Opuestos. (COMPLETA Y CORREGIDA)

Confusión

Desperté por un rayo de sol tenue que se colaba a través de alguna ventana. Abrí mis ojos con lentitud, encontrándome en mi habitación, sintiéndome confundida.

¿Cómo carajos llegué aquí?

Recuerdos de lo que había sucedido llegaron a mi cabeza, aturdiendo mi cerebro, causando un estremecimiento en mi cuerpo, junto a un dolor en mi nuca. Mi mano viajó a esa parte, sorprendiéndome al sentir una venda, cubriendo parte de mi cabeza.

¡Auch!

Siento que me lanzaron dentro de un barril con ácido, para después sacarme y masticarme, luego vomitarme y así acabar conmigo. Negué con suavidad ante aquel pensamiento.

Me levanté con cuidado de la cama, sintiendo un leve mareo ante el movimiento, dándome cuenta que traía otra ropa diferente a la que recuerdo haber usado.

Espero que no haya sido Tyler el que me cambió; me daría vergüenza. No seas mentirosa. Ya él nos vio sin la mayoría de nuestra ropa.

Moví mis ojos con fastidio, ignorando a la insoportable voz de mi cabeza, decidiendo que saldría de aquí para averiguar qué había sucedido. Al estar en el pasillo, pude escuchar, con poca claridad, algunos murmullos provenientes de la planta baja; pude apreciar, y reconocer, la voz de Tyler sin problema alguno.

- Volvió a escapar. - ¿Quién volvió a escapar? ¿De qué hablan?

- Ahora debemos tener mucho más cuidado. - ¿Ese es Benjamin?

Dí un pequeño salto en mi lugar debido al susto, el cual me hizo sostenerme la cabeza con delicadeza, viendo a mi madre salir de su habitación, mirándome con sorpresa y preocupación.

- ¿Qué haces levantada, Gabi? Regresa a la cama. - Negué.

- ¿Dónde está papá? - Según lo que había podido recordar, él había sido herido. Mi madre suspiró con tristeza, asintiendo.

- Está adentro. - Me aparté de su lado, queriendo entrar para poder verlo pero me detuvo. - No creo que quiera que lo veas así.

- Es mi padre. - La miré como si aquello que dijo no tuviese sentido, viéndola asentir ante mis palabras.

Abrí la puerta con cuidado, sintiendo cómo las lágrimas se acumulaban en mis ojos al apreciar la escena. Mi padre tenía varios golpes en su rostro mientras sus manos eran cubiertas por vendas, casi en totalidad. Me acerqué con lentitud, viéndolo abrir sus ojos con lentitud.

- Oh, hija, no tenías que verme así. - Su voz salió en un pequeño murmullo exhausto; negué en silencio, mordiendo mi labio inferior para no sollozar.

- ¿Qué sucedió? - Me arrodillé a su lado, analizándolo por completo, asombrándome al observar su cuerpo: tenía sus costados vendados por igual.

- Cuando te desmayaste, Tyler se transformó con rapidez para poder sacarte de ahí. Yo sentía tanto enojo contra Caio que pude sentir la fuerza correr a través de mis venas. Me abalancé sobre él, atacando todos sus puntos hasta que me cansé. Obviamente, sus golpes no cesaban, y ni hablar de sus mordidas.

Mi padre suspiró, haciendo una mueca de dolor; reaccioné con rapidez, moviendo mis manos, intentando ayudarlo pero fue en vano.

- ¿Estás bien? ¿Deberías haber sanado ya? ¿Cómo funciona esto? - Sonrió débilmente ante mi ansiedad, dando una caricia a mi mejilla; sólo pude estrujar su mano contra mi rostro, siendo gentil con él.