No puede ser...
¿Pauline una agente de la AAS? Pero si es una presumida que no sabe hacer otra cosa que estar delante del espejo o tirarse a alguien. Aunque claro, eso no quita la posibilidad de que sea alguien de la AAS...
Por teléfono ha dicho que tenía engañado a los otros. Eso quiere decir que no es quien dice ser y que los demás no pertenecen a la AAS, ¿no? No tenéis ni idea del alivio que siento al pensar esto. Si Ed fuese de la organización enemiga... no sabría qué hacer, y si mi padre se enterase me encerraría de por vida y no me dejaría salir a más misiones. Se terminaría mi vida de espía y sería una desgraciada. Por suerte, Ed no es un agente enemigo.
Suspiro, aliviada, pero... ¿Qué hago ahora? Estoy en la misma casa que una espía de la AAS, pero no puedo hacer nada, porque no me importaría descubrirme delante de la lagarta, pero no puedo hacerlo delante de Ed y sus amigos. Probablemente huirían de mí y no seguiría con Edward, y no puedo permitir eso.
Dejo caer mi cabeza contra la pared con indecisión, pero el golpe se oye más de lo esperado. Mierda.
-¿Hay alguien ahí? -Oigo los pasos de Pauline que se acercan a la puerta.
Con un rápido movimiento abro la puerta de Madeline y me meto en su habitación. Si me hubiesen hecho eso a mí seguramente le habría gritado y le habría dicho de todo por no llamar antes de entrar o por entrar abruptamente, pero no tenía más opciones en realidad.
-Beth, ¿Qué pasa? -Me giro hacia ella y suspiro.
-Lo siento, es que me he dejado el móvil en tu mesita -Me acerco y lo cojo.
-¿Y por qué tenías tanta prisa? Has entrado acelerada...
-Porque... Ed me está esperando. Y ya sabes, es un impaciente -Intento inventarme algo creíble.
-Oh, te entiendo -Se ríe.
-Buenas noches -Me despido con una sonrisa y salgo de su habitación.
Entro a la habitación de Ed y mis ojos se salen de su lugar cuando lo veo acostado en la cama sin camisa, con solo unos calzoncillos. Me temo que este no se ha dado cuenta de la reacción que acaba de provocar en mí, porque está más pendiente de mirar su móvil que de nada. Pero cuando oye cerrarse la puerta levanta la cabeza y me sonríe. Le enseño mi móvil y le sonrío de vuelta.
-¿Piensas estar ahí todo el día? Mi cama te está esperando... -¿Se da cuenta de lo mal que suena eso? Dios...
Me acerco a la parte derecha de la cama y me meto dentro de las calentitas sábanas, a su lado. La verdad es que estoy un poco incómoda, ya que nunca había dormido en la misma cama que un chico, ni me habían visto nunca con tan poca ropa. ¡Solo llevo una camisa larga encima de la ropa interior!
-¿Sabes una cosa? -Me susurra al oído mientras me coge de los hombros y me acerca a él. Me aprovecho de esto y dejo caer mi cabeza en su firme pecho- Eres la primera chica que duerme conmigo en la cama.
Y, sin previo aviso como siempre, me besa profundamente. Me encanta que me bese, que me acaricie, que esté a mi lado etc. Simplemente me encanta que esté conmigo.
Le correspondo el beso y le doy paso a su lengua haciendo que empiece una guerra desenfrenada con la mía. Estoy un poco incómoda, así que me siento a horcajadas encima de Ed y así estoy más cerca de él y tenemos más acceso el uno del otro.
Ed me acerca tanto como puede a él, y yo le deshago el pelo y lo estiro hacia atrás logrando que este se queje y provoque una sonrisa en mi boca. Edward, como venganza, me muerde el labio, y por la impresión doy un salto y este se ríe en mi boca.
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A Punta De Pistola
ActionLa SAO es una organización de espías que intenta proteger a todo el mundo. El presidente de la SAO manda a Lisbe Barnes a una misión encubierta en la universidad de California, los Ángeles, donde deberá encargarse de la protección del rector Johnson...