Cerré mis ojos, intentando no perder la cabeza con aquella información, cuando su esencia chocó con fuerza en mi interior, haciéndome suspirar y respirar con calma.
Abrí mis ojos, encontrándome con el rostro de Tyler a pocos centímetros del mío, su ceño fruncido y su mirada gris azulada, fría por la preocupación.
- Te estuve buscando, Gabriella. Parecía un demente corriendo por toda la aldea, preguntando si te habían visto. No me vuelvas a hacer eso.
¿Y dónde quedan sus súper habilidades de perro?
Sonreí, dejando en blanco mis ojos, mirando a Lucía, quien observaba a Tyler con una sonrisa, negando en silencio.
- ¿Crees que dejaría que le pasara algo, Tyler? Merezco más credibilidad y respeto.
Tyler miró a Lucía, dejando a su ceño relajarse, riendo suavemente, acercándose a ella para abrazarla y dejar un beso en su cabeza.
- Lo siento, Lu, pero sabes cómo me pongo. - Ella palmeó sus brazos con comprensión.
- Lo sé, querido, lo sé. - Ambos se separaron, viéndola a ella mirarme con determinación. - Ve a descansar, cariño; lo necesitas.
No pensaba en que necesitara el descanso, pensaba en descubrir todo lo que me falta, o por lo menos, entender mucho más, pero asentí en silencio, levantándome de mi lugar, acercándome a ella para abrazarla. Sus brazos me recibieron con amor, dejando un pequeño beso en mi mejilla.
Salí junto a Tyler, despidiéndome de Lucas en el camino, caminando en silencio por la aldea, mirando a todos lados menos a él. Tyler había entrelazado nuestras manos, llevándome pegada a su enorme cuerpo.
Al llegar a casa, Tyler abrió la puerta, dejándome entrar primero, cerrando con seguro la entrada principal.
Planeaba subir las escaleras, cuando sus enormes, y calientes, manos me detuvieron. Me hizo girar, quedando frente a él mientras rozaba sus dedos con suavidad por mi mejilla. Sus ojos me enloquecían.
- Te extrañé mientras no estuviste conmigo. - Acercó su rostro al mío, rozando sus labios contra los míos con demasiada sensualidad, incitándome a muchas cosas.
- No parecía así. - Oh, genial. Linda forma de arruinar el momento.
Miré a Tyler en silencio, esperando su respuesta, separándose levemente de mí.
- Lo dices por Bethany. - Sabía que no lo estaba preguntando, lo estaba afirmando. Suspiró, pasando una de sus manos por su cabello, desordenándolo un poco. - Lo lamento por ella. Es mi ex, sí, pero a ninguna de ellas las he amado como te amo a ti, princesa.
Tomó mi rostro entre sus manos, dejando un beso en mi frente; suspiré algo resignada, cerrando mis ojos, dejando a mis manos descansar sobre su pecho. Sé que es algo cierto. Si así fuera con mi ex, diría lo mismo: nunca lo amé como amo a este idiota. Abrí mis ojos encontrándome con la mirada burlona de Tyler.
- Pero debes reconocer que soy tu idiota. - Reí sin fuerza, negando en silencio.
- Te amo, idiota. - Él dejó un beso en mis labios, levantándome del suelo, hundiendo su rostro en mi cuello mientras, yo, enredaba mis piernas en su cintura.
- Te amo, princesa. No te haces una idea de cuánto. - Sonreí, sintiendo que nos movíamos, dándome cuenta que nos llevaba escaleras arriba.
Había una pregunta que debía hacerle antes que algo más nos interrumpiera, así que esperé hasta llegar a la habitación para tener privacidad. Me dejó sobre la gran cama, viéndolo acomodarse a mi lado, atrayendo mi cuerpo al suyo, acariciando mi cabello.
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Opuestos. (COMPLETA Y CORREGIDA)
Lobisomem- ¿¡Qué haces!? - Grité - Sólo confía en mí, ¿quieres? - Me sentía en extremo nerviosa, y él sólo seguía desvistiéndose. Mi sorpresa fue grande cuando lo vi transformarse en aquel lobo gigante, de un color blanco con algo de negro y gris; aquel que...