Se quedaron en un incómodo silencio cuando sus Padres se marcharon a la mesa para poder platicar y decidir cómo será la Boda de sus dos hijos.
Hinata tenía los brazos cruzados, se mordía el labio y miraba las cortinas como si fuesen a darle las respuestas de lo que está pasando.
En cambio, Naruto, contemplaba la iluminada Ciudad, en silencio, esperando a que Hinata reaccionara y... exactamente no sabe que más. La ve de reojo y un escalofrió recorre todo su cuerpo cuando la ve temblar por aguantarse el llanto.
Se acerca.
Coloca su mano en el hombro desnudo de Hinata con mucho cuidado, pero ella se aleja de inmediato.
—Perdón...—dice él, con susurros apenas audibles—. Yo... no... sabía nada de esto, Hinata.
La pequeña Hyuga se da la vuelta, ve a Naruto molesta y levanta su mano para propinarle un buen golpe.
Pero no lo hizo.
Apretó sus ojos, su boca, y poco a poco baja su mano izquierda.
No vale la pena, se dice a sí misma.
Naruto solo pasó saliva con dificultad.
—Papá me dijo que no te conocía—le espeta Hinata, segundos después de otro incomodo silencio—, pero estaba mintiendo. Te conocía. Él te conocía incluso antes de que llegaras a la escuela..., o cuando te dije esas horribles cosas... ¡incluso cuando la Maestra Colette te pidiera que fueses mi tutor en Ingles! —Se ríe al recordar cuando le contó a su Padre de ese Tema—. Que tonta soy...
Naruto niega con la cabeza, toma la mano de Hinata, pero la suelta de inmediato cuando ella hace una mueca.
—¿Qué mierda?—Naruto ve a Hinata, toma de nuevo su mano, pero ella no lo mira a los ojos cuando él voltea la palma de su mano y ve los moretones que se están formando—. ¿Quién te hizo esto?
Pero la Hyuga aprieta su boca en una fina línea.
—¿Quién fue, Hinata?
Naruto la suelta cuando se da cuenta.
—¿Tu Padre?—Le dice, casi suplicándole que lo mire y haciendo todo lo posible para no abrazarla como hace menos de quince minutos—. Mierda, fue tu maldito Padre.
Hinata se quita las lágrimas que recorren sus mejillas.
—Que ironía. Tú también eres un maldito.
Naruto da dos pasos hacia atrás.
—Yo no te e golpeado...
—No—lo interrumpe, levantando su rostro en alto y tratando con todo su ser para que esos ojos azules no le impidan seguir.—No me golpeaste, pero me has mentido desde el principio. Que, en este momento, es como si lo hubieses hecho.
La peli azul toma su vestido, se da la vuelta y empieza a caminar.
—Lo siento, lo siento...—Naruto corre para detenerla, se coloca enfrente de ella y su respiración se distorsiona cuando Hinata no lo observa a los ojos—. Sé que estas molesta, que me odias y que a veces no me soportas, pero.... déjame explicarte como pasó todo... esto.
—No gracias. Ya me imagino las "cosas" que tuvieron que pasar para que llegáramos a "esto".
Hinata le da la vuelta a Naruto, abre las cortinas, pero se queda a medio camino cuando Naruto le suelta aquellas palabras.
—¿Qué?—Chilló Hinata, se da la vuelta y cualquier rastro del Naruto-que ruega ha desaparecido por completo.
—Si quieres acabar este matrimonio tenemos que hacerlo juntos. Como un equipo. Como dos personas que ya no quieres ser manipulados. ¿O es acaso que solo eres la única maldita victima aquí?
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Simples Decisiones
FanfictionLa familia Hyuga siempre es venerada en Japón, nadie los corrige y mucho menos cuestionar los porqués de dichas ordenes, ellos, en el fondo de su corazón oscuro, saben que están haciendo un buen trabajo; muchos Hyugas salen perdiendo por esas órdene...