Un brillo se encendió en sus ojos, pero no supo que tipo de brillo era. La castaña iba a ser difícil de resolver.
—¿Frente? —preguntó asintiendo— Y tu... Mmm, bueno no te diré un cumplido.
Jorge parpadeó, acaso no veía lo guapo que él era. Se sintió ofendido, según él podía ser hasta modelo para ropa interior y muchas le hacían cumplidos.
»Ella tiene problemas de vista« _pensó.
—¿Ningún cumplido? —levantó una ceja esperando a que le dijera algo que le agrandará el Ego.
—Nop —la castaña se puso de pie, en ese momento la campana sonó avisando que tenían que regresar a clase.
—Espera...
—Adiós, Jay —lo interrumpió.
—¡Ese no es mi nombre! —gritó cuando ella entró de nuevo al instituto.
Jorge se debatía en ¿seguirla o no? Pero, ¿Por qué la seguiría? Ni siquiera quería estar junto a ella, porque no lo valoraba. Se quedó pensativo unos minutos, luego se puso de pie para llegar a clase.
[…]
Al terminar al instituto, decidió irse rápido. No quería encontrarse a la castaña, ella era demasiado extraña y por alguna razón le interesaba. Y odiaba eso, no podía interesarle, tal vez lo que quiere saber es de dónde la conoce. Pero hasta no saberlo, no podrá salir de su cabeza.
—¡Jorge! —escuchó a Beth, suspirando se giró para verla.
—¿Qué?—preguntó con tono cansado que Beth ignoró.
—¿Puedes irme a dejar a mi casa? —enredó un mechón de cabello en su dedo.
—Nadie sube al auto.
Su padre le había devuelto el auto, sin embargo puso normas de no salir tan tarde o lo castigaría quitándole el auto de nuevo. Sus normas de NADIE sube al auto la impuso él, excepto cuando sus amigos de verdad necesiten un favor. Si no es así, jamás compartiría el auto con Beth o con otra chica.
—Pero, pensé que nosotros...—vaciló unos segundos— Ya sabes, nuestra relación.
Jorge se acercó a ella hasta tomarle la barbilla, y supo que tuvo un efecto en Beth.
—“Nuestra relación” es sólo por diversión —plantó un beso en los labios de Beth— Te llamaré, pero no subes al auto, preguntale a alguien más si quiere llevarte.
La dejo allí de pie, sin pensar que pudo haber herido sus sentimientos o que había roto una ilusión. Subió a su auto, comenzó a alejarse del instituto. En el trayecto del camino fue silencioso, ni siquiera puso el volumen de la musica a alto volumen como normalmente lo hacía. Se detuvo algo muy lejos de su casa, ya que algo había llamado su atención.
Ahí estaba ella.
Entró a una pequeña casa un poco descuidada. ¿Ella vivía ahí? No lo creía. Se estacionó cerca de ahí y salió del auto para saber si en verdad ella vivía ahí, sonaba muy acosador. Dudó unos segundos ¿Debía irse? Por alguna razón no quería, pero tenía que hacerlo.
Se giró caminando a paso lento a su auto. Se escuchó que la puerta de la casa se abrió, acelerando sus pasos se apresuró al auto. Trató de abrir la puerta, pero ésta no se abría. Sus manos temblaron, pero por fin pudo abrirla, entrando al auto trato de encenderlo, pero al parecer el auto estaba en su contra.
»Mierda«_gritó en pensamientos.
La ventanilla sonó, maldijo en voz baja girando su rostro para ver quién era. La castaña lo miraba con una ceja alzada, pero no parecía muy feliz en que él estuviera ahí. La castaña hizo una seña para que él saliese del auto, se sentía como si la policía lo estuviera esperado afuera del auto.
Salió del auto con aire des-preocupante, a pesar que sus pensamientos estaban más preocupados que nunca. La castaña lo miraba como si quisiera hacerlo desaparecerlo en segundos, cosa que lo enfadó.
—¿Estas siguiéndome? —le preguntó la castaña directamente.
—No —le contestó con la mandíbula tensa.
—¿Entonces, qué haces aquí? —cruzó sus brazos.
—Eso no te interesa —dijo Jorge, no sabía porque le estaba respondiendo de esa manera. Fría y cortante.
—Pues parece que sí, porqué tratabas de huir como un ladrón —le explicó la castaña.
—No huía —contradijo.
—Como sea —dijo girándose, guiándose hacía la pequeña casa de nuevo.
La miró estupefacto, ni siquiera se despidió. De nuevo, lo hizo sentir ofendido. Incluso Beth podía despedirse mejor, y nunca nadie se había ido de la manera en que la castaña se fue.
Salió segundos después con bolsas en sus manos, dirigiéndose a una calle oscura, la miró unos segundos y decidió que iba a seguirla. Podía necesitarlo.
Camino por dónde ella se había ido, hasta que vio su melena castaña y se perdió entre la oscuridad. Se quedó de pie mirando hacía el frente, ahora se debatía en querer volver o no. Así que por seguridad, iba a regresar...
—No puede ser...—murmuró, camino hacía delante y llegó al final de la calle.
—Pensé que no me seguías —escuchó su voz, se giró buscado su rostro o su cabello.
—¿Quieres asustarme? —preguntó dudoso, era raro que lo llevará a una calle sin salida.
—No —salió de la sombra que la ocultaba, ahora parecía una persona de la mafia que salía desde las sombras como en las películas.
—¿Vives aquí? —preguntó sin pensar.
—No —le contestó fríamente —¿Por qué me seguías?
—No te seguía...
—Te arriesgaste a entrar a una calle con mucha oscuridad ¿Por qué? —se cruzó de brazos.
—Bueno, pensé que... podrías haberme necesitado —le explicó con la voz pacífica.
—No necesito de nadie —le dijo la castaña con voz algo ruda.
—Siempre necesitamos de alguien.
—Yo nunca necesitaré de ti.
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My Hope | JORTINI |
FanfictionSinopsis: Estaba destruida, no miraba vida alguna en ella. Podía notar que no había ni una pizca de esperanza en ella, no podía evitar querer ayudarla. Poco a poco me convertí en alguien cercano, pero no tanto como para saber que sucedía en ella. Gu...