Capítulo 37."¿Una Primera Cita?"

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Jorge estuvo toda la noche con ella, pues no quería dejarla sola. No hubo inconveniente durante la noche y al amanecer fue hora de separarse.

—No podré asistir al instituto —murmuró la castaña, tratando de esconder su rostro lo más posible.

—¿Podré verte hoy? —pregunta Jorge, buscando su mirada.

—Yo te llamaré —dijo ella, cubriendo su rostro. Sin embargo, él pudo ver lo necesario.

—Desconocida, debemos ir a ver que te revisen —propuso él.

—No, todo está bien. Siempre ha sido así —respondió Tini, dejando ver su rostro.

Jorge la miró durante unos segundo y quiso curarla con solo mirarla, pero no era posible. La parte de su barbilla estaba tornándose de un color púrpura, también su pómulo. Jorge estaba preocupado por ella, quería llevársela lejos en donde nadie pudiese hacerle daño.

—¿Estás segura? ¿No te duele?

—Un poco, pero estoy bien. Ahora vete o te lanzaré por la ventana —bromea la castaña, haciendo reír brevemente a Jorge.

—Quisiera ver tu lado malo —respondió él, dándole un corto beso en los labios—. Vendré en la noche.

[...]

Jorge llegó a su hogar sintiendo varias emociones y no sabía cómo interpretarlas, no al menos que sea Tini. Al entrar, sabía que encontraría a su madre sentada en el sofá y con una expresión de enfado en su rostro, probablemente estaría castigado. De nuevo.

—¿Donde estabas? —preguntó su madre.

—Buenos días —responde Jorge en su lugar—. Creo que dormiré un poco antes de ir al instituto.

—¡Estoy hablando contigo! —regaña su madre.

—Mamá, te quiero… pero ¿te parece si lo dejamos para después? —sugiere él queriendo llegar a su habitación.

—¡Quiero que en unos días te hayas mudado! —grita su madre, deteniendo los pasos de Jorge.

—¿Qué? —pregunta incrédulo.

—Me has escuchado.

—Si, te escuché. Pero, pensé que habíamos hablado y que a pesar de que estoy apunto de graduarme no significa que tenga que largarme —respondió Jorge, molesto—. ¿Les molesta mi presencia? Me lo hubieses dicho, me habría ahorrado muchas cosas. Por ejemplo, verles la cara todos los días.

Tal vez parecía inmaduro haberle dicho eso a su madre, pero él a pesar de muchas cosas no quería alejarse de sus padres. Sin embargo, él pensaba que ellos estaban a punto de arrodillarse rogándole que se fuera de casa. Escuchó como su madre lloró, pero él no se retractó de sus palabras. Definitivamente no iría al instituto, pues debía hacer algo más interesante para olvidarse de su discusión con su madre.

[...]

—¿Qué te parece si salimos alguna vez? Sólo tú y yo —propone, sonriéndole a nadie en la habitación.

—Bueno… sinceramente no sé que estás pidiéndome —respondió la castaña, desde el otro lado de la línea— ¿Puedes ser más específico?

—Te estoy proponiendo salir, estando solo tú y yo. Completamente solos.

—Lo dices con un mensaje oculto, porque te pateare si me estás proponiendo tener relaciones contigo —amenaza la castaña.

—¡No, por supuesto que no! Hablo de ir a cenar —aclara Jorge— Hacer algo, divertirnos.

—Creo que haremos lo que hacen esas parejas… ¿Como le dicen? ¿Acaso nosotros tendremos una…? ¿Una primera cita?

El cuerpo de Jorge se tensó completamente, no quería una cita. Quería salir con ella a cenar o alguna parte donde estuvieran ellos solos, pero prefería que se llamará una salida. Las citas eran para aquellas personas que ¿querían? Eran aquellas personas que decían sentir amor por su pareja, y realmente le preocupaba que… él sintiera tal cosa.

—¿Jorge? —la voz de la castaña lo sacó de sus pensamientos—. Acepto tu propuesta.

A Pesar del miedo que habitaba en Jorge, no pudo resistir la felicidad que esas palabras le hicieron sentir.

—No te defraudaré. Lo prometo.

My Hope | JORTINI |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora