Estuvimos abrazados unos largos e interminables segundos. Hasta que me di cuenta de lo que había hecho. Me fui separado poco a poco, con los nervios de punta.
- Hum... Perdón, no debí haber echo eso, perdón - le dije tartamudeando.
- Tranquila, no pasa nada - me dijo con una sonrisa, y acercó su cara un poco a la mía.
Nos quedamos en esa posición durante otros largos segundos, su cara frente a la mía, a tan solo centímetros, el tomándome todavía por la cintura y yo sujetando suavemente uno se sus brazos, con la mirada fija en sus ojos. Cuando noté que su mirada se dirigió unos milisegundos a mis labios, los nervios me atacaron con más fuerza, hasta el punto que pensé que iba a desmayarme.
Me levanté lentamente, sin dejar de mirarlo y me volví a sentar. No podía dejar que esto fuera más allá. Tomé uno de los cupcakes tratando de olvidar lo sucedido. El pareció darse cuenta y me imitó.
- Cuéntame... ¿Ya tienes amigos? - me preguntó mientras comía su pastelito.
- Si... me hice muy amiga de Euge, ¿la conoces?
- Emm - dijo pensativo - Claro! La conozco por Nico... el me pasa hablando de ella, dice que es muy linda - me dijo mirando su taza vacía.
Casi me atragante con la comida. ¡Cuando le contara se iba a morir!
- Euge esta enamorada de Nico - dije tan bajito que no sabía si había escuchado, hasta que abrió los ojos como platos - ¡No digas nada a nadie, por favor! Diablos, Euge me va a matar.
- Tranquila, no le voy a contar a nadie...
- Ok... ¿Me dices la hora por favor? Tengo que estar en casa a las 6
- Claro! Son las... cuatro y media - me dijo con una sonrisa. La hora pasaba demasiado lento.
- Tal vez debería irme... dije casi en un susurro.
- Quédate, miremos una película -me dijo levantando los hombros levemente. Ya no podía más. Demasiado por hoy.
- Lo siento Peter, me tengo que ir, recordé que mi madre llega a las 5 a casa y quiero estar un rato con ella - mentí. La verdad es que mama no volvía a casa hasta las diez, una hora antes que papá.
- Bueno,espero que volvamos a juntarnos - me dijo mientras nos levantamos. Nos miramos por unos segundos, pero seguí mi camino hacía la entrada. Tomé mi mochila y me dirigí a la puerta.
- Yo también espero que volvamos a juntarnos -le dije antes de que abriera la puerta. El lado izquierdo de sus labios se levantó, mostrándome una de sus hermosas sonrisas torcidas.
El me abrió la puerta y el sol me impactó en la cara, dejándome ciega unos segundos. Lo mire y el me sonrió.
- Adiós, Peter -me despedí.
- Adiós, Lali -me respondió.
Dispuesta a salir por la puerta, comencé a caminar. Hasta que una mano me agarró el brazo, obligándome a darme vuelta. Y antes de que pudiera reaccionar, Peter me abrazó.
Sus brazos me abrazaron por la cintura, y cuando reaccioné, levanté mis brazos, dejándolos al rededor de su cuello. Enseguida, los nervios volvieron a mi cuerpo. Pensé que iba a explotar.
Luego de lo que pareció ser una eternidad, empezamos a separarnos. Cuando mi mirada encontró la suya, mi cuerpo se aflojó. Estábamos inmóviles, a escasos centímetros, mirándonos fijamente. Reaccioné y me separé lentamente de él. Quería irme, pero no quería romper ese maravilloso momento.
- Adiós - susurré. Me di la vuelta y comencé a caminar.
Antes de desaparecer de su vista, me volteé. Él se encontraba parado en la puerta de su casa, mirándome. Hizo un gesto de despedida con la mano y se lo devolví, antes de que entrara a su casa.
Suspiré y volví a caminar. No podía creer todavía lo que había sucedido.
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Cree En Mi ♡ Laliter ||EN EDICIÓN||
FanfictionMariana Espósito tenía una hermosa vida en Uruguay. Hasta que se vio obligada a mudarse a Buenos Aires, ciudad en la que va a conocer a Peter Lanzani, el chico más popular, galán y mujeriego del colegio.