Mi nombre es Stahl y llegue a este mundo en un determinado mes del año 2050, no tengo apellido porque nací en el abandono como un huérfano, mis primeros años fui criado junto a otros niños como yo en un orfanato de mala muerte, ¿por qué describo mi hogar de esta manera?, veamos por donde comenzar...
Al cumplir tres años y medio de vida, fui forzado junto a otros de mi edad a realizar trabajos forzados en la elaboración clandestina de indumentaria que iban desde pantalones, camisas, zapatillas, ect, esa era la asqueante verdad de este "orfanato", tomaban niños a los cuales "cuidaban" cuando estos cumplían la edad necesaria eran explotados, aquellos que se negaban no comían y para rematar eran castigados físicamente por su indulgencia, si para entonces su cuerpo había resistido el castigo, es decir no estaba fracturado o con un daño permanente que lo dejara invalido e inútil para los "amables términos" de esta institución "modelo", vivían otro día y en caso contrario, tenían un método para deshacerse de los niños muertos y hacerlos desaparecer sin dejar rastro, dado que este sitio se encontraba en una ciudad tan corrompida hasta la medula, a nadie le importaba que uno o dos o cinco huérfanos desaparecieran de la faz de la tierra.
Comíamos lo misma de siempre cada mañana que era un pedazo de pan acompañado de agua, teníamos suerte si nos alimentaban dos veces al día. Si alguien cometía un error en el trabajo era castigado de inmediato con una paliza (algunos murieron o quedaron "inútiles" de esta manera).
Un día un escuadrón de agentes policiales allano el orfanato arrestando a los propietarios, resulta que ellos estaban bajo investigación secreta de una agencia de servicios sociales y cuando habían dado con la evidencia que se necesitaba, se tomaron las molestia de clausurar todo y arrestar de por vida a los responsable, el terror había terminado... por ahora.
Cada niño fue llevado a diferentes hogares de adopción después de los hechos, yo caí bajo el cuidado de un sacerdote llamado Padre Eustolio en el orfanato "San Maria", era un hombre cincuentón, calvo y largas cejas, a pesar de la amable sonrisa que siempre presumía a los niños que cuidaba, tenía su mitad podrida.
— ¡Dios es todo, la vida, la muerte y la creación! –Exclamaba el padre mientras me daba con un látigo en la espalda.
En el sótano, amarrado de pie y de espalda era castigado desnudo por el mismísimo padre con un numero de latigazo de acuerdo a mi "pecado" (como el los llamaba), ¿qué fue lo que hice?, el orfanato brindada educación obligatorio lo cual era normal, sin embargo a la hora de hablar sobre "el origen del hombre", el creacionismo surgió como tema principal, sin embargo yo que había leído los pocos libros en mi anterior hogar para matar el aburrimiento o distraer mi frustración de lo que vivía en aquel entonces, uno de ellos se enfocaba en ese tema solo que con que el nombre de "la evolución", al preguntar de ello el padre me miro con unos ojos que expresaban un desdén sin compasión, exclamo que de mis labios falacias profanas escupía y tachándome de "pecador" me llevo al sótano en donde fui azotado un par de veces para expirarme de mis "malos actos".
Pero la cosa no era solo allí, cada mañana debíamos recitar una oración a dios frente al padre, si alguien se equivocaba o se mal entonaba terminaba "pecando", y eso era razón suficiente para ser llevado al sótano y cumplir su castigo, eran solo una de las tantas formas en que éramos "moldeados", algunos cayeron redondos aceptando a dios tanto física como mentalmente ante el dolor y la desesperación, pero yo resistí, lo único que ese miserable lograba era intensificar mi odio sin fin hacia él y su mísera religión.
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Metalord Revolution
FantasyUn hombre criado de manera funesta en su niñez de un insólito mundo habitado mayormente por Esper, se convierte en un traficante de armas gracias a su don de baja manipulación sobre metales con el cual las crea, viviendo clandestinamente en un país...