo que ver con todo esto. Después de todo ellos tienen mucha influencia en la organización. No tanta como mi padre, pero sí suficiente como para chantajearlo y conseguir lo que quieren: Que la estúpida de su hija llegue a superior sin mover ni un solo dedo.
Edward me sujeta los brazos y me hace girar cara a él.
-Cálmate. No lo pagues con el pobre sofá -Intenta bromear. Si él supiera...
No lo puedo evitar y lo abrazo. Lo rodeo con los brazos y me sujeto fuerte de su espalda apretándome tanto como puedo a él. Ed no se lo piensa ni un segundo y me devuelve el abrazo.
Permanecemos así, abrazados, hasta que pasan unos minutos y me separo a regañadientes de su lado. Pero no le suelto, sino que me aferro a su camisa, y él me sujeta la cara con ambas manos.
-¿Qué ha pasado? -Pone sus manos en mis mejillas y me mira fijamente.
-Una... prima mía y yo -Improviso- Siempre nos hemos odiado mucho e intentamos fastidiarnos una a la otra. Pero esta vez me ha fastidiado a lo grande.
Cierro los ojos con fuerza y recuesta un poco la cabeza contra su mano izquierda.
-¿Qué te ha hecho? -Noto como se tensa.
-Ella ha convencido a mi padre de que me saque de la universidad y vuelva a Nueva York. No sé qué problema tiene mi padre pero siempre cree antes todo lo que mi prima le dice que lo que le digo yo-Suspiro frustrada.
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A Punta De Pistola
ActionLa SAO es una organización de espías que intenta proteger a todo el mundo. El presidente de la SAO manda a Lisbe Barnes a una misión encubierta en la universidad de California, los Ángeles, donde deberá encargarse de la protección del rector Johnson...