—No.
Luna suelta un gemido lastimero, y esconde su rostro en un cojín que tiene muchos corazones de diferentes tamaños y colores.
—Por favor, ¡es viernes!—Gimoteó la Onisse, colocando bien su móvil para que la video llamada captara su estado melancólico—. Solo tienes que salir por la puerta trasera y listo, yo ya estaré afuera esperándote.
Hinata la ve, suelta un suspiro y dice:
—No puedo, mis padres me castigarían de por vida si se enteran.
La Hyuga no ve la reacción de su amiga porque se lleva unas cuantas palomitas a su boca y le pone play a la película.
—¡Por favooooor!
Hinata ve el pequeño recuadro de su celular, ve a Luna moverse frenéticamente hasta que queda acostada en su cama.
—Ya se—continua la castaña, sonriendo—: cambio esta salida por el baile de despedida. Hoy vamos a esa fiesta pero al baile no, ¿qué te parece ese trato?
Eso llama la atención de Hinata. Suena tentador, demasiado. Luna sí que la conoce bastante bien, ya que la Hyuga no quiere ir a ese baile por una simple razón: nadie la ha invitado y no quiere ser mal tercio con su amiga como en otras ocasiones. Le da hasta pena recordar esos bailes anteriores.
Hinata piensa detenidamente la situación. ¿Qué posibilidad hay de que sus padres la descubran? Ninguna. Ellos le tienen confianza y en un par de horas ya deberían estar dormidos.
—¿Estas segura de hacer ese trato?—Cuestiona la Hyuga, levantándose de su cama y enarcando una ceja.
Luna duda pero al final dice que si con su cabeza.
—Bueno, vamos un par de horas a la fiesta en la playa.
—¡Si! ¡Gracias! ¡Te veo en una hora!
Y la Onisse cuelga.
Hinata niega con la cabeza divertida porque no puede creer que Luna en verdad se crea eso. Está más que claro que ambas irán al baile porque es el penúltimo que compartirán juntas. Solo quería saber hasta dónde podría llegar su amiga por una salida así de riesgosa.
La Hyuga corre a su armario, busca algo casual para ponerse, se decide por unos jeans azules rotos, sneakers Adidas, una blusa de tirantes blanca que se faja y un sueter lila para poder cubrirse el aire helado.
En su rostro solo se coloca una tinta de labios rosa y un poco de iluminador en los puntos más altos. Su cabello está suelto. Como toque final busca el collar que le regaló su familia.
Toma su celular y un poco de dinero para después salir de su cuarto a hurtadillas.
Casi suelta un grito cuando ve a Hanabi, su hermana menor, en la pequeña sala que está al fondo del pasillo. El aire entra de nuevo a sus pulmones cuando se da cuenta que está dormida con la televisión encendida.
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Simples Decisiones
FanficLa familia Hyuga siempre es venerada en Japón, nadie los corrige y mucho menos cuestionar los porqués de dichas ordenes, ellos, en el fondo de su corazón oscuro, saben que están haciendo un buen trabajo; muchos Hyugas salen perdiendo por esas órdene...