15. Visita Inesperada

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<<Ryan>>

Por primera vez en mucho tiempo me gusto la estúpida clase de historia, no piensen mal ni nada por el estilo, la verdad es que la historia me llama un poco la atención…  pero si tuvieran al profesor que tengo yo  joder la detestarían como usar franelilla los días de invierno… todo sea por una buena calificación.

Cuando a mi loco profesor le dio la idea de realizar trabajos grupales me alegre un poco al saber que lo haría con Spike, siempre lo hacíamos juntos sin embargo al profesor se le ocurrió la brillante idea de elegir el los grupos ¿quién en su sano juicio hace eso?
Cuando escuche mi apellido junto al de Antonela sentí algo que no pude describir, emoción, rabia, no sabía que reacción podía tener ya que bueno <<nota de última hora no controlo mis emociones>>

Desde cuando mi vida había dado un giro tan drástico, hace menos de un mes era el idiota sin corazón al que nadie se le acercaba, y luego de un estúpido choque en el casillero  mi corazón parece que hubiera cobrado vida propia, maldición como cambio todo tan estúpidamente y sobre todo porque la razón de ese cambio tiene que tener nombre y apellido: Antonela Montenegro, joder no llevo ni un mes completo tratándola, y en tan poco tiempo ha logrado sacar más de una sonrisa de mi cara.

Me levanto despacio y me dirijo hacia ella… está guardando sus cosas a una lentitud que ni las tortugas pueden imitar, una media sonrisa se curva en mi rostro al mirarla es que es imposible evitarlo su ceño torcido hace que su cara se vea algo graciosa. Ella parece darse cuenta de mi presencia por lo que se gira a enfrentarme.

Su rostro esta rojo cuando me ve, y me mira de forma interrogante, estamos unos segundos mirándonos hasta que no puedo evitar la tensión que se ha creado en nuestro ambiente, no es que sea raro sino pacifico como de paz, lo que hace que me retuerza un poco de la incomodidad, pestañeo un poco para espantar mis pensamientos y vuelvo a mirarla para romper tan tormentoso silencio… esos de los que sin hablar estas contándolo todo, esa mirada que desnuda todo tu ser sin pensarlo, esa mirada que te atormenta, esa mirada que te involucra, esa mirada en la que aunque las palabras no existen puedes sentirte tranquilo porque sabes que a su lado estarás seguro.!

—Vamos. —le pregunto para disipar la tensión del ambiente.
— ¿para dónde? Pregunta algo desorientada. No pude evitar enarcar las cejas tortuguita cada vez más despistada, mm tortuguita creo que empezare a llamarla así a partir de ahora.
—A recoger nuestra hoja. Dije como si fuera lo más obvio.

—Ah.  Se levantó y me siguió a la mesa del profesor… tome la primera hoja que vi sin ni siquiera mirarla… Que puedo decir amo los retos, Anto me siguió hasta el pasillo donde me enfrento por no haber leído la hoja, ignore sus murmullos aunque me encantaba ver a tortuguita enojada y la forma en que fruncía el ceño, por lo que la mire divertido, sin embargo mientras hablábamos una voz gruesa la llamo de atrás de nosotros, nos giramos para ver de quien se trataba y para mi sorpresa era un chico que no conocía, sin embargo a tortuguita parecía afectarle lo note en la forma que apretaba sus manos y lo roja que estaba su cara, sus ojos se pusieron brillantes como si estuviera a punto de llorar, el chico era alto más o menos mi estatura tenía el cabello negro  y no era blanco si no moreno sus ojos eran achinados, vestía pantalones negros con una camisa azul, calzaba unos convers azules y miraba a tortuguita de una forma que no pude identificar, ella pareció salir de su trance y le dijo: 

— ¿Qué haces tú aquí?

—Anto, necesitaba verte!

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