Capítulo 11

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Ya hace tres semanas que no veo a Edward. Des del pequeño accidente que tuvimos en la barca lo he estado evitando a toda costa. ¿Por qué? Simple, no quería distracciones y es muy peligroso para él juntarse con alguien como yo, una espía a la que intentarían hacer daño a través de sus seres queridos.

Oh, disculpad, no os he explicado qué pasó exactamente ese día.

~Flashback~

Nuestros labios están unidos, y estoy algo sorprendida, no sé cómo actuar. Por otro lado, Edward parece estar muy seguro de sí mismo y sabe qué debe hacer, aunque no sea lo correcto.

No pierde ni un segundo. Me toma de la cintura y me acerca todo lo posible a él antes de empezar a besarme apasionadamente, a lo cual no me resisto ni lo más mínimo. Siento como si un millón de mariposas revoloteasen dentro de mi barriga sin parar. Le correspondo el beso y entrelazo mis brazos alrededor de su cuello.

Me levanto un poco, ya que estamos en una situación un tanto incómoda, y me siento a horcajadas encima de él logrando que nuestros cuerpos estén más en contacto que nunca. Edward pide permiso con sus labios para que abra mi boca y le dé paso a su lengua, haciendo que nuestras lenguas empiecen un sensual juego entre ellas.

Ed da un pequeño mordisco a mi labio inferior consiguiendo que yo suelte un gemido y él un gruñido que me pone la piel de gallina.

Paso las manos por sus suaves y negros cabellos y, sonriendo, le doy un pequeño estirón haciendo que vuelva a gruñir. Nuestros labios están unidos a máximo y nuestras lenguas parece que estén totalmente fusionadas. Ya no sé ni que parte del cuerpo es mía y cual de él. Es como si estuviese en otro mundo, y se siente tan bien... Necesito más de él y no puedo parar. Es una droga.

Paramos un poco para coger aire, cosa que se me había olvidado que necesitaba para vivir.

Al separarnos entro un poco en razón y empiezo a pensar. ¿Qué estoy haciendo? Esto no está bien. Mierda.

Edward intenta volver a besarme, pero lo aparto poniendo mis manos sobre su enorme pecho y, sin mirarlo a los ojos, hablo.

-Será mejor que regresemos...

Ed me mira con intriga, pero me levanto de su regazo y me siento en la otra punta, cogiendo los remos y esperando que él también tome los suyos para volver al puerto, dejar las barcas, y así poder regresar a la residencia y aclararme las ideas.

Edward me ayuda a remar hasta llegar al puerto, y cuando bajamos me encamino hacia la moto sin dirigirle la palabra. Puede que penséis que soy bipolar, pero esto ha sido un error y no puede volver a repetirse, y el único modo con el que puedo conseguirlo es ignorándolo. Siento los pasos de Ed a mis espaldas y sé desde aquí que está confuso por mi comportamiento y debe de estar preguntándose qué demonios ha pasado.

Recogemos nuestras cosas que todavía estaban tiradas en la playa, y de camino a la moto me pongo el caso y espero a que llegue Edward y la ponga en marcha. Después me subo detrás de él y me agarro de la parte trasera de la moto hasta llegar a la residencia en un total silencio.

Cuando llegamos me bajo y le entrego el caso antes de girar para ir dentro, pero Ed me detiene cogiéndome del brazo.

-¿Qué pasa? -Pregunta este desconcertado- Toda iba bien hasta que...

-Mira, esto ha sido un error, ¿vale? -Lo interrumpo- No debe volver a pasar.

-¿Qué? -Se le hinchan las fosas nasales, cabreado- ¿Me estás jodiendo?

A Punta De PistolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora