<<Antonella>>
Debo de estar cometiendo la mayor locura, jamás pensada de las locuras jamás contadas en la historia, pero en mi defensa estar con Ryan es mucho más cómodo que pasar la noche con Matt o bueno eso es lo que pienso; estaba sentada en un autobús junto a Ryan, mientras nos dirigíamos a su casa, él tenía una mirada pensativa lo que me hacía creer que se sentía algo incómodo con la situación en la que se encontraba o más bien en la que yo lo había metido; carraspee un poco para aclarar el nudo que se estaba formando en mi seca garganta y le pregunte.
― ¿Estás seguro que no hay ningún problema con que yo valla a tu casa? El me miro regalándome una media sonrisa.
—Tranquila. Allá solo vivimos mi hermano y yo… ¡así que no habrá problemas..! Debatí un poco entre responder a lo que había dicho o quedarme callada, así que preferí la segunda opción sin embargo la rueda de mis pensamientos no dejaba de torturarme, ¿que estaría pasando con su familia?, ¿Por qué solo viven en casa él y su hermano?, ¿Dónde estarían sus padres? Mi mente no dejaba de analizar las preguntas, Ryan había notado mi silencio así que se acercó para preguntarme:
― ¿Está todo bien? Cuando gire a mirarlo, nuestros rostros estaban tan cerca, que casi podía sentir su respiración rosándome, nuestras miradas se encontraron y podía sentir su aroma varonil cubriendo mi aire, sus ojos azules me miraban expectativos pude ver duda y miedo en ellos, su ceño se encontraba fruncido como la primera vez que lo vi, el azul de sus ojos estaban mesclado con el marrón de los míos mirándose con una intensidad que electrificaba todos mis sentidos.
Estaba atónita, ahora no estaba segura si el haber venido con Ryan sea tan buena idea, una campana sonó en el autobús la cual indicaba que habíamos llegado a la siguiente parada, el primero en salir de tan desesperante concentración fue Ryan, quien parpadeo un par de veces para caer en cuenta que habíamos llegado, volteo a mirarme esta vez manteniendo una distancia prudente y me dijo.
— ¡Esta es nuestra parada! Se levantó moviendo ágilmente sus largos pies hacia la salida del bus mientras yo lo seguía manteniéndome un paso detrás suyo. caminamos una cuadra más desde la parada del bus, hasta llegar a una casa naranja, era linda por fuera tenía dos plantas y el jardín estaba lleno de flores y plantas silvestres, me imagine que no solo vivían dos chicos ahí, ya que ellos no podrían ser tan buenos con la siembra ¿O sí?, Ryan siguió mi visión obsequiándome una breve pero muy notable sonrisa cuando dijo.
―Luna la nana de mi hermano, lo mantiene así… ella se preocupa por todo en esta casa. ¿No sé qué sería de nosotros sin ella?
—Mm es muy lindo. Dije devolviéndole la sonrisa, el hizo un ademan de que siguiéramos adelante… la puerta principal se abrió y una chica de unos treinta y cinco años más o menos, salió a recibirnos abrazo a Ryan con un amor que se podía notar en el brillo que denotaban sus ojos, observe en silencio la escena cuando la chica noto mi presencia, su ceño se frunció un poco, pero luego una gran sonrisa dio acto de aparición en su cara, Ryan se giró y le dijo:
― Luna, ella es Antonela, se quedara con nosotros esta noche. ¿Podrías prepararle una habitación? Dijo haciéndole unos pucheros a luna; ella sonrió a carcajadas por las muecas de Ryan y luego me miro.
—Un gusto Antonela, soy Luna. Dijo sonriéndome.
―Hola luna. Ella se dio la vuelta aun con una sonrisa y dijo.
— ¡Iré a preparados una habitación! Mientras puedes ponerte cómoda. La cena estará lista en un rato. Miro a Ryan y le dijo ― y ya compre las naranjas.
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La Musica Que Guarda Mi Corazón
Teen Fiction¿Cuantos se han enamorado a través de la música?, ¿cuantos han sentido la música como algo más que solo ese sonido que ayuda a calmar tus emociones? Esta es la historia de un chico y una chica separados por el destino, sin familia y con solo algunos...