Opuestos. (COMPLETA Y CORREGIDA)

Movimientos

¿A quién intenta asustar? ¿A mi madre o a mí?

Escucho un golpe en la puerta trasera que me hace tensar con rapidez, colocando una de mis manos sobre uno de los sai mientras camino hacia ella; respiro con alivio al ver el cuerpo de Tyler a través de la ventana de la puerta, mirando con sospecha los alrededores. Al abrir la puerta, me ubico a su lado, observándolo con ansiedad.

- ¿Hallaste algo? - Negó en silencio, mirando el bosque frente a nosotros. - ¿Qué sucede?

- Siguen aquí; puedo escucharlos, sentirlos. Sólo están bien camuflados. - Siento que mi cuerpo recibe un sacudón fuerte al escuchar aquello. - ¿Y Helena?

Reacciono de mi estupidez, entrando nuevamente a la casa, buscando a mi madre en la habitación; al entrar en ella, hablo.

- ¿Mamá? Soy yo. - Veo que la puerta de su armario se abre, dejándome ver que había estado asustada hace un rato, pero algo sucedió. Se veía... tranquila. - ¿Estás bien?

- Hablé con tu padre. Me dio calma y tranquilidad; dijo que viene en camino. - Asentí, acercándome a ella para darle un abrazo. - Gracias por venir tan rápido, cariño.

- Eres mi madre. Incluso si estuviese en la China, vendría corriendo a salvarte. - Escucho su suave risa y nos separamos. - ¿Benjamin?

- Salió. Dijo que tenía una cita o algo parecido. Ya sabes cómo es tu hermano de cerrado conmigo. - Reí levemente, asintiendo en silencio. - ¿Tyler está aquí?

- Sí. Está vigilando. Siguen cerca. - Mi madre se estremece con suavidad, asintiendo.

- Bajemos. Limpiaré aquel desorden. - Asentí y nos tomamos de la mano, bajando a la sala.

Al llegar, la ayudé a limpiar aquello mientras ella se burlaba de mis expresiones. Claro, a ella no le da tan fuerte ya que es enfermera y ha tenido que ver sangre por montones, pero para mí es más... complicado.

- ¿Hija? - Me levanto del suelo al escuchar la voz confusa de mi padre, acercándome a él para saludarlo. - ¿Qué haces aquí? - Sonrío.

- Mamá me llamó y vine cuánto antes. No quería dejarla sola. - Él sonrió con comprensión, asintiendo.

- ¿Dónde se encuentra Tyler? - Señalé hacia la cocina y suspiré.

- No ha querido entrar. Dice que, si se da ese lujo, ellos atacarán. - Mi padre asiente, deja un beso en mi mejilla, saluda a mi madre y va directo hacia mi prometido. - Sé que son distracciones. Lo que no entiendo es ¿qué movimientos planean? ¿Por qué hasta ahora? ¿Para qué?

Suspiro con algo de frustración, dejando aquellas preguntas flotando en el aire, girándome en silencio, observando a mi madre con confusión al analizar su rostro: es toda una obra de arte ver sus ojos abiertos como platos mientras su labio inferior tiembla, de manera casi imperceptible.

- ¿Qué sucede? - Señala hacia afuera con disimulo, haciendo que frunza mi ceño, obedeciendo a lo que pide.

Me giro con lentitud, dejando de respirar al encontrarlo ahí, en acecho como un león, en espera de que haga algún movimiento.

¡¡Respira, mujer!! ¡¡No nos mates!! Me obligo a respirar al escuchar a mi conciencia hablar, evitando soltar jadeos o algo parecido.

- Tyler. - Mi voz sale en susurro pero sé que me ha escuchado porque, Caio, también lo hizo.

- ¿Gabi? - Siento que llega a mi lado, pero yo no despego mis ojos de aquel intruso. Tyler sigue mi mirada, apreciando cómo se tensa al ver lo mismo que yo, comenzando a temblar. - Quédate aquí.