Jorge no respondió, solo la observó. Algo dentro de él se estaba debatiendo. Por un lado quería devolverle el cuaderno y no tener problemas, pero la tentación le ganó.
—Nada, veo que hay desorden —dijo él, escondiendo su nerviosismo—. Deberías arreglar.
—Si y yo haré lo que tú dices —rodó sus ojos—. Sal de ahí, lamentablemente no hay agua.
—Desconocida, tengo que irme —dijo, queriendo escapar de ahí.
—¿Qué? ¿Por...? —la castaña detuvo sus palabras, no quería que Jorge se sintiera demasiado importante para ella—. Bien, perfecto. No importa.
Jorge no sabía como salir sin mostrar el cuaderno, así que analizó la situación. Necesitaba un plan y no tenía demasiado tiempo, ya que la castaña lo estaba observando con confusión.
—¿En serio no hay agua? —preguntó Jorge.
—Solo cerveza y no creo que bebas alcohol —dijo ella en tono casual.
—¿Cerveza? —otra razón por la cual querer leer ese cuaderno ¿Por qué ella tendría cerveza? Los menores de edad no ingieren alcohol, eso no quiere decir que Jorge nunca haya bebido, se emborrachaba con Will y Tom—. ¿Por qué crees que no bebo? Lo hago ¿Podrías darme una?.
La castaña asintiendo mirándolo con los ojos entrecerrados, pareciendo no creerle a Jorge. Ella le hizo una señal a él para que saliera del armario, por un momento Jorge dejó de respirar. Sin embargo, la castaña salió de la habitación y obviamente ella quería que el saliera del armario cuando ella regresará.
Jorge se apresuró a la ventana y caminó por la rama con cuidado. Dejó caer el cuaderno para que pudiese bajar con cuidado, sus pies tocaron el suelo y se apresuró a tomar el cuaderno.
Sin esperar más, corrió hacía su auto. Necesitaba alejarse sin ser encontrado con el cuaderno. Así que huyó.
[...]
Entró a su casa sin saludar a alguien, ni siquiera a su madre que le dio la bienvenida con una radiante sonrisa. La culpa parecía seguirle el paso, en cualquier momento se pondría a la defensiva y él lo sabía.
Al llegar a su habitación, se dejo caer en su cama con el cuaderno aún en su mano. Elevó el cuaderno hacia su campo de visión, la curiosidad le había ganado y ahora estaba arrepintiéndose.
Abrió el cuaderno en la primera página que había leído, tratando de entender aquello. Había un dibujo que había sido rayado por la gran “X" cosa que era confuso. Aquel dibujo parecía ser dibujado por una niña de cuatro años. En el dibujo-garabato habían una figura pequeña que le hizo entender que era una niña.
Junto a la figura que parecía niña estaba algo un poco más grande y alrededor del círculo que parecía ser una cabeza tenía cabello largos. Lo que le llamó la atención a Jorge fue el dibujo raro de una persona que al parecer era un hombre tenía dientes afilados. Esa página parecía haber sido mojada por pequeñas gotas de agua. El papel estaba viejo y dañado por el agua.
Cambió de página.
“Marie dice que ahora puedo escribir bien, y que está feliz por eso. Sólo se que ella viene a escondidas.
Carta 2”.“Hoy él quiso golpearme y no hice nada. Te prometo que no hice nada, se detuvo porque Marie llegó. Unos hombres se lo llevaron y ahora Marie está en casa, pero tengo miedo.
Carta 3”Jorge siguió leyendo había paginas con dibujos que poco a poco iban mejorando, había cosas menos reveladoras. Hasta que llegó a la pagina doce.
“Me estoy cansando ¿dónde estás? Se supone que cuidarías de mí, que estarías para mí. Recibí mi tercer golpe, y debo suponer porqué, ahora tengo doce años y él parece odiarme. Es difícil creer que mi armario sera mi escondite.
Carta ...”Las dudas crecían en Jorge, pero eso no lo detuvo.
“Te odio, te odio ¡¿Estarías para mí?! ¡Fue una mentira! Te necesito y me has fallado ¿Decían que las personas que están en el cielo te protegen? ¿Donde estás Mariana? Porque mi madre ya no lo eres, al parecer nunca lo fuiste”
[...]
—¡Está caliente, idiota! —el tazón lleno de sopa lo vacío en ella.
Tini contuvo sus lágrimas, no quería darle la satisfacción de verla llorar. Jhon le había pedido la sopa caliente y ahora se la había lanzado.
—Usted la había pedido así —gruñó Tini.
Jhon la tomo del cabello, con demasiada fuerza.
—¿Y qué? Ahora la quiero tibia —la lanzó al suelo y le dio una patada en el estómago—. Saldré y espero que no estés aquí al regresar.
[...]
Jorge escalo el árbol y entró a la habitación de la castaña, por suerte la ventana estaba abierta. La castaña no estaba en su habitación, caminó al armario. Pero antes de que pudiese abrir la puerta del armario las luz de la habitación se encendió.
—¿Qué haces? —la voz de la castaña se escuchó—. ¿Por qué te fuiste hoy? No importa... ¿Por qué tienes ese cuaderno? ¿Tarea?
—Yo... —Jorge se giró a enfrentarla.
—Es muy similar al mío que estaba en el armari...
La castaña observó a Jorge y luego a el cuaderno que él llevaba. A pesar del dolor que sentía su estómago, caminó hacia él con el ceño fruncido.
—¡¿Qué hacías tú con eso?! —la castaña le había arrebatado el cuaderno—. ¿Leíste lo que había en el? ¡Responde!.
—¡Si! ¡Lo leí! Y ahora sé todo sobre ti y ahora entiendo lo que sucede... —dijo Jorge, dejando la culpa a un lado.
—¡Vete! ¡No quiero volver a verte! —gritó Tini lanzando el cuaderno al otro extremo de la habitación.
—Tini, solo quería entenderte...
—¡Te he dicho que te vayas! —la castaña se sentía cansada y quería estar sola—. No debí confiar en ti. Sabía que no eras de fiar.
Jorge lució herido, salió de ahí sintiéndose perdido. Era como si había perdido algo muy importante en su vida.
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My Hope | JORTINI |
Fiksi PenggemarSinopsis: Estaba destruida, no miraba vida alguna en ella. Podía notar que no había ni una pizca de esperanza en ella, no podía evitar querer ayudarla. Poco a poco me convertí en alguien cercano, pero no tanto como para saber que sucedía en ella. Gu...