Capítulo 17. "Mentira piadosa"

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Miró su teléfono, no podía mover sus brazos sin sentir dolor. Pero, tenía que hacerlo, tenía que hablar con él. Gimió al estirar su brazo y tomar su teléfono con torpeza. Marco el número con dificultad, pero eso no la detuvo.

—¿Tini? —pudo escuchar como embozo una sonrisa.

—Hola...—saludo—. Sólo llamaba para decirte —respiro con dificultad—. Hoy no iré al instituto.

—¿Qué? —sonó desconcertado.

—Sí, lo se. A mi también me desconcierta avisarte, pero lo hago porque después haces estupideces —explica Tini.

—No iba hacer...

—Sé que de alguna manera cometerás una estupidez.

—¿Puedo saber el porqué no irás? —cambia de tema, riendo brevemente.

—Estoy enferma —mintió—. Además, te he dicho que no preguntes mucho sobre mí.

—Esta bien —respondió Jorge molesto—Espero te recuperes pronto.

Cortó la llamada con un suspiró ¿debía él soportar eso? Todos sus cambios de humores, sabía que él no lo merecía. Se sintió mal, porque él era el único que se preocupaba realmente.

—¡Martina! —escuchó aquel gritó, perforando sus oídos.

Sin poder evitarlo, lágrimas gruesas recorrían sus mejillas lentamente. Escuchó aquellos pesados pasos, se encontró a sí misma poniéndose de pie. Se preparó mental y físicamente a lo que se aproximaba.

[...]

—¿De qué hablas?

—Se acabó Beth —respondió Jorge.

—¿Qué? ¿Acaso no hice bien las cosas? ¿No soy buena seduciendo? Porque estos últimos meses parecías complacido con lo que te ofrecía —dijo Beth, sus ojos llenos de lágrimas.

—Beth, ya no estoy interesado. Además, tú tomaste esto como una relación —Jorge hablaba sin siquiera tener lastima—. Y me aburrí.

Caminó dentro del instituto, las palabras de Sasha no se alejaban de Jorge. Quizá -pensó- sólo es una atracción que debía tener un fin. Se sentía molesto, no sabía qué sentir exactamente.

Las horas pasaron lentamente para Jorge, sus pensamientos nunca se alejaron de la castaña. Pensó en su pequeña “enfermedad" que no le permitió salir de su cama, se imaginó que había inventado el estar enferma para poder faltar al instituto. Todos hacíamos eso.
Se preguntó ›› ¿Sus padres le creyeron esa mentira piadosa?‹‹ suponía que sí, de no ser así, ella habría llegado al instituto.

Al finalizar el día se le ocurrió una idea que probablemente a cierta persona en especial no le agradaría, se preguntó si debería llevar a cabo su idea o dejar pasar esa pequeña idea. Finalmente Jorge se decidió en llevar a cabo su idea.

Una vida sin riesgos no es vida.

—¡Jorge!

Tom corrió rápidamente hacía él, parecía que quería huir de algo o alguien. Se río al ver que estaba apunto de caerse, pero disimulo no haberse tropezado con sus propios pies.

—¿Qué sucede? —preguntó Jorge, riendo.

—N-necesito... lleves... urgente... yo...—hablaba entre jadeos, haciendo que sus palabras no se entendieran.

—Respira, amigo. Porque realmente no entiendo lo que dices.

—Tienes que ayudarme —dijo recuperándose—. Le prometí a Thara que la llevaría a un lugar especial, pero lo olvidé. Necesito urgentemente tu ayuda.

—¿Quién diablos es Thara? —preguntó Jorge, confundido repentinamente.

—Es la chica que me gusta y quiero impresionarla.

—¿Es la razón que te hizo más distraído?

—Si, digo... No —responde Tom, nervioso.

—¿Qué?

—Nada. ¿Me ayudaras? —pregunta Tom, desesperado.

—Si...—responde Jorge, su voz teñida de duda.

—¿Tenias planes? —pregunta Tom.

—Si, pero los dejaré para más tarde —se justifica Jorge—. Vamos, espero que Tiara se emocione mucho.

—Se llama Thara —corrige Tom.

Jorge caminó a su auto acompañado por un nerviosos Tom. Trataron de decidir que lugar podía ser muy bueno para una cita, por supuesto, Jorge conocía un lugar, pero planeaba tenerlo aún en secreto.

My Hope | JORTINI |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora