Capítulo 32. "Llegaste Tarde"

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La castaña regresó a su “hogar” sintiéndose furiosa con ella misma, pero no lo hizo notar. Las cosas estaban de mal en peor, y eso afectaba mucho. Se dijo así misma que no lloraría por lo que ella había hecho. Estaba apunto de escalar el árbol, pero una voz se escuchó a sus espaldas.

—Pensé que estabas dormida —se sobresaltó al escucharlo.

Se giró y se encontró con aquellos hermosos par de ojos color verde, estaba sorprendida de verlo ahí de pie, observándola. Tini ni siquiera mostró ninguna emoción al verlo, había miles de razones para no alegrarse.

—¿Qué haces aquí? —preguntó la castaña, cruzándose de brazos.

—Tú me llamaste —dijo Jorge, mostrando su teléfono.

—Lo hice...—admite la castaña—… pero me parece que has llegado tarde.

—No, creo que he llegado a tiempo —ahí estaba esa sonrisa de medio lado.

—¿Realmente viniste aquí sólo porque yo lo pedí? —dijo, rodando sus ojos.

—Deberías saber que haría cualquier cosa por ti.

La castaña quiso llorar y golpearlo y decirle que no quería verlo, ya le había dado la espalda. Su respiración se agito, pero no sabía si era por la furia o felicidad. Miró el cielo esperando a que las palabras más hirientes llegaran, y así fue.

—No importa lo que harías —dijo usando su tono frío—. Además, no sé qué haces realmente aquí.

—Tú me llamaste…

—Me equivoqué de número —lanzó una risa sarcástica, tan visible— ¿Por qué te llamaría?

—¡Deja eso! —gritó Jorge.

—¡¿Qué quieres que deje?!

—¡Sé que me llamaste! Y no digas que no te importa, porque lo hace —comenzó a acercarse—. He venido ¿qué necesitabas?

—¿Sabes? Sí, sí te llamé —admite—. Pero llegaste tarde. Demasiado.

—Los dos siempre llegamos tarde —le tomó los brazos—. Y creo que sólo funcionamos así.

—Suéltame —gruñe la castaña—. Puedo apostar que has visto mi llamada después de echar un buen polvo con tu novia.

Él la soltó.

—¿Recuerdas lo que me dijiste? —siguió la castaña—. No tienes tiempo para mí o para mis estúpidos problemas.

—He venido… —murmura él.

—¿Debo considerar que has venido después de echar un buen polvo? —pregunta con ironía— ¡No vuelvas a venir! Y te juró que no te llamaré si tengo un maldito problema.

[...]

Tini fue forzada a estar sentada en el sofá mientras un hombre nuevo aparecía por la puerta. No lloró por las noches, únicamente se dejó sentir miserable. No llegó a clases debido a que Jhon no la dejaba de observar, y obrigarle que se quedará en el sofá.

No tuvo miedo sobre quién quizá la “compraría” había estado un poco asustada con Jeff, pero Jhon ha estado subiendo la cantidad de lo que ella “valía”. Sin embargo, su miedo regresó el viernes por la tarde.

—Di una cantidad, Jhon —había dicho él hombre rubio de al menos veintinueve años.

—Doscientos grandes —respondió Jhon sonriendo.

—Perfecto —murmuró él hombre sonriendo —Ellos te traerán él dinero.

—¿Efectivo? —preguntó Jhon, frontando sus palmas.

—Por supuesto —dijo, mirándolo brevemente—. Ya eres mía, muñeca —añadió, acariciando el cabello de Tini.

En ese momento, perdió la valentía. Y en su lugar la fragilidad llegó.

My Hope | JORTINI |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora