-Vaya, es asombroso el parecido con tu madre... Eres igualita a ella cuando tenía tu edad -¿Cómo se atreve a mencionar a la mujer que mató?
-Oh, por cierto, hablando de mi madre -Y antes de que este pueda reaccionar ya ha actuado mi puño por su cuenta impactando contra su nariz y tumbándolo al suelo.
-Mierda -Susurra mi padre por lo bajo y me coge del brazo- ¿Cómo se te ocurre? Estás rodeada de agentes especiales.
-Sí, papá, agentes especiales que desean su muerte tanto como yo -Le susurro en respuesta también.
Oigo la risa del señor Powell delante de mis narices y miro hacia abajo. Se está levantando con sangre saliendo de su nariz. Observo que Ian ni siquiera se ha movido de su sitio para ayudar a su padre. ¿Se puede saber de qué se ríe este impresentable?
-Tienes el mismo carácter feroz que tenía ella -Se vuelve a reír- Veo que sigues su camino.
-¡No vuelvas a mencionar a mi madre, hijo de perra! -Saco mi cuchillo favorito de mi cinturón e intento atacarle, pero alguien me detiene aguantándome de ambos brazos. Giro mi cabeza, furiosa con quien haya impedido que mate a este desgraciado, pero es Kat y relajo mi mirada.
-Basta, Lisbe -Intenta contenerme mi amiga- Aquí no, por favor.
Me libero del brazo con el que me sujeta mi amiga y salgo cabreada de allí sin decirle nada a nadie y ante la mirada atónita de todo el mundo que se había parado a observar nuestra conversación. ¿Qué hacían aquí Ian y el imbécil de su padre con algunos agentes de la AAS? Creía que esto era una simple reunión de presidentes de las compañías, sino nunca habría venido. Será posible...
No sé hacia dónde ir, así que me meto en una sala vacía con sofás y una mesa enorme al medio. Me dejo caer en uno de los sofás y me aguanto la cabeza con las manos. Menuda mierda de día.
Oigo la puerta, pero no me molesto en levantar la cabeza.
-Mira, superior Alfred, no necesito tu charla ahora. Lo siento, no lo volveré a hacer.
-Lo siento, pero no puedo creerte -Esa voz no es del superior...
Levanto la cabeza rápidamente y veo a Ian apoyado en una parte de la mesa con los brazos cruzados y con su típica sonrisa arrogante.
-Así que... no lo volverás a hacer, ¿eh? -Pregunta mientras coge un cigarro de su bolsillo y lo enciende despreocupadamente.
-¿Qué estás haciendo aquí? Largo. -Me levanto para enfrentarlo si hace falta.
-Me iría si de verdad lo desearas, pero puedo ver en tu mirada que no es así. De modo que... no me voy a ir.
-Te lo digo enserio, Ian. Sal de aquí o...
-¿O qué?
-O te saco a patadas, chulo de playa.
Ian se ríe relajadamente y deja el cigarro en el cenicero más cerca. Da un paso adelante y yo uno hacia atrás, y así hasta que yo tropiezo con el sofá y estoy a punto de caer, pero Ian me coge a tiempo y me acerca tanto como puede a él.
-¿Qué haces? Podría entrar alguien y pensar algo que no es -Intento separarme de él, pero me es totalmente imposible.
-¿Estás segura de que pensarán algo que no es? Porque yo creo que sus pensamientos irán por buen camino...
-Ian... ¡Suéltame! -Digo mirando hacia otro lado para no perderme en sus ojos y cambiar de opinión.
-Si me dices eso mirándome a los ojos, te haré caso.
ESTÁS LEYENDO
A Punta De Pistola
ActionLa SAO es una organización de espías que intenta proteger a todo el mundo. El presidente de la SAO manda a Lisbe Barnes a una misión encubierta en la universidad de California, los Ángeles, donde deberá encargarse de la protección del rector Johnson...