19. Confesión.

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<<Antonella>>

No pensé, que sería tan fácil abrirme con otra persona, ni siquiera con Sofi a la cual llevo tiempo conociendo y quiero; conoce la historia de mi hermano, ella solo sabe que son cosas que no me gusta mencionar, y ya; aunque sé que le gustaría que me abriera con ella y le contara todo era difícil para mí hacerlo, sin embargo con Ryan ¡todo era diferente! Cuando sus ojos azules se encuentran con los míos, son mi perdición, la última vez que hable de mi hermano fue hace más de un año, antes  de mudarme a este lugar y apartarme de todo lo que me hacía daño.

Sin embargo en esta noche estrellada, me sentía tranquila, miraba el cielo y como las estrellas brillaban en la profundidad del oscuro cielo, sentí los brazos de Ryan rodearme y acercarme más a él, no pude evitar las lágrimas que corrieron por mis mejillas, pensamientos de que esto no era para mí, que yo no podía ser feliz atormentaban mi mente y me sentía culpable.

Mire a Ryan, su rostro admiraba las estrellas también sumido en sus pensamientos, sus ojos brillaban aun en la neblina de la noche, estudie su figura admirando todos sus rasgos a la perfección, su mentón estaba firme y recto y sus ojos entrecerrados ocultando el brillo de sus azules ojos en sus espesas pestañas. Un ser tan perfecto y los dos teníamos cicatrices que marcaban nuestra historia, el silencio se tornó tranquilo, por lo que me sorprendí cuando luego de unos minutos Ryan pregunto.

— ¿Quiénes se llevaron a tu hermano; Anto? Yo cerré los ojos intentando, analizar su pregunta, aunque sé que fui yo quien empezó el tema, no era algo de lo que me gustaba hablar. Tome una respiración profunda y dije.

—Cuando mis padres murieron, yo solo tenía quince años, era menor de edad… le había prometido a Andruw… que no… me apartaría de él… que siempre estaríamos juntos… Ryan. No me di cuenta cuando las lágrimas empezaron a recorrer mi rostro, me costaba hablar, Ryan comenzó a acariciar mi rostro su toque era suave y me reconfortaba —Ella dijo que se encargaría de nosotros… pero no lo vi… confié en ella… y solo quería nuestro dinero… en lo que lo obtuvo… llamo a un orfanato entrego a mi hermano… iba a hacer lo mismo conmigo pero yo escape… yo creí tener verdaderos amigos Ryan aun mis padres… pero todos los que nos rodeaban estaban llenos de avaricia y el dinero ciega a muchos… es por eso que quiero ir a Stanford; la ultimas pistas que obtuve de mi hermano, fue que había sido enviado allá… tengo que conseguirlo… el…es…lo…único que… me queda. Mis lágrimas se hicieron más fuertes en aquel momento por lo que Ryan me abrazo, podía ver su conmoción ante mi historia y rabia a la vez.

— ¡Es increíble, lo que puede llegar a hacer la gente por dinero!-dijo Ryan con un tono fuerte denotando un deje de enojo en su voz. —Es que joder son capaces de dañar a una familia solo para obtener lo que ellos tienen.

Algo en sus palabras, me hizo sentir como si no estuviera hablando solo de mi historia sino también de la de él. Era profundo con rabia enojo. Me di cuenta que las cicatrices de Ryan estaban igual o más abiertas que las mías, y lo otro que pude notar es que tanto el como yo hemos sufrido historias semejantes. La avaricia y el amor por el dinero, han acabado con el verdadero amor, el amor que me enseñaron mis padres, el amor al escribir una canción, el amor que irradia la felicidad, el amor de muchas familias, porque estoy más que segura que no solo mi familia, si no muchas otras han sido destruidas por este virus, uno que contamina hasta la sangre y destruye todo lo verdadero y único; La avaricia y el dinero, mire a Ryan y dije.

—Mi madre decía que el planeta aunque estaba en contante rotación pasaba por procesos que para el ojo humano no eran visible. El me miro como si estuviera tratando de cambiar el tema, por lo que sonreí y me apoye más en sus brazos. —Lo que trato de decir es que muchas veces creemos conocer a las personas, solo por lo que vemos y como son con nosotros, así como el planeta según los estudios dicen que en su mayoría es azul, su mayor cantidad es agua y lo otro tierra, unos que su forma es redonda otros que es oblicua, pero cuantos rayos de sol no recibe el planeta al día, y aún más cuanto recibe de noche con el brillo de la luna, son cosas que están ahí y a lo que quiero llegar es que confiamos en las personas por lo que vemos y en como son con nosotros, pero la mayor parte de las veces no muestran su verdadera cara, se acercan a nosotros por lo que tenemos y no por lo que somos, y es así en medio de la dificultad y los problemas donde se conocen a los verdaderos amigos.

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