Mis patas aceleran a todo lo que mi cuerpo da, alcanzando a mi enemigo en menos de nada, lanzándolo hacia el suelo con fuerza.
Gruño en su dirección, enseñándole mis dientes sin miedo; ya no más. Lo veo observarme con terror y algo de sorpresa, sin querer demostrarlo del todo, levantándose del suelo.
En un movimiento rápido, se abalanza sobre mí, intentando vencerme pero no se la dejaré tan fácil. Nuestros cuerpos caen con fuerza nuevamente, revolcándose sobre el suelo terroso, sin siquiera doler ni un poco.
Mis patas alcanzan sus costados y cabeza, causándole heridas feas y profundas, provocando quejidos de dolor que escapan de su hocico.
Logro quitármelo de encima, lanzándolo lejos de mí, haciendo que estrelle su espalda contra los árboles, provocando un ruido bastante espantoso. Me levanto del suelo, dirigiéndome hacia él, totalmente decidida en acabar con su vida, queriendo vengar todas las muertes y vidas inocentes que ha quitado por su deseo de conquista.
Tan inútiles como él.
Hoy logró hacerlo de nuevo, pero esta vez, me arrebató algo que me pertenecía, algo que amaba, incluso sin haberlo visto. Mi deseo de sangre está por las nubes.
Me levanto sobre mis patas traseras, aprisionado su cuerpo contra el árbol con mis delanteras, evitando que escape. Dirijo mi hocico cerca de él, cerrando con rapidez, intentando herirlo con fuerza pero logra esquivarme. No dejaré que escape.
¡¡Claro que no, pendeja!! ¡¡Acabáremos con este infeliz que tanto daño ha causado!!
Sonrío mentalmente al escuchar a mi conciencia, tomando toda la fuerza que tiene mi cuerpo para acabar con él. Dirijo mis dientes alrededor de su pata izquierda, cerrando mi hocico, lanzándolo contra los árboles, causándole más dolor, escuchándolo quejarse.
Corro de nuevo hacia él, enterrando mis garras en su espalda, causando un aullido de dolor bastante fuerte; resuena por todo el lugar, haciéndome sentir emocionada y orgullosa.
Acerco mis dientes a su cuello, cerrando con fuerza mi hocico, arrancándole un pedazo de su piel, junto a su carne. El aullido de dolor es tan fuerte que, en vez de detenerme, me hace continuar con más ganas de verlo acabado.
Logro empujarlo con mis patas hacia el suelo, dejándolo boca arriba, golpeando con mis patas delanteras su pecho, una y otra vez.
Varios golpes después, logro atravesar su pecho con mis garras, llegando a su corazón, aplastándolo sin piedad, sin miedo, sin asco, sin nada; y, sólo por si acaso, cierro mis dientes alrededor de su cuello, arrancando su cabeza en dos mordidas.
Me detengo en seco al volver en razón, mirando a mi alrededor, observando a todos los que venían conmigo, y algunos licántropos, no demasiados, mirarme con mucho respeto y temor.
Veo que Tyler se acerca a mí a paso trote, aunque con cierta precaución, uniendo nuestras cabezas, lamiemdo un poco mi hocico sucio, mostrándome un poco de amor a pesar de todo lo ocurrido.
- Estoy totalmente sorprendido y adolorido, princesa. Esto nunca había sucedido. - Sonrío un poco, sintiéndome algo halagada.
- Primera vez que veo una transformación así. - Observo a mi padre, asintiendo en silencio. - Vayamos a casa e intentemos traerte de vuelta, hija. Esto estará interesante.
Sonrío, asintiendo una vez, observando al resto, viéndolos inclinarse ante mí; frunzo mi ceño, sintiéndome extraña pero sin decir ni una sola palabra. Antes de siquiera salir corriendo, me devuelvo al castillo en busca de Carmen.
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Opuestos. (COMPLETA Y CORREGIDA)
Hombres Lobo- ¿¡Qué haces!? - Grité - Sólo confía en mí, ¿quieres? - Me sentía en extremo nerviosa, y él sólo seguía desvistiéndose. Mi sorpresa fue grande cuando lo vi transformarse en aquel lobo gigante, de un color blanco con algo de negro y gris; aquel que...