CAPITULO 198 UN RENCOR DE HACE TRES AÑOS

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PERSPECTIVA: Rozuel Drayt


Puedo llegar a soportar los insultos, la indiferencia o incluso discriminación como un puñetazo, ¿conque diferencia habitual al resto de ofensas hacia mi persona?, la diferencia radica en la confianza. Aunque las relaciones estén tensas tras los agravios, aún perdura la mínima posibilidad de un "perdón", de restablecer esa confianza dañada o agraviada.


Pero con la traición, no existe remedio o solución que resuelva un acto tal desleal, un sentimiento de impotencia te inunda, la mayor de las decepciones cuando de confianza apuñalada se trata. ¿Exageración?, no para mí, si alguien te refriega esa confianza en su rostro de mala gana, solo puede pensar en una cosa, en devolvérselo con un tiro en su propio rostro.


—Livia Archan -Pronuncie su nombre.


Tres años, es el tiempo en que la vi por última vez, en la ciudad de Macur, en aquella competencia entre aquelarre, sin previo aviso, simplemente apunto su arco contra mí, revelando sus traicioneras intenciones.


—Por supuesto, tú debes ser la joven y leal bruja que sirve a Alice Kyte, la Yudaz más buscada por todos los aquelarres -Lecius hablo en torno a Livia.


Una flecha es dispara por la bruja arquera hacia el presunto elfo de piel azul, pero este moviendo solo un poco su cabeza, evade el proyectil el cual, además, estaba potenciado con magia.


—No te atrevas a hablar con tal descarada lengua sobre la ama Alice -Una molesta Livia le advirtió.


—Oh, esa mirada siniestra apartara a todos de ti, joven bruja.


—Me da igual... -Dice con el tensar de una nueva flecha a una velocidad inhumana —Con tal de conseguir mi propósito, a estas alturas, ya da igual.


—Ya veo, con que se trata de un "has vendido tu alma al demonio", ¿qué oferta trae esa promesa para cautivarte a morder tal "fruta tentadora"? -Pregunto Lecius —Podría asumir que "poder", pero... para ti sería demasiado predecible una oferta tan barata, hay algo más, ¿verdad?, un motivo extra, algo como venganza absoluta...


Livia dispara una segunda flecha apuntando al pecho del hombre de piel azul, pero sus reflejos denotan también estar por encima de tal amenazante proyectil, moviéndose en un instante hacia un costado y esquivando el segundo disparo de la bruja.


—¡Ja!, acerté, ¿no es así? -Dice el tal Lecius con el levantar de sus brazos y un rostro burlón.


—No fallare el próximo...


Antes de que Livia pudiese si quiera completar su oración o colocar una nueva flecha en su arco, varios disparos de mi AK-47 son dirigidos hacia la bruja.


—Eres un sangre de bruja entrometido...


Los disparos terminan fallando, la bruja consiguió moverse sobrehumanamente a tiempo para evadirlo, saltando y perdiéndose a la vista entre los numerosos árboles y follaje de la selva. Cuando volví a dirigir mi arma contra Lecius, este había desaparecido, siquiera escuché o puede percibir (sensorialmente) su huida. Dos rostros conocidos y hostiles, pero solo a uno podía dedicarle mi tiempo, no tarde en elegir a quien.

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