Comencé a sacudir mi cabeza en señal de afirmación, ya que mis palabras no parecían salir, y Tyler esperaba por una respuesta. Como pude, pasé en seco el nudo de mi garganta, acercándome a él, tomando su rostro entre mis manos.
- S-sí, Ty, sí quiero. - Mis palabras salieron en un susurro que él escuchó a la perfección.
Se colocó de pie, colocando el anillo en mi dedo, dejando un beso en el dorso de mi mano para, luego, tomar mi rostro entre sus manos, secando mis lágrimas con sus pulgares, dejando un beso tierno sobre mis labios.
- Tomaré estas lágrimas como lágrimas de emoción. - Reí un poco, colocando mis manos sobre su pecho, asintiendo.
- Lo son, tonto. No me esperaba algo como esto. - Él rió con suavidad, dejando un beso en mi frente, hablando desde ahí.
- Gracias, princesa. Me has hecho el hombre más feliz del planeta entero. - Tomé su rostro entre mis manos, mirándolo con un sin fin de emociones.
- Y tú me hiciste la mujer más pendeja del planeta entero. - Él rió ante mi comentario, asintiendo con suavidad, uniendo nuestros labios en un beso tierno.
Fuimos interrumpidos por unos aplausos que llenaban el silencio y al separarnos para observar mi alrededor, toda mi familia, junto a la de Tyler, se encontraban aquí, reunidos en combo.
- ¡Dijo que sí! - Tyler dio un leve grito de júbilo, haciéndome reír al escucharlo.
Nuestra familia se acercó a nosotros, dándonos abrazos, repartiendo felicidad por todo el lugar. Leslie también estaba aquí.
Mis ojos no podían parar de derramar lágrimas. Me sentía peor que una catarata y no creo que exista un tapón lo suficientemente grande como para detenerme.
A ver, pendeja, no te creas ballena. Esos agujeritos se cubren hasta con algodón. Moví mis ojos con fastidio al escuchar a mi conciencia.
Deberías estar feliz por lo que nos sucede. Lo estoy, retrasada. Sólo que no lo demuestro igual que tú.
Decidí ignorar a mi conciencia y me dediqué a disfrutar el resto de noche. Tyler había reservado este pequeño sitio para poder reunirnos con nuestras familias y amigos. Estábamos todos disfrutando del momento, sin interrupciones ni estupideces. Sólo nosotros.
- Ahora debemos hacerlo oficial ante la aldea. - Miré a Tyler, quien me sujetaba de la cintura mientras bailábamos en sintonía con la música suave y lenta.
- ¿Cuándo piensas hacerlo? - Él dejó un beso en mi frente, provocando que cerrara mis ojos.
- Pronto, princesa. Muy pronto. - Sonreí en mi lugar, acomodando mi mano en su cuello, descansando mi cabeza sobre su hombro.
Nos quedamos un buen rato así, disfrutando de nosotros, hasta que todos decidieron que era hora de irnos. El viaje a la aldea era un poco largo, aunque no mucho, y desde mañana comenzaría con mi trabajo nuevamente, así que debía ir a dormir para trabajar con energía.
Me despedí de mis padres y mi hermano, esperando verlos pronto; aunque a este último le dije que estaría pasando por él para llevarlo al instituto todos los días. Aceptó emocionado, diciendo que por fin podría compartir momentos de soledad conmigo. Reí, dejando un beso en su mejilla.
Al estar listos, Tyler tomó mi mano, llevándome hacia el jeep. Creí que sus padres se irían con nosotros pero no fue así. William se despidió de ambos, diciendo que nos vería en la casa y que nos cuidáramos mucho. Emily dejó un beso en mi mejilla, dándome un suave abrazo, deseándonos suerte.
Fruncí mi ceño sin comprender sus palabras. Íbamos a casa, ¿para qué desearnos suerte? Observé a Tyler, buscando respuestas pero sólo sonreía. Abrió la puerta para mí, haciéndome subir mientras lo veía subir con emoción contenida.
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Opuestos. (COMPLETA Y CORREGIDA)
Lobisomem- ¿¡Qué haces!? - Grité - Sólo confía en mí, ¿quieres? - Me sentía en extremo nerviosa, y él sólo seguía desvistiéndose. Mi sorpresa fue grande cuando lo vi transformarse en aquel lobo gigante, de un color blanco con algo de negro y gris; aquel que...