Capítulo 26.Capítulo 26. "Lo perdí todo".

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Tini caminó hacía su cuaderno y se sintió desesperada y traicionada. Jorge había estado quejándose de una traición mínima, él habló de la confianza y eso había roto entre Tini y él.

Tomó el cuaderno entre sus manos, lo miró y sin poder evitarlo lágrimas cayeron de sus ojos. Aún recordaba cada palabra que había escrito, podía sentir el sufrimiento de aquellos días cuando apenas era una niña.

Las cosas, por supuesto, no cambiaron. Lo que estaba escrito ahí aun lo seguía sintiendo. Odio, soledad, desesperación, dolor y ira todo eso seguía contenido en su corazón. Abrió la primera página y ahí estaba el primer dibujo que había hecho en aquel estúpido diario.

Arrancó la hoja. Y la partió en dos.

Siguió mirando las paginas con lágrimas cayendo por su mejillas, quería borrar todo eso. Arrancó otra hoja que contenía dibujos, solo dejando las páginas llenas de palabras que ella había escrito.

Se acomodó en su cama. Abrazó su cuaderno, y se dio cuenta que había desechado buenos dibujos con significado que le hacían sentirse mejor cuando estaba triste. Sin embargo, ahora sintió que todo en ella había sido invadido.

Jorge había invadido sus secretos de mala manera y ahora se sentía asustada, no quería que nadie supiera de ella menos Jorge. Sólo habían dos personas que conocían de ella Marie y Dan, pero no demasiado como a saber lo que realmente sucedió con su madre y aquel tipo. La castaña tenía eso enterrado en su mente y pocas veces desenterraba ese recuerdo.

Sus ojos se sentían cansados y su cuerpo rogaba por descansar. Dejó a un lado el cuaderno, dejó caer sus últimas lágrimas antes dejarse vencer por el sueño.

[...]

Jorge entró a su casa subiendo rápidamente a su habitación. Dio un portazo y pateó el escritorio de su computadora, dio puñetazos a la pared y a la puerta. Estaba furioso con él mismo, había hecho las cosas mal.

Al parecer a él todo le estaba saliendo mal. Se sentía hipócrita al haberle dicho a la castaña que la confianza no debía romperse y el había hecho eso. Recordó que ella le había mirado con determinación cuando le pidió que se fuera de ahí.

Alguien tocó la puerta tres veces y Jorge no respondió. Quería culparse por todo y por lo estúpido que él había sido. Lamentablemente entraron a su habitación sin esperar la respuesta de Jorge  un “¡Vete!” aquella palabra que había perforado algo en Jorge.

—¿J-Jorge? ¿Estás... Estás bien? —Sasha había aparecido en su puerta.

—No, no lo estoy —dijo él—. Pero preferiría estar solo.

—¿Puedo ayudarte en algo? —Sasha no quería irse de ahí, quería estar con su primo.

—Lo perdí todo, Sasha —respondió él, sentándose al borde de su cama. Necesitaba hablar con alguien—. Perdí la confianza y he perdido a un amigo, a una prima y a una chica que está muy dañada.

—No me has perdido.

—No eres la misma Sasha que yo conocí... cambiaste al irte de aquí —confesó, diciendo lo que estaba sintiendo—. Mi mejor amigo no tuvo el valor de hablarme sobre ti y su relación.

—¿Y la chica? —preguntó Sasha, sintiendo un nudo en la garganta.

—La perdí y eso fue culpa mía, no debí entrometerme en su vida o en sus secretos. Apesar de nuestra difícil relación con peleas y ella golpeándome por ser un idiota, gritandonos —la voz de Jorge era melancólica—. Ser su amigo... Y ahora sé que ella no querrá verme y querrá hacerme a un lado. Fui un idiota.

Sasha observó a Jorge sorprendida, estaba segura de que Jorge no sólo iba a extrañar una amistad. No sabía si preguntarle más sobre aquello, lo único que podría hacer sería aconsejarle, y decirle que todo estaría bien apesar de no estar segura.

—Quizá no sea la indicada para aconsejarte, pero creo que deberías hablar con ella y pedirle disculpas. Todo se soluciona hablando —dijo Sasha, antes de salir de la habitación.

[...]

Jorge despertó pero esta vez sintiendo un vacío en su pecho, algo había cambiado y sabía que era. Salió de su casa pasando a sus padres sin siquiera darles unos »Buenos Dias« tampoco quiso desayunar.

Pero antes de que pudiese entrar al auto, su madre lo detuvo.

—Jorge, has estado usando el auto aún cuando te he dicho que no —regaño su madre—. Hoy no lo usarás.

—Perfecto —fue la única respuesta que dio y se alejó de su casa.

Llegar al instituto no fue algo que le gustará a Jorge, sus amigos fueron tras él. Eso provocó una mueca en la cara de Jorge, aún no quería hablar con ellos. Y mucho menos ahora.

—¡Jorge! —habló Will tomándolo del hombro.

Jorge se giró bruscamente, era a la persona a la que menos quería ver. Aún sentía la traición de parte de Will, recordó la vez que falto al instituto y dijo que iría a ver a su ex, obviamente había mentido y creía en la posibilidad que había visto a Sasha.

—Oye, tranquilo —dijo Will, alzando sus manos.

—¿Sucede algo? —preguntó Tom.

—Si y ahora necesito estar solo —dijo en tono frío.

—Somos tus amigos... —Will no terminó la oración, pues Jorge lo había tomado por la camisa mirándolo con ira.

—No te atrevas a llamarme amigo —masculla Jorge, su mirada era letal.

—¡¿Qué mierda te sucede?! —él miedo era palpable en Will.

—¿Qué te sucede Jorge? Suelta a Will, es tu amigo —dijo Tom, tratando de hacer retroceder a Jorge cosa que logró con demasiado esfuerzo.

—Ese imbécil no es mi amigo —respondió Jorge.

—¿De qué hablas? —pregunta Will, nervioso.

—¡¿Cómo te atreves a hacerte el desentendido?! —acusa Jorge queriendo lanzarse contra Will— ¡¿Quieres que lo recuerde?! Perfecto. ¿Por qué te metiste con Sasha?

Will se congeló. Y Tom pareció haber sido golpeado en el estómago. Se quedaron en silencio y para entonces Tom se había lanzado sobre Will.

My Hope | JORTINI |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora