Al estar en medio de aquel gentío, Tyler me pegó a su cuerpo, dejando sus manos sobre mi cintura mientras, yo, dejaba las mías alrededor de su cuello. No era una canción lenta pero poco me importaba; por primera vez en la semana me sentía bien, feliz, tranquila. Dejé que mi cabeza descansara casi sobre su hombro, dedicándome a inhalar aquella perfección de aroma que golpeaba a mi cerebro con brutalidad.
Unos quince minutos debieron pasar, cuando fuimos interrumpidos.
- ¡Tyler! - Ambos nos separamos, mirando a Dustin en silencio, quien miraba a Tyler con urgencia y algo de preocupación. No hablaban pero parecía que sus miradas lo decían todo.
O quizás ellos sí sepan comunicarse telepáticamente. No lo creo.
Tyler me miró, dejándome ver la tensión que recorría su cuerpo, junto al enojo en su rostro. Lo miré algo confundida, sintiendo a mi cuerpo estremecerse ante aquella reacción.
- ¿¡Qué sucede!? - No respondió. En su lugar, miró a Dustin y, con toda la rudeza que pudo, habló.
- ¡Llévate a Leslie! ¡Nos vemos más tarde! - Dustin asintió, perdiéndose entre el gentío nuevamente, dejándome peor de confundida.
Tyler me tomó del brazo con algo de rudeza, arrastrándome a través de la multitud, causándome cierto dolor mientras me sujetaba. Quería zafarme de su agarre porque necesitaba ir a buscar mis cosas pero no podía; me sujetaba con firmeza. Fruncí mi ceño con cierto fastidio, pensando en que mi celular está aquí y no pienso dejarlo; lo necesito por si mis padres me llaman.
- ¡Tyler! - Fue como si no hubiese hablado. Bufé con frustración. - ¡¡Tyler!! - Nada. Me dí cuenta que estábamos afuera, y que me estaba llevando hacia su jeep. - Tyler, detente. Me estás lastimando.
Se detuvo en seco, casi estrellándose conmigo, girándose a verme, dejándome ver en sus ojos la molestia e ira contenidas. Aflojó el agarré en mi brazo, dejándome sentir cómo la sangre volvía a fluir a través de mis venas, haciéndome respirar de nuevo. Lo miré algo contrariada, sin poder entender el motivo de su conducta, queriendo decir algo, sin que me dejara.
- No quiero que me armes ningún espectáculo en este momento, Gabriella. Sube al jeep. - ¿Pero qué...?
Su voz había salido contenida y entre dientes; tomé una profunda respiración, decidiendo hablar con calma para no discutir y dañar esta noche.
- Mis cosas están adentro. Mi celular también. - Él cerró sus ojos e inspiró con fuerza, asintiendo con rendición. Abrió sus ojos y los fijó en mí.
- Sube al auto, que yo iré por ellas. - Apreté mi mandíbula con cierto enojo, asintiendo de mala gana.
Subí al jeep, dejando que me encerrara con seguro mientras lo veía perderse dentro de la mansión, buscando mis cosas. ¿Qué rayos fue todo eso? Creí que, quizás, esta noche sería diferente. Una especial.
Suspiré con cansancio, intentando hacer mi mal genio a un lado, no queriendo que nada dañara mi noche. No ahora que él volvió y lo tengo junto a mí.
Me tensé al escuchar unos cuantos golpes en la ventanilla del piloto, sintiendo cómo mi sangre huía de mi cuerpo al ver el rostro de aquel hombre frente a la ventana. Respiré con cierto alivio al recordar que los vidrios tintados no dejaban ver nada hacia adentro, pero su sonrisa siniestra me daba a entender que, tal vez, no era el caso. Pasé en seco el nudo de mi garganta, mirando hacia la puerta, esperando que Tyler hiciera aparición pero eso no sucedía.
- Dije que regresaría por ti, preciosa. - Mi pulso comenzó a martillar con rapidez a través de mis venas y mi respiración comenzaba a ser entrecortada.
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Opuestos. (COMPLETA Y CORREGIDA)
Manusia Serigala- ¿¡Qué haces!? - Grité - Sólo confía en mí, ¿quieres? - Me sentía en extremo nerviosa, y él sólo seguía desvistiéndose. Mi sorpresa fue grande cuando lo vi transformarse en aquel lobo gigante, de un color blanco con algo de negro y gris; aquel que...