10. Disculpas

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<<Ryan>>

Cuando esa música empezó a sonar quería salir corriendo del lugar y destrozarlo todo, primero cada recuerdo oculto regreso a mi mente con solo esa canción, recordé el día que mi padre la grabo, era la letra que representaba a mi familia, nos identificábamos con ella aunque no éramos los autores, yo la edite y papa la canto quería pertenecer a una banda cuando creciera, como lo hizo mi padre, él era el guitarrista principal de Sox Music y me enseño todo lo que sabía de los instrumentos, yo quería imitarlo mis pasiones eran la música y el futbol pero luego del accidente deje la música, escape de ella, seguí con el futbol porque no me recordaba tanto a mi familia, pero la música era la reseña viva de mi familia.

Ya no podía continuar quería salir de ahí... no podía más. Iba a mirar a Spike para decirle que me iría porque sabía que el entendería la razón pero me encontré con los ojos de Anto llenos de lágrimas y de un momento a otro se levantó y salió corriendo del Bar sus amigas se levantaron para seguirla pero yo fui más rápido que ellas y corrí en su busca, no sabía que pasaba ni porque el ver llorar a esa chica me lastimaba y me instaba a protegerla, resistí el deseo de llorar por mí mismo, ahora solo me preocupaba ella. No sabía la razón pero por ahora seguiría mi instinto.

Cuando llegue a la colina por donde la vi correr, la encontré doblada en el suelo llorando, su cabello castaño caía sobre su rostro y sus vaqueros negros ya estaban arrugados, quería hablarle que supiera que todo estaba bien pero no sabía cómo hacerlo, así que simplemente me acerque a ella y la abrace... cuando se apartó para mirarme su rostro estaba rojo de haber llorado y había miedo en sus ojos marrones, pero cuando noto que era yo me miro con un brillo que no supe entender, se recostó sobre mi pecho y volvió a llorar no sabía qué hacer, ni tenia las palabras para consolarla así que simplemente deje que llorara sobre mi pecho, estaba suprimiendo mis propias lágrimas, pero ver a esta chica así me daba deseos de calmar su dolor, pero no sabía hacerlo joder ni siquiera sé cómo calmar el mío, note como poco a poco sus respiraciones se iban normalizando y susurro de forma muy baja que casi no pude oírle “Segura”.

Luego de unos minutos levante su rostro para que me mirada y le dije.

─ ¿Estás bien? Ella me miro con sorpresa y medio sonrió cuando dijo.

─ Si, Gracias por eso.

─ ¿Quieres hablar de lo que paso? Ella se tensó lo podía ver en su rostro así que preferí cambiar de tema, no sé por qué pero quería que se sintiera segura conmigo otra vez. ─ O prefieres que caminemos hasta tu casa... uh ¿Dónde vives?

─ En la esquina de Bonsay, por la guinea.

─ Yo vivo a dos cuadras de ahí, ¿quieres que caminemos?

─Sería bueno, si... no...Te... molesta caminar? Ella hablaba con timidez así que le medio sonreí y le dije:

─ No. ¡Qué va!, me ayuda con el ejercicio! Me puse de pie y estire mi mano para ayudarla a levantarse. ─Vamos.

Ella se sonrojo pero estiro su mano hasta la mía, su toque era cálido y olía a fresas era fácil estar cerca de ella. Caminamos en silencio por un rato y cuando ya estábamos cerca de donde dijo que vivía ella se detuvo y me dijo.

─Ryan, discúlpame por lo de ese día estaba apresurada y no había tenido muy buena mañana, y la pague contigo no quise ser grosera ni causar mala impresión..!

Así que se preocupaba por lo que yo pensara de ella, le sonreí y le dije:

─ Tranquila está bien yo siempre me comporto así, creo que me lo merecía.

─ No, claro que no. tú también ibas tarde y aun así me ayudaste a recoger mis cosas.
─ Está bien, olvidemos eso sí, tomemos el día de hoy cómo si apenas nos estuviéramos conociendo.

─jajá bueno si nos ponemos a ver... Este tampoco ha sido un buen encuentro que digamos. La mire un poco pensativo por lo que Ella sonrío, su mirada irradiaba calidez, había algo en ella que me hacía sentir como si la conociera desde hace mucho, no lo quería admitir pero también me sentía seguro y mis dedos pitaban  por componer, lo quería hacer pero no quería recordar así que metí mis manos en los bolsillos, ella me miro...
─ Esta es mi casa, gracias Ryan por todo y por ayudarme sin preguntar. Le sonreí.

─ Está bien, que tengas buenas noches Anto nos vemos en clase supongo! Ella sonrió.

─ Buenas noches tú también... levanto su mirada y me dio una media sonrisa antes de entrar a su casa.

Estaba seguro que muchas cosas pasarían en mi vida si conocía a esta chica, lo que no estaba seguro es de poder aceptar los cambios que me prepararía el futuro si la mantenía a mi lado.

La Musica Que Guarda Mi Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora