13. Peligro y Sensaciones

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<<Faov Kaila>>

Ocultar cosas es un límite para mí… por Dios quiero ser una gran comunicadora social y ¿cómo se supone que lo sea si me guardo las cosas? Es ilógico no,  es por ello que Sofí y yo; somos partes del grupo de ratones del colegio, estamos en todas partes cuando de noticias se trata, y no es que sea fácil estar en el momento y lugar apropiado todos los días, pero que puedo decir es un don, la agilidad de Sofía y la inteligencia  y suspicacia que tengo nos han permitido ser un dúo dinámico en nuestra institución y no es por presumir pero “somos las mejores.”

Es que para que tener secretos; si puedes compartirlos con los otros; bueno por lo menos los calientes y vergonzosos… Anto dice que no tengo limites, y en parte tiene razón! Pero… si los tengo, respeto las noticias personales de las personas, pero que puedo decir yo también tengo secretos y aunque los odie ya son parte de mi mundo.

Estaba en mi salón de clases, cuando recibí una llamada de mi madre que quería hablar conmigo, odiaba a esa mujer, y no por ser la que trajo al mundo, si no por las cosas que había hecho que me hacían decepcionarme cada vez mas de ella.

Verán Zoralla, no siempre fue así, era una madre excepcional estaba pendiente de mí y de Mat; y la amaba por eso; luego de un tiempo su avaricia y pasión por el dinero la fueron apartando cada día más de nosotros, era fría y calculadora; siempre desee poder ver en ella la madre que una vez tuve, pero ya su corazón era de piedra.

Mat se fue en lo que cumplió la mayoría de edad, me prometió que volvería por mí y aun lo sigo esperando; no sé si volverá la verdad yo no lo haría con una madre así; pero si hay algo que se dé Mat es que su amor por Anto y por mí no lo harán abandonarnos; yo creo que volverá; aunque a veces me da miedo… si viera en lo que Anto se ha convertido, no lo soportaría; y se culparía de todo, me limpie las lágrimas que habían empezado a correr por mi rostro, noticia de última hora “Soy sensible” camine rápidamente hacia el COFFE PRINCE mientras más rápido terminara con esto mucho mejor.

La cafetería estaba llena como de costumbre; salude a rosa y camine hacia la parte derecha donde había visualizado a esa mujer tan elegante. Ella llevaba un vestido de color rojo con sandalias de tacón; su pelo estaba enrollado en un moño canadiense; y su rostro estaba artificialmente pintado de antimonio; (es como le digo a su horroroso maquillaje) camine hacia la butaca que estaba al frente de ella y me senté sin siquiera dedicarle un saludo.

―Es así ¿cómo saludas a tu madre? Dijo con un tono cordial y bien fingido por cierto..!

―Oh lo siento querida madre..! Dije sarcásticamente.

―No has cambiado nada Jenire sigues siendo la misma malcriada de siempre.

Dijo levantando su copa de té para tomar un sorbo… odioso… lo único que había heredado de mi madre era la estúpida adicción por él te; y aunque a veces había planeado dejarlo al sentir su dulce sabor en mis labios era mi droga.

―Primero detesto que me llames Jenire y segundo jamás cambiaria lo que soy y mucho menos por ti..!! Dije imitando su gesto y tomando un sorbo de mi bebida; que por cierto no era Te; jamás le daría a mi madre ese gusto  ¡primero muerta!

―Oh, qué mal no sabes lo que te pierdes Jenire...! Dijo con un tono tan meloso, que daba asco.

―En fin; me llamaste para que viera ¿cómo te ha ido en tu vida..? Porque si es así  creo que ya vi mucho! Dije intentando levantarme.

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