My Hope | JORTINI |

Capítulo 22."¡No quiero que lo hagas!"

Jorge se detuvo sorprendiéndose, estaba tratando de comprender lo que había dicho la castaña. Había hablado tan rápido que ni tiempo le dio a él para responderle, pero escuchar su voz hizo que su enojo disminuyera.

Estaba pensando en sus opciones porque realmente era muy importante para él ir en busca de Will, pero por otro lado estaba la castaña que le había llamado para verse. Sin embargo, él quería ir a golpear a Will.

[...]

Tini estaba debajo del árbol, pensando en el chico de ojos verdes que capturaba su mente sin poder evitarlo. Se había imaginado diciéndole lo que en verdad sucedía, sus secretos. Pero... ¿Debía? ¿Por qué tendría que decírselo? ¿Lo merecía? ¿Podría soportar narrar lo sucedido? ¿Qué se arreglaría? No había respuesta, pero temía lo peor.

Los ojos de la castaña brillaron al verlo caminar hacía ella, su pulso se había acelerado. Sin embargo, su rostro no podía mostrar ninguna emoción, porque todo dentro de ella se revolvió.

—Hola, desconocida —dijo él sonriendo.

—Hola, ojos verdes —respondió Tini.

—¿Me citabas? —pregunta con una sonrisa.

—No, no realmente —respondió la castaña—, pero me temo que interrumpí tu intento de homicidio.

—¿Qué se supone que “hablaremos"? —preguntó Jorge, cambiando de tema.

Jorge no quería hablar sobre Will y Sasha, se había dicho así mismo que los citaría a los dos. Aún se sentía molesto y traicionado porque ni Sasha ni Will tuvieron el valor de decirle que ellos tenían algo. Cuando la castaña lo llamó, logró que se olvidará de su enojo.

—Solo olvida lo que sucedió en mi habitación —dijo de pronto evitando la mirada de Jorge.

—¿Qué? —Jorge trató de mostrarse divertido, pero por dentro sintió una punzada de dolor.

—No tuvo porque haber sucedido —ella clavó la mirada él, mostrándose distante.

—¿Por qué haces eso?

—¿Qué cosa? —parpadeó la castaña.

—Te lo dije ayer en tu habitación, sabes de que hablo —dijo Jorge, su voz era seria y tensa—. Quieres estar sólo tú y encerrarte en esa burbuja, te pido que me dejes entrar.

—No... —susurró la castaña, negando lentamente con su cabeza— No te dejaré entrar, a ti y a nadie más.

—Pero... yo... —Jorge suspiró, el fantasma de una sonrisa apreció la castaña— ¿Me aceptarías como amigo? Si eso te parece.

—N-No lo entiendes, Jorge —respondió la castaña, cubriendo su rostro con sus manos.

—¡Entonces dime! —dijo Jorge exasperado—. ¿Qué es lo que quieres? Porque realmente no te entiendo.

—¡No quiero que lo hagas! —gritó Tini, poniéndose de pie—. Y necesito que te alejes de mí.

—¡Perfecto! —Jorge se puso de pie, con el entrecejo fruncido—. ¡Me lo hubieses dicho antes de que viniera a perder mi tiempo! —Jorge se giró, dispuesto a irse.

—¡Jorge! ¡Espera! —gritó la castaña, viendo a Jorge irse con los hombros tensos.

—¡¿Qué?! —dijo en respuesta.

—¡Ven aquí! —exigió, cerrando sus manos en puños.

Jorge la miró fijamente y decidió no hacer lo que ella le pidió, se quedo en su lugar aún cuando ella volvió a pronunciar su nombre. La castaña caminó rápidamente hacía él y lo golpeó en el pecho varias veces.

—¡¿Acaso no entiendes?! ¡Eres desesperante! —dijo con su respiración agitada—. Dije que necesitaba que te alejarás... No que yo quisiera que lo hicieras.

Jorge se mostró sorprendido, tomó la mano de la castaña. Sin embargo la castaña deslizó su mano fuera de la de él.

—No quiero que te alejes...—dijo Tini, su mirada fija en los ojos verdes de él—. Amigo.