Capítulo 18

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Creo que me falta la respiración. Desearía que pasara cualquier cosa, excepto esto. Parece ser que el mundo me odia y se empeña en hacerme la vida imposible constantemente.

-Bueno, si me conoces, sería justo que me mostrases tu identidad -Edward, o como sea que se llame en realidad, tiene pinta de estar mosqueado porque le han salido mal los planes.

No lo dudo ni un segundo antes de quitarme las gafas AS y mostrarle mi rostro.

Ed está asimilando lo que ve, lo veo en sus ojos, está sorprendido, y mucho. Está claro que no se esperaba una sorpresa como esta. Dios mío, ¿Cómo he podido estar tan ciega? No me lo podré perdonar nunca...

-Bethany...

-No, Lisbe -Lo corrijo ahora que ya sabemos "la verdad" el uno del otro.

-¿Qué es esto? ¿Es una broma pesada? Porque no tiene ninguna gracia.

Me escuecen los ojos e intento disimularlo mirando hacia otro lado. Necesito salir de aquí y tomar un poco de aire fresco, pero primero debemos dejar las cosas claras.

-Oh, créeme cuando te digo que gracia tiene poca. -Lo miro ahora a los ojos- No me lo puedo creer. Me has estado mintiendo todo este tiempo...

-¿Mintiendo? ¿Yo? ¿Y tú qué? ¿Ahora resulta que eres una santa? -Su voz se eleva con cada palabra nueva, pero no me molesto en responderle, porque sé que tiene razón- Esta mañana has sido tú la que ha destrozado la habitación de Pauline... Por eso no has venido a clase.

-Sí, pensábamos que la única espía de la AAS era Pauline.

-¿Me estás vacilando? Somos 5, viviendo juntos, ¿Y solo creías que Pauline era la espía?

-Supongo que en mi interior todavía albergaba la esperanza de que tú no fueses uno de ellos -Me recuesto en la pared y una lágrima me traiciona rozando mi mejilla- ¿Quién eres?

-Ian –Espero en silencio a que me diga su apellido. Suspira y cierra los ojos- Ian Powell.

Juro que no estoy respirando en estos momentos. Dejo escapar un jadeo, sorprendida. Esto cada vez se pone peor, definitivamente mi vida es una mierda.

-El hijo de Geremy Powell -Susurro para mí, pero él también lo oye.

-Sí, también me suelen conocer así... -Sigue molesto, pero yo todavía no he sacado mi rabia. Hasta ahora.

-¿Cómo puedes ser tan idiota? -Me separo de la pared y lo encaro con los ojos llenos de lágrimas de impotencia- Eres el hijo de nuestro mayor enemigo, y... ¡Y tienes la cara de enamorarme y llevarme hasta tus pies! Estoy segura de que lo tenías todo planeado...

-¿Qué? ¿Cómo puedes ser tan hipócrita? Te recuerdo que tú también me has engañado a mí.

-Dios mío, he estado tan ciega... -Me paso una mano por la cara limpiándome las lágrimas, y cuando giro mi mirada hacia él veo que tiene la cabeza contra la pared.

-¿Vas a decirme tu apellido?

-No, será mejor si no lo sabes. Y también será mejor que no nos volvamos a ver... -Esas palabras suenan tan amargas en mi boca.

-Bethany...

-Lisbe -Lo vuelvo a corregir. Total, ahora que sabe mi nombre no tengo porque aguantar que me llamen con otro nombre, que para colmo no me gusta.

De repente oigo pasos corriendo a lo lejos. En segundos estarán aquí. Mi pendiente vibra y contesto a la llamada de Mark.

-Agente Barnes, entretén al agente de la AAS, estamos llegando.

A Punta De PistolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora