- Tyler. - Hablé con toda la calma posible, viendo cómo el cuerpo de Ty se estremecía de a poco.
Me dí cuenta que no se encontraban solos. Casi todos estaban aquí, exceptuando por Spencer y Ryan, que no tenía ni la más remota idea de dónde podían estar. Todos me miraban en silencio mientras, yo, me acercaba a Tyler; sólo yo puedo ayudarlo a calmar su animal interior.
Coloqué mi mano sobre su mejilla mientras él cerraba sus ojos, inhalando con fuerza el aire, botándolo con cuidado sobre mi rostro. Sonreí al sentir su aroma mentolado golpearme.
- Viene por ti. - Abrió sus ojos, mirándome con dolor contenido. Asentí en silencio, intentando quitarle aquel peso.
- Lo sé, amor. No pierdas los estribos todavía. - Él suspiró, asintiendo con rendición; me giré con cuidado, observando a los demás, sintiendo los brazos de Tyler rodear mi cintura. - ¿Qué fue lo que sucedió con Spencer? - Todos se miraron en silencio, sin poder decirme algo. - ¿Y bien?
- Fue atacado por uno de los licántropos de Caio. Logró hacerle daño, aunque no fue nada grave. O eso queremos creer. - Fruncí mi ceño, observando a William.
- ¿Cómo es eso posible? Todavía no es de noche y Spencer debió estar haciendo su ronda habitual como siempre. - William asintió, suspirando.
- Es lo que intentamos averiguar, princesa. - Asentí con determinación.
- ¿Dónde está él? - William miró detrás de mí y asintió.
- Con Lucía. Sólo ella puede ayudarlo. - Asentí, separándome de Tyler, saliendo de aquella oficina, dirigiéndome a la casa de Lu.
Una mano en mi brazo me detuvo de salir en totalidad de la casa. Miré a Tyler, dándome cuenta que me observaban con preocupación; me acerqué a él, colocando mi mano en su mejilla, sonriendo un poco.
- Estaré bien, Tyler. Ustedes necesitan resolver esto cuanto antes. - Él asintió, dejando un beso en mi cabeza.
- Ten cuidado, Gabi. Alguien está sacando información para dársela a él. - Asentí, dejando un beso en sus labios, separándome de él, saliendo de la casa.
La gente de la aldea se encontraba en sus quehaceres habituales; cada vez que alguno me veía pasar, hacían una pequeña reverencia, mostrándome algo de respeto, sonriendo un poco; les sonreía de vuelta, haciendo un leve movimiento de cabeza, siguiendo mi camino.
Al llegar a la casa de Lu, me detuve frente a la puerta, queriendo avisar de mi presencia, cuando Lucas me abrió, recibiéndome con una bella sonrisa cálida. Sonreí por igual.
- Princesa. - Sonreí, dejando en blanco mis ojos, negando en silencio.
- Ya te dije que me digas Gabriella, Gab o Gabi, Lucas. Ya lo hablamos hace un tiempo. - Él asintió, sonriendo, haciéndose a un lado, dejándome pasar.
- Lo sé, es la costumbre. - Me hizo entrar a la casa, cerrando la puerta a nuestro paso. - Si buscas a Lucía, se encuentra en el segundo piso, en la habitación final del pasillo. - Asentí en su dirección, viéndolo perderse por uno de los tantos pasillos de la casa.
Me dirigí hacia la habitación que Lucas había mencionado, subiendo las escaleras, deteniéndome antes de entrar, escuchando las leves quejas de Spencer.
- Duele, Lu. - Un leve suspiro.
- Si sigues quejándote, haré que te duela mucho más. - Escuché una leve risa y sonreí. - Vamos, princesa, no te quedes afuera.
Negué con una risa suave, entrando a la habitación, siendo recibida por la sonrisa de Lu, la mirada de asombro de Spencer y la mirada burlona de Ryan.
ESTÁS LEYENDO
Opuestos. (COMPLETA Y CORREGIDA)
Hombres Lobo- ¿¡Qué haces!? - Grité - Sólo confía en mí, ¿quieres? - Me sentía en extremo nerviosa, y él sólo seguía desvistiéndose. Mi sorpresa fue grande cuando lo vi transformarse en aquel lobo gigante, de un color blanco con algo de negro y gris; aquel que...