— ¡Maldición!—masculló con rencor mientras caminaba sin rumbo fijo, sólo mirando a los alrededores— Dije que este viaje lo aprovecháramos para «reencontrarnos a nosotros mismos», ¡Pero demonios, no lo tomen tan literal bastardos! ¡Este año no habrá paga! ¡Así escarmientan!
Un amable cliente reciente les había obsequiado un viaje a un pequeño pueblo en agradecimiento por lo bien que habían cumplido con su encargo. De esta manera, la yorozuya decidió tomarse unas buenas vacaciones, en especial Gintoki, que se había unido a una fiesta con unos desconocidos apenas llegaron al lugar. Bebiendo desde el atardecer, Shimpachi y Kagura decidieron dejarlo solo hasta que se cansara, "después venimos por él" había dicho el Shimura, pero incluso alguien tan responsable como él lo había olvidado después de entrar a un spa de relajación. Y entonces cuando la fiesta terminó, totalmente borracho y confundido, Gintoki intentó llegar a casa como de costumbre.
— ¿Quien deja que un ebrio ande sólo en un lugar que no conoce?—seguía quejándose mientras caminaba en lo que creía un lugar desconocido— ay, la resaca... Mi cabeza me está matando. Debo llegar pronto a la cabaña o...
Silenció cuando notó algo familiar en el lugar. Un templo que lucía deteriorado por los años en desuso.
Si, conocía ese sitio...
Mientras más hurgaba en su memoria, más se acercaba sin darse cuenta, hasta que finalmente llegó hasta las escaleras que llevaban al interior. Pero entonces una silueta le hizo detener sus pasos.
Al pie de las escaleras, estaba un chiquillo desaliñado y de aspecto maltratado, usando un kimono viejo y sucio. Tenía la cabeza agachada, y abrazaba sus rodillas mientras permanecía ahí en silencio. Gintoki lo miró desde arriba, tomando una bocanada de aire.
—Hey, este no es sitio para un mocoso.
El niño se abrazó con más fuerza a la espada apretando los labios. El samurái dejó salir el aire que había atrapado en un suspiro y entonces se acuclilló frente al infante, quien de inmediato se hizo para atrás rechazando el acercamiento del mayor.
El chiquillo finalmente alzó la cabeza, dejando ver unos hostiles ojos rojos. El rounin esbozo una sonrisa estúpida y prosiguió.
— ¿Qué con esa mirada? Así nunca serás popular con las mujeres.
—Nunca lo seré— respondió el niño mirándolo con cara de pocos amigos— Es fácil saberlo con esta cara que tendré— lo apuntó.
— Ah, así que es verdad ¿eh?— dijo el mayor levantando una ceja, acertando en que ese niño era una versión joven de él mismo— ¿Qué clase de broma es esta?— cuestiono dándole un golpe en la frente con los dedos.
— ¿Qué te sucede?— el niño se sobaba mirándolo con represa.
—... Enloquecí...
Gintoki miraba sus dos manos mientras mostraba una sonrisa inquieta. Podía tocarlo, ese fantasma era tangible... Tragó saliva y lo miró consternado.
— ¿Qué demonios eres?
El niño sonrió.
— Creo que soy tú, en el pasado.
— Idiota, eso lo entiendo. Pero...
— ¿Pero?
Gintoki meneó la cabeza negando y se levantó.
— Será mejor que vaya a casa.
— ¿En verdad eso es todo lo que quieres decirte a ti mismo?— El chiquillo, inexpresivo, miró con suma atención al samurái de pie. Esa pregunta provocó una sonrisa forzada por parte de aquel.
— ¿Qué se supone que debería decirte?
El Gintoki niño se encogió de hombros. El real dejó salir un suspiro y comenzó a rascarse la nuca.
— ¿Algo como "Yoshiwara es una gran ciudad" o algo así?
El infante contrajo su expresión.
— ¿Qué? ¿Por qué me interesaría saber eso... a esta edad?
— No se me ocurre que otra cosa decirte.
— ¿Qué hay de Shouyou? ¿De Zura y Takasugi?— le fue imposible ignorar esas preguntas al ver la genuina curiosidad en esos ojos infantiles. Suspiró una vez más y miró a otro lado.
— ¿No crees que es mejor saberlo a su tiempo? El futuro es divertido porque no sabemos lo que nos traerá.
La represa de inmediato se presentó en la mirada del más joven.
— ¿No hay algo que desees evitar?
Gintoki sonrió expulsando un ligero bufido.
— Si lo hiciera, posiblemente no conozca a ciertos idiotas... Es mejor así— Respondió antes de dar palmaditas en la permanente plateada del chiquillo— esos idiotas que deberían están buscándome ahora. Así que nos vemos, engendro.
El fantasma soltó un suspiro y se quedó viendo como el rounin desaparecía alejándose de aquella ilusión.
— Vaya idiota... — murmuró sonriendo con suavidad.
KU-Pyon: ¡Hasta aquí el especial de fantasmas! Espero les haya gustado, y lamento mucho la tardanza u.u De hecho, en un principio estaba planeando que Gin-chan se encontrara con Shouyou pero eso lo haré en otra ocasión ewe
Ahora bien, debo aclarar que el fantasma de esta ocasión era un fantasma genuino perteneciente al bosque del pueblo eue Solo tomó la forma de Gintoki de niño y un poco de sus recuerdos uwu
En verdad espero les haya gustado.
Sin más, nos leemos en el siguiente capítulo c:
eYf
![](https://img.wattpad.com/cover/53983808-288-k645970.jpg)