CAPITULO 34 LA MINA DE GRANARG

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PERSPECTIVA: Rozuel Drayt


Un día ha transcurrido desde que la carreta comenzó a moverse hacia nuestro rumbo determinado, hasta ahora me he mantenido en silencio junto a Allum sin intentar socializar con los aventureros que estaban a mi alrededor (tampoco es que fuera posible para mí, mucho no me caen bien).


—Bueno esto es demasiado obvio, yo lo preguntare, oye niño, ¿eso sobre tu hombro es un slime domestico?, por su apariencia y forma, diría... del tipo variante –Me habla uno de los aventureros adulto.


—Sí, ¿tienes algo contra eso? –Contra pregunte al mismo tiempo que respondí.


—No, es solo que... supongamos que no llegaras a sobrevivir a este trabajo, cosa que no querríamos que ocurriera, ¿sabes?, sería una pena que tu mascota quedara sola y sin nadie que lo cuidara, quizás yo podría...


— ¡Sera mejor que te calles!, no necesito tener 9 años para saber a dónde va esta conversación y mucho menos para saber que le depararía a Allum si terminara en tus manos, los tipos como tú, no me agradan en absoluto, ¿lo entiendes o necesito describírtelo en un dibujo y pegártelo en la frente?, "señor".


Todos miraban ocultando su leve asombro tras mi forma de responderle a aquel aventurero.


—Jejeje... ¡realmente tienes agalla chico!, bueno, dejaremos todos a la suerte del destino, procura no morir, niño.


—Je, entonces deberías procurar en cuidarte también, tampoco es como si tu fuera una excepción para la muerte –Opino el único adolecente pelinegro presente.


—Oye, ¿quién te demonios te ha hablado?, mantente en tus asuntos, "niño".


—Tengo 17 para que lo sepas, pero es gracioso que me digas "niño", ya que me lo dice un adulto con un comportamiento tan poco maduro con semejanza a uno, hasta el punto de amenazar indirectamente a un niño para quedarse con su slime y venderlo, ¿no sientes vergüenza o simplemente eres tonto?.


— ¡No me provoques maldito!, puedo contenerme para no pegarle al niño, ¡pero con gusto te daré una paliza a ti!.


—Yo que tú no lo haría, al menos después de ver esto.


El muchacho mostrando el dorso de su mano derecha, enseña una marca tatuada de un sol negro con el dibujo de una daga color escarlata de toque místico en el centro, todos los aventureros (con excepción del enano) pusieron un rostro estupefacto. Por mi parte juraría haber visto esa marca en una ocasión.


— ¡Tu... no eres un aventurero, eres un miembro de esa orden de asesinos "La daga Escarlata"! –Dice entre nervios y sudor el aventurero que amenazaba hace unos momentos de golpearle.


—Así que conoces algo del grupo a que pertenezco, que poca cosa, ¿y bien?, ¿aun insistes en querer golpearme?, "señor".

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