I M P E R I O |Draco Malfoy |Tom Riddle| (Editando) (Book 1)

Solo yo viviré; por siempre.

—¡Crucio!

Un horrible dolor impacto sobre todo su cuerpo, y esta vez sí que había sido doloroso para ella, eran como si unos cuchillazos penetraban en su piel haciendo retorcerla en el suelo. Ahora la sangre que corría por sus orejas le ensuciaban la cara pero no sólo la de las orejas, ahora también sangraba por la nariz.

Voldemort se acercó por detrás con desgana, observándola.

—Amo, nosotros nos gustaría saber cómo sobrevivió, es imposible... —dijo Lucius.

—Si, Lucius esa es una historia muy interesante. Como pudo una niña con tan solo dos años sobrevivir ante al segundo mago más oscuro y tenebroso de la historia, siendo yo el único en superarlo. Como pudo una niña sobrevivir ya estando muerta. Sería un placer contaros la historia...

Voldemort seguía detrás de la joven pero hora era él quien le daba la espalda.

—Gellert Grindelwald tenía una hermana pequeña —dijo Voldemort. Los mortífagos se miraban entre sí sorprendidos menos Snape—. Casandra, así se llamaba la joven, la conocí... Fue muy buena en las artes oscuras. Casandra se enamoró de Vladimir, si... Eran iguales, a él también le gustaba las artes oscuras, pero Vladimir al descubrir la verdadera vida de Casandra le abandonó dejándola sola y sin saber que ella estaba encinta. La niña nació, después ella traicionó a la sangre y se casó con un sucio Muggle. De su amor nació otra niña mestiza a la que me encargue de matarla yo mismo por su puesto. La primera niña que nació enfermo tanto, hasta al punto de llegar a la muerte. Al cabo de un mes, Grindelwald se enteró de que su hermana traicionó a la sangre, enfadado fue tras Dumbledore, desafiándole a un segundo duelo, esta vez ganándolo y recuperando la varita de saúco. Grindelwald fue a por la familia de su hermana, asesinó al amado delante de ella y después asesinándola, lo que Gellert no supo, era que la familia había tenido a dos niñas, así matando a la primera niña sin saber que era sangre pura y sin percatarse de que antes de lanzarle la maldición asesina la niña había muerto. En aquel momento el corazón de la niña al recibir la maldición, causó unos extraños efectos: el corazón se reanimó, saliéndose del estado de la muerte, así haciéndose invulnerable al paso del tiempo y la varita de saúco debiéndole lealtad para siempre.

Hope sabía perfectamente que aquella historia nunca había sido del todo cierta, al pasar del tiempo ella misma había descubierto toda la verdad.

Los ojos de la bruja empezaron a brillarle, a punto de derramar lágrimas, pero se contuvo.

Su enfado crecía cada minuto que pasaba y de la rabia pudo al fin levantarse, todas las miradas de los mortífagos se dirigieron a ella, menos una que era la de Voldemort ya que todavía le daba la espalda.

Voldemort se dio la vuelta, ahora la miraba clavando sus ojos rojos en ella, mientras que Hope agarraba fuertemente la varita de saúco haciéndole daño en sus nudillos. Preparándose para lo que podía llegar, aunque no fue la única ya que algunos de los mortífagos también sacaron sus varitas al mismo tiempo.

—Tranquilos... Ella no va a dañar a nadie, ¿Verdad, Grindelwald? Lo que va hacer es dejar que yo... Me encargue de matarla —siseó Voldemort. Sus ojos rojos se clavaron en los de Snape con tal vehemencia que algunos de los mortífagos, hasta la más fiel Bellatrix, desviaron la mirada por temor.

Mientras que todavía Voldemort mantenía conexión con Snape, Hope intentó entrar en su mente por unos segundos, aunque Voldemort se percató de sus intenciones y con facilidad de la que a ella le debilitaba, cerró su mente. No obstante Voldemort sí que pudo entrar en su mente y lo dejó. Ya sabiendo de sus intenciones el estaba listo, al mismo tiempo del que ella también lo estaba;

—¡Avada Kedavra! -gritaron al unísono.

De la varita de Voldemort salió un caño de luz verde que al mismo tiempo que la varita de la bruja salía una gran luz blanca.

Observó como la varita de Voldemort temblaba y poco después, la suya. No sabía cómo iba acabar esto pero las luces no avanzaban, se mantenían en el centro. Hope sabía que Voldemort era mucho más fuerte, claro que lo era, es imposible compararse pero esto no acabaría si alguno de los dos se rindiera.

La mano en la que sujetaba su varita se le adormecía cada vez que avanzaba más el caño de luz verde, pudo ayudarse con su otra mano para canalizarse más con la varita. Dumbledore le había enseñó a practicar muy bien la magia sin varita aunque lo heredo de su familia.

—Ríndete. Déjate morir. ¡Déjame matarte! -gritó Voldemort riéndose.

—¡No!

Su mano paso de adormecida a dolerle, no sabia cuanto podría aguantar, observó por última vez la varita de Voldemort que se fisuraba cada vez más ya que no le debía lealtad.

Finalmente Hope soltó la conexión, Voldemort también ya que se dio cuenta del estado de la varita al caer al suelo por la fuerza de la luz. La bruja también cayó y al ver Voldemort indefenso, dos mortífagos le amenazaron con sus varitas mientras Bellatrix intentaba levantarle mientras Voldemort se negaba;

—¡Apartarte, no necesito tu ayuda! —gritó enfurecido haciendo notar sus ojos proyectados en sangre, Voldemort dirigió una mirada a los mortífagos y que estos entendieron perfectamente.

Voldemort desarmó a Bellatrix haciendo que la varita de esta le deba lealtad.

Alzó su varita, este era su momento, Hope tenía que dejarle ganar para poder utilizar el giratiempo y así lo hizo ya que el dolor de la maldición Cruciatus impactó de nuevo en su cuerpo. Era tan devastador, quiso morirse ahí mismo...

—Hoy morirás y al fin podrás conocer a tu madre traidora a la sangre —dijo Voldemort en voz baja acercándose cada vez más a la bruja y inclinándose—. Solo yo viviré; por siempre.

Voldemort alzó su varita por última vez, listo para lanzarle un "Avada Kedavra" pero de repente Fawkes planeaba alrededor de su cabeza arrebatándole la varita. Hope alzó su varita hacía el suelo donde se situaban los mortífagos;

—¡Deprimo!

Un estallido en el suelo sonó haciendo un gran agujero, así cayéndose varios mortífagos dentro.

Se levantó y corrió lo más rápido que pudo hacia Malfoy. Aturdiendo a dos mortífagos que estaban cerca de ella, esquivando mientras otros lanzaban maldiciones.

—¡Apartaos, solo yo debo matarla! —gritó Voldemort matando a Fawkes sin varita.

—Nosotros nos vamos Malfoy. ¡Ahora!

—¿Pero qué haces...?

Hope le colocó en el cuello una parte de cadena que llevaba el giratiempo, girando el único boton que había. Malfoy no pudo acabar de hablar ya que todo se volvió borroso para los dos.