La castaña quedó sorprendida al escuchar sus palabras, pero decidió seguir caminando y dejar de llorar, porque algo más había cambiado y eso le creaba un nudo en la garganta. Odiaba mentir sobre que no debía importarle Jorge, pero lo hacía.
Finalmente llegó a lo que parecía su destino.
[...]
—¿Debería preocuparme?
—No, Marie —susurró la castaña.
Sus pies la dirigieron a la persona que nunca le fallaría, Marie, porque ella parecía estar siempre ahí. Se preguntó: ¿Y si Marie hubiese sido su madre? ¿Tendría otra vida? Pero la vida nunca era justa, y ella lo sabía.
—Te veo triste —señaló Marie, llevándole un vaso de leche tibia.
—Solo quiero saber como hubiese sido mi vida sin él y toda su mierda —gruñó la castaña.
—¡Martina! —regañó Marie—. No digas groserías.
—Lo siento, pero se lo merece —suspiró la castaña—. Marie, siento que todo se desmorona y estoy siendo tragada por un agujero negro del cual no saldré.
—¿Lo dices por algo más? —curiosea Marie— ¿Es aquel chico que quería conocerte?
La castaña la observó a través de sus largas pestañas, no quería hablarle a Marie sobre él accidente con Jorge. Pero, necesitaba tanto sincerarse con alguien que la conocía como la palma de su mano.
—Lo sabe todo —confeso la castaña. Marie palideció al escucharla.
—¿Qué? ¿A qué te refieres con “todo”? —Marie, estaba alterada—. Pobre muchacho.
—¡No hables como si le fuesen a hacer daño! —defiende Tini—. Me he asegurado de eso.
—¿Asegurado? Martina, no puedes controlar la verdad o lo que él dirá, pronto lo hará…
—¡He hablado con él! —gritó la castaña, poniéndose de pie—. Le he dicho que se olvide de todo… incluso de mí.
—¿Te has enamorado, cariño? —la pena era visible en el rostro de Marie.
La castaña se aterrorizó al instante ¿como se atrevía Marie a decir eso? Quería gritar que era semejante estupidez que creyera en eso del amor, pero contuvo sus palabras. Ella respetaba a Marie y no iba a ofenderla, o al menos no diciéndole groserías.
—Marie te he dicho que el amor no existe —el tono frío y filoso de la castaña hizo estremecer a Marie.
—Mi niña… tú sabes que eres como una hija para mí y te quiero —Marie lo decía con el corazón—. Y pronto verás que tendrás un final feliz.
—¿Finales felices? Sabes, no soy más una niña y sé que no existen los finales felices. En el mundo real nadie puede estar para ti, siempre todo acabará mal. Y Marie...—dijo la castaña fríamente—. Yo no soy tú hija, debes comprenderlo.
Marie estaba herida, decepcionada y demasiado triste. Sin embargo, la castaña no enmendó sus palabras. Parecía que hubiesen estado practicadas o simplemente ella fue creada para destruir a todo aquel que se le acercarse.
Salió de casa de Marie sin siquiera despedirse o avisar que regresaría, porque probablemente no lo haría.
[...]
—¿Extrañabas esto? —preguntó Beth, vistiéndose.
Jorge no respondió le dolía la cabeza y quería salir de casa de Beth, prácticamente fue secuestrado por ella cuando él se encontraba un poco borracho. Aunque él no opuso resistencia, además quería regresar a lo normal y normalidad para Jorge significaba: Disfrutar sin compromisos.
Jorge se levantó al ver a Beth salir de la habitación, se vistió lo más rápido que pudo y tomo todas sus cosas. Pero antes de que saliera revisó su teléfono, revisó la hora y al parecer eran casi las cuatro de la mañana. Sin embargo, eso no le llamó la atención.
La castaña le había llamado.
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My Hope | JORTINI |
FanfictionSinopsis: Estaba destruida, no miraba vida alguna en ella. Podía notar que no había ni una pizca de esperanza en ella, no podía evitar querer ayudarla. Poco a poco me convertí en alguien cercano, pero no tanto como para saber que sucedía en ella. Gu...