La deuda del diablo.

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Alessa la miraba de reojo, estaba asustada aunque lo negara.

—Mira —dijo Alessa llamando la atención de Bellatrix—. ¿La quieres? Pues aquí la tienes...

Alessa se acercó unos pasos hacia Bellatrix mientras agarraba fuertemente la profecía de Harry pero Alessa queriéndose burlar de ella tiro la profecía al suelo haciéndose que se rompiera en mil pedacitos.

—Oh, vaya. ¡Qué torpe soy! —sonrío maliciosamente Alessa.

Harry rió ya que sabía que eso le enfurecería y así lo fue ya que Bellatrix lanzaba imperdonables a Alessa mientras ella los esquivaba.

—¡NO! —gritó ella. —¡QUÉ HAS ECHO MALDITA SANGRE SUCIA! MAESTRO, LO INTENTÉ, LO INTENTÉ, NO ME CASTIGUE.

—¡No gastes tu aliento! —gritó Harry mientras frotaba su cicatriz.

—¡El no te puede oír! —gritó Hope esta vez mientras que Alessa y Harry la miraban seriamente.

—¿Qué no puedo que? —dijo una fuerte y fría voz.

Hope abrió los ojos. Lord Voldemort había aparecido en el centro del pasillo, señalando con su varita a Harry que estaba parado como congelado, absolutamente incapaz de moverse.

—¿Así que quebraste mi profecía? —dijo suavemente Voldemort, mirando fijamente a Harry con sus despiadados ojos rojos.

—¡NO HA SIDO POTTER! —gritó Bellatrix como una loca—. ¡FUE ESA MALDITA SANGRE SUCIA!

—Meses de preparación, meses de esfuerzo. . . y mis Mortífagos han dejado que Harry Potter y sus amiguitos frustraran de nuevo mis planes —dijo Voldemort dirigiéndose a Bellatrix.

—¡Maestro lo siento, yo no sabía, yo estaba luchando con el Animago Black! —sollozó Bellatrix, arrojándose a los pies de Voldemort mientras este se acercaba lentamente a ella —. Señor usted debe saber...

—Silencio, Bella —dijo peligrosamente Voldemort —. Me encargaré de ti en un momento. ¿Acaso piensas que he venido hasta el Ministerio de Magia para oír tus tontas disculpas?

—Pero Maestro, él está aquí, él está abajo —Voldemort no le prestó atención.

—No tengo más que decirte, Potter —dijo tranquilamente Voldemort—. Me has molestado bastante y por mucho tiempo. ¡AVADA KEDAVRA!

De la varita de Voldemort salió una luz verde y ni que Harry siquiera se resistió ya que el rayo se dirigió hacia Alessa.

La maldicion impactó en el cuerpo de su haciendo que cayera al suelo, muerta.

—¡ALESSA! —gritó Hope.

La bruja despertó sobre exaltada, gotas de sudor resbalaban sobre su frente hasta sus mejillas acabando en su camiseta. Estaba ardiendo y no podía respirar.

—¿Estás bien? —Malfoy la miraba preocupado. Se levantó de la cama y se dirigió a tocarle la frente—. Tienes fiebre, estás ardiendo, además te está sangrando la nariz. Destápate y quítate la camiseta.

—No puedo respirar... —susurró sin aliento. Malfoy le quito rápidamente el camisón, hechizándole con un hechizo que no pudo oír bien ya que para ella todo se volvió oscuro.

🐍🐍🐍

Intentó abrir los ojos pero sus párpados pesaban, después de intentarlo varias veces consiguió abrirlos y poder ver al fin. Era de día y no había rastro de Malfoy a su lado. Se levantó despacio de la cama, al levantarse sintió como si su cabeza estaba a punto de estallarle, pero con los años estaba tan acostumbrada al dolor que lo dejó pasar. Se colocó el pantalón pero no encontraba su camiseta, finalmente se acordó de que en la noche, Malfoy se la había quitado. No tenía nada que ponerse, Hope se giró y encontró encima de la butaca, la camiseta de Malfoy. La cogió y se la puso. Se fue de la habitación, bajó las escaleras, una vez bajadas, en la sala estaba todo silencioso.

—Bathilda no está —Hope dio un pequeño salto por el susto al escuchar la voz de Malfoy—. Lo...Lo siento, no pretendía asustarte.

—No importa —sonrío—. ¿Sabes dónde ha ido?

—No pero me ha dado esto, es la carta de Hogwarts —asintió—. Esta mañana Bathilda a enviado la mía. Estará por llegar... Supongo.

—Mmm... Gracias por la camiseta —le dijo sin mirarle a los ojos.

—No las des. Bathilda me dio ropa de Gellert que no utilizaba. Así que no importa —aclaró buscándola con la mirada.

Asintió, abrió la carta y comenzó a leerla.

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

Director: Armando Dippet

Querida Hope Blair Bagshot.
Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el uno de septiembre.

Muy cordialmente,
Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore.
Subdirector

Hope no entendía porque había leído la carta, recordó cuando cumplió sus 13 años, la primera vez que la leyó, tuvo que convencer a Dumbledore para que senla diera ya que ell había vivido en Hogwarts y no hacía falta, lo convenció y senla dio.

Decidieron dar una vuelta por el pueblo pero las calles estaban desiertas.

La gente que vivía en el pueblo, no se atrevían a salir ya que temían encontrarse a Grindelwald, aunque aquello todavía lo sabía Hope.

Finalmente decidieron dar media vuelta y volver. Llegaron a la casa abandonada, que ahora iba a ser hogar. Al entrar al umbral, Hope se tropezó por culpa de un periódico del profeta.

Malfoy a su lado, no paraba de reírse.

—¿Estas bien? —preguntó Malfoy dándole la mano y sin parar de reírse.

—Muy gracioso —le cogió la mano y tiró de él para que cayera al suelo, y así lo hizo.

—!Ay, qué daño! —se quejó frotándose las rodillas.

—Te lo mereces —dijo ya levantada y sonriéndole, mientras que Malfoy intentaba levantarse, cogió el periódico y comenzó a ojearlo.

Lo que le llamó la atención era un apartado que decía;

El mago más temible de todos los tiempos ataca por segunda vez. Esta mañana en el ministerio de magia, Gellert Grindelwald asesina a quince aurores.

Hope se quedo helada, no entendía porqué su tío era un asesino, era sangre de su sangre y eso le enfurecía. La castaña continuó leyendo:

El ministró Nobby Leach obliga a Armando Dippet el director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería a que los Dementores custodien los accesos del Colegio por precauciones.

La bruja arrugó el periódico y lo lanzó con rabia, Malfoy le miró frunciendo el ceño sin saber su cambio de humor tan repentino, tampoco le preguntó y se lo agradeció.

Bathilda llegó al anochecer, al mismo tiempo que la carta de Malfoy, a Hope le extrañó que llegará tan pronto pero Bathilda le leyó el pensamiento y le aclaró que hoy estuvo con Dumbledore, que no se preocupara, dicho eso, ella se levantó, se dirigió a una mesita que tenía enfrente de su butaca y le entregó una llave.

—Debéis de ir mañana al Callejón Diagon para comprar vuestros materiales. Esta llave —dijo mirando la llave ya puesta en su mano—. Es la llave de la cámara de mi banco en Gringotts. Coger lo que queráis, es vuestro.

—Gracias —dijo sonriéndole.

La anciana se despidió y se marchó hacia su habitación para dormir mientras que Malfoy y Hope subieron por las escaleras para hacer exactamente lo mismo.

I M P E R I O |Draco Malfoy |Tom Riddle| (Editando) (Book 1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora