Me encuentro en la oficina de William, reunida con mi padre, Tyler, Daniel, William y Kai, quien no se separa de mí o Tyler. Les comenté lo que Gwen había dicho, llegando a la conclusión de que ella los había ayudado con ciertas cosas, pero Bethany fue quien más avivó todo el asunto, sólo por venganza.
- A veces me pregunto si mis antiguos "amores" serían capaces de hacer algo así contra ti. - Hablo mirando a Tyler, viéndolo reír con suavidad. - Claro, tú los matarías o algo pero es increíble hasta donde llegan tus "amores". Están bastante locas, a decir verdad.
- Gracias, Gabriella. - Escucho el tono mordaz de la voz de Dahlia resonar en la oficina, haciéndome reír, causando que me levante del asiento para darle un abrazo fuerte.
- Sabes que lo digo con cariño hacia ti, pero - me separo de ella, mirándola con seguridad - es totalmente cierto. Acéptalo.
Ella ríe con suavidad, asintiendo en acuerdo ante mis palabras, dándome otro abrazo, dejándome ver a Oliver entrar justo detrás de ella; me separo con rapidez, acercándome a Oli, dándole un abrazo.
- ¿Cuándo llegaste? - Ríe, devolviéndome el abrazo con delicadeza.
- Cuando los jefes convocaron cazadores, aliados y demás seres sobrenaturales para buscarte. - Río al escuchar su respuesta, separándome de él.
- Bienvenido a casa, Oli. - Asiente, dejando un beso en mi mejilla; me giro sobre mis talones, encontrándome a Dahlia observando a Kai con cierto deseo. Sonrío, acercándome a él, queriendo presentarlo ante ellos dos. - Quiero que conozcan a Kai. Es, algo así, como mi protegido, aunque es él quien me cuida a mí.
Kai sonríe, acercándose para saludar a Dahlia, estrechando sus manos, dejándome ver cómo esta muerde su labio inferior; al separarse, se acerca a Oli, haciendo lo mismo. Este último le da la bienvenida.
- Kai, ve a descansar un poco. - Me mira de manera dudosa, haciéndome asentir con una sonrisa. - Te necesito con todos tus sentidos despiertos.
- De acuerdo, princesa, pero - me mira con seriedad, dándome a entender su compromiso - si me necesitas, sólo llama.
Asiento con una sonrisa, viéndolo salir de la oficina, despidiéndose de todos. Miro a Dahlia, sabiendo que Kai no podrá escucharme. Creo.
- Así que te gusta, ¿eh? - Ella ríe al ver mi movimiento de cejas.
- No diré nada, Gabriella. No todavía. - Todos ríen al escuchar sus palabras, viéndola asentir, retomando nuestra conversación.
Unas dos horas entre planes y conversaciones han pasado en las que me siento morir con lentitud. Mis párpados pesan con exageración, sintiendo que mi cabeza está en las mismas; ya ni estoy prestando atención.
- Tyler, llévala a descansar. - Escucho la voz de Oli, a un tono bastante moderado. - Está que muere de manera lenta. - Lo observo con una leve sonrisa, apoyando mi cabeza sobre el dorso de mi mano.
- Gracias, Oli. - Él sonríe, negando en silencio.
Siento que me levantan con cuidado, dejándome acomodar mi cabeza sobre el pecho de mi amado. Su respiración acompasada, y sus bellos latidos, hacen que mi cuerpo se relaje de manera única. Al llegar a nuestra habitación, Tyler cierra la puerta con su pie, acomodándome sobre la cama, acercándose a cerrar las cortinas y ventanas, dejando la puerta del balcón entreabierta para que la brisa pase sin impedimento.
Lo veo acomodarse a mi lado, atrayéndome a su pecho, acariciando mi espalda con gentileza. Una pregunta invade mi mente, causando que mi lengua haga un esfuerzo enorme por soltarla.
- ¿Cómo será este embarazo? - Siento el cuerpo de Tyler temblar debajo de mí, comprendiendo que se está riendo.
- Como uno normal, princesa. - Deja un pequeño beso en mi cabeza. - Los embarazos en nuestra especie son bastante parecidos al de los humanos; tal vez un poco menos en tiempo, pero es casi igual.
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Opuestos. (COMPLETA Y CORREGIDA)
Hombres Lobo- ¿¡Qué haces!? - Grité - Sólo confía en mí, ¿quieres? - Me sentía en extremo nerviosa, y él sólo seguía desvistiéndose. Mi sorpresa fue grande cuando lo vi transformarse en aquel lobo gigante, de un color blanco con algo de negro y gris; aquel que...