Su primer beso.

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—Él lo sabe... —susurró la joven—. Creo que lo sabe...

Draco frunció el ceño y agarró más la mano de la joven, ¿que pretendía decirle? ¿Quién sabía el que? Seguramente sería unas de sus pesadillas pensó él.

—Duérmete Hope... —dijo esta vez Brigid que había contemplado aquella tierna escena.

Draco decidió quedarse todo la noche para hacerle compañía mientras que Brigid se marchaba hacia su sala común, pues mañana había partido y debía descansar.

En el gran comedor la cena ya había finalizado, los prefectos de cada casa dirigían a los alumnos a sus salas comunes, Riddle que estaba entre ellos siguiendo al prefecto de Slytherin observo como Brigid hablaba con los Black —momento que le extraño— y por eso se acercó sigilosamente para poder escuchar mejor la conversa, pues él sabía que la sangre sucia de Brigid era la única amiga de Hope y si hablaba con los Black era por ella nada más.

Los Black se enteraron de que Hope estaba en la enfermería y decidieron ir a verla, al llegar Madame Dorotea los echo ya que no iba a permitir más visitas hasta mañana, ya sabiendas de cómo era el carácter de Dorotea finalmente se marcharon enfadados, pues durante el mes de septiembre habían conocido más a Hope hasta llegar a ser muy amigos, para ellos era como su hermana pequeña y se preocupaban mucho por ella.

Por otro lado Riddle también lo había escuchado, pero no le importo, tan solo le satisfizo aquella buena noticia, pues para él sería mejor tenerla débil para luego poder recuperar lo que le pertenecía.

🐍

A la mañana siguiente Hope se despertó un poco desorientada, tampoco recordaba exactamente lo que había ocurrido.

La chica abrió por segunda vez sus ojos encontrándose a Draco durmiendo plácidamente y agarrándole fuertemente su mano sintiéndose un poco angustiada, ¿Draco le estaba agarrándole otra vez la mano? la joven quiso por un momento a zafarse de ese agarre, sin embargo Draco estaba dormido y no quería molestarle, pero muy dentro de ella, en su alma, ese acto, le hacía sentir como en casa. Como si su hermana le estuviese tocando.

Flashes vinieron como cohetes en su mente de lo que había ocurrido y el porque estaba en la enfermería.

Voldemort le había atacado.

Él sabía que ella tenía el libro, sospechaba de ella.

Hope quitó rápidamente la mano de mala gana haciendo despertar a Draco. Apartó la manta y se levantó  de la camilla.

—¿Donde crees que vas? —le preguntó serio Draco.

La chica le miró y le miró, ¿ahora que le diría? de ningún modo iba a quedarse parada de brazos cruzados cuando Voldemort, mejor llamado Tom Riddle le había estrangulado en medio del pasillo, pues le daba igual que fuera el mismísimo Lord Voldemort porque para ser sensatos todavía no lo era, ahora solamente era un mago con ansias de poder.

Hope dejo de mirar a Draco y miró el reloj pequeño que tenía en la mesilla, solamente faltaba 25 minutos para el partido, recordó que se lo había prometido a Brigid.

—Le prometí a Brigid que iría al partido —contestó con prisa.

—No puedes, ayer de desmayaste dos veces ¿que demonios pretendes? —le dijo frunciendo el ceño y levantándose de la silla en donde estaba sentado.

—No pretendo nada —murmuró encogiéndose de hombros y frunciendo levemente el ceño.

—Hope, ayer te desmayaste porque llevabas días sin comer —le aclaró.

Esa aclaración para Hope fue la gota que derramó el vaso, Draco se estaba pasando de la raya preocupándose tanto, ella no necesitaba a nadie a su lado que se preocupara, solamente necesitaba ayuda para acabar con una vez por todas al bastardo que le había arruinado la vida de muchos, y para más, un pedazo de su miserable vida.

—¿A caso no te das cuenta? —le preguntó molesta—. No te das cuenta que se nos acaba el tiempo. Estado cada día, cada hora en hallar alguna otra forma para poder parar a Voldemort, en poder salvar a miles de personas, incluyendo la nuestra. Y se eso vale la pena, si eso conlleva no alimentarme, correría el riesgo.

Draco no dijo nada, solamente se quedó parado en el mismo sitio, pues Hope tenía razón, había estado todo el mes de septiembre en poder hallar alguna otro forma para parar a Voldemort, si Riddle conseguía encontrar la cámara de los secretos, ellos estarían perdidos. Si Riddle la encontraba, rasgaría su alma y sería demasiado tarde.

—Hope, sé que Voldemort... —comenzó a decir Draco.

—Riddle sabe que tengo el libro —interrumpió ella de repente. Tenía derecho a saberlo—. Por eso estuve en la enfermería, intentó matarme.

La rabia del joven al oír aquello le invadió por completo. ¿Que le ocurría? se preguntó así mismo. Preocuparse por ella no era nada malo, pero tener ganas de matar a puñetazos a Riddle por haberla tocado si que lo era. Nunca se había preocupado por ella cuando cursaban su curso en Hogwarts, era como si Hope no existiera para él. Era totalmente indiferente. ¿Que había cambiado? ¿Es que acaso sentía algo por ella? Debería descubrirlo.

Y qué mejor manera que descubrirlo besándola.

Hope cerró sus ojos por inercia y sintió como Draco posaba sus labios en los de ella suavemente. Sintió lo cálidos que eran y lo calientes que se encontraban. Lleno de sentimientos confundidos.

La joven apartó rápidamente sus labios de los de Draco al darse cuenta que había sentido algo parecido a lo que ella había huido en todo este tiempo, al amor.

—Draco... —susurró la joven.

La joven se marchó dejando a Draco solo y arrepentido, pues no tenía que haberla besado. Había sido un error de su parte, pero ya no había vuelta atrás, Draco la había besado y se había sentido extremadamente bien.

Tan solo ese roce de sus labios contra los de ella, había contestado a todas sus preguntas, no solamente era preocupación, él sentía algo por ella, lo sentía, todavía no sabía si era amor, tal vez lo fuese, aunque le confundía sentir algo por la joven.

Por otro lado Hope estaba también confundida, Draco le había besado, el mismo Draco Malfoy le había besado. Su estómago no para de comprimirse al punto de sentir la sensación de vomitar, como si miles de mariposas quisiesen salir de su boca disparas, por eso se había apartó de Draco, a la castaña le aturdía esa sensación tan extraña y tan familiar, ella había querido a muchas personas hasta haberlas amado, pero amar solamente a una persona, nunca. Ella había besado también, lo había hecho.

La joven recordó cuando cursaba su cuarto curso, Cedric Diggory le había invitado al baile y en esa misma noche le había confesado que le gustaba y descaradamente le había robado un beso.

Su primer beso.

Desde ese momento nunca se había sentido así hasta ahora cuando Draco le había besado. Había sido muy diferente a la de la primera vez, demasiado diría ella. Y no era porque había sido Draco, esta vez se había sentido de verdad.

La joven se quitó definitivamente esos pensamientos y se tranquilizó diciéndose así misma que solamente había sido un error por parte de Draco y que no iba a volver a pasar. Ella lo odiaba y debía de odiarlo, no podía detenerse ahora pensando si por su estómago se paseaban mariposas, ¡No, por merlin! No podía.

El último pensamiento de la castaña había sido que aquel beso que le había robado Draco, no era exactamente un beso, solamente había sido un roce entre sus torpes labios con los de él.

Un roce de labios sin amor aparente alguno.

I M P E R I O |Draco Malfoy |Tom Riddle| (Editando) (Book 1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora