Capítulo 18."¡¿Estás loco?!'' PARTE l

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—Tom, Tom... Tom, Tom... —Canturrea Jorge—. Y Tiara, Tiara... Sus nombres empiezan con la letra “T".

—Basta, Jorge —gruñe Tom, mirando con fastidio a Jorge.

—Hoy se besarán apasionadamente —siguió cantando—. Y después salvajemente harán cosas indebidas.

—No puedo creerlo ¿Acabas de decirlo?

—Si, lo dije amigo mío —responde Jorge riendo.

—Además se llama Thara —añade Tom.

—Como sea.

Habían pasado exactamente una hora buscando algo que impresionara a la chica de Tom, habían encontrado variedad de lugares pero ninguno pareció agradarle a Tom. Había estado irritando a Jorge cada vez que decía una disculpa para Thara.

—¡Espera! —grita Tom, haciendo que las ruedas del auto se detengan abruptamente.

—¿Qué mierda sucede? —preguntó Jorge, mirando molesto a Tom.

—Sé a donde llevarla —Tom rió brevemente—. Ya puedes dejarme en mi casa, tengo que prepararme para está noche.

Jorge llevo las manos a su rostro, respirando profundo. Estaba pensando seriamente en dejar de acompañar o ayudar a Tom, pero obviamente siempre estaría para sus amigos. En las buenas y en las malas.

—La próxima vez no quiero que pidas ayuda sobre... esas cosas que hacen los enamorados —dice Jorge estacionando el auto frente la casa de Tom.

—Me ayudarás —responde Tom—. Porque yo te ayudaré cuando quieras ayuda.

—Eso no sucederá. Ahora sal de aquí.

Tom ríe saliendo del auto, dejando algo incómodo a Jorge. Tom sabia que a Jorge por extrañas razones, le temía al amor o le tenia un pequeño resentimiento.

—¿Harás lo que tenías planeado? —preguntó Tom, inclinándose en la ventanilla.

—Aún no lo sé —respondió Jorge rascando su nuca.

—¿De qué se trata? —pregunta Tom.

—Es una locura, Tom —murmura Jorge.

—¿Me dejarás con la intriga? —bromea Tom.

—Quizá, ahora ve adentro y llama a Tiara —Dice, Jorge cambiando de tema.

—Se llama Thara —gruñe Tom.

[...]

Se dejó caer sobre su cama, sintiéndose más cansada. Sentía que respirar era lo más difícil que podía hacer, se mantuvo en silencio esperando a que todo se acabará. Cerró sus ojos, imaginando como sería su vida, si todo hubiese sido diferente.

Se sintió estúpida por pensar en el hubiera, nada iba a cambiar. Sus esperanzas habían sido desechadas despiadadamente. Así era su vida, no podía cambiarla. Pequeñas lágrimas se deslizaron por sus mejillas, pero las limpió bruscamente.

Ella ya no quería llorar más, pero se le dificultaba no hacerlo. Quería ser de piedra y no a sentir nada. Porque diariamente, algo la lastimaba, pero había algo que la hacia feliz. Por un corto tiempo, pero lo era.

—¿Chica desconocida?

My Hope | JORTINI |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora