- Lali - siento que alguien susurra mientras me golpea el hombro ligeramente.- Lali - repite.
Abro los ojos lentamente y me encuentro a Peter en frente mio. Todavía estamos dentro del auto. Vaya mierda, estaba empezando a ver doble. Le regalo una risita, todavía media dormida y me giro para poder ver por la ventana. No conozco este lugar, pero a la vez si.
- ¿Donde estamos? - le pregunto, y un fuerte dolor de cabeza aparece.
- En mi casa, no recuerdo donde queda la tuya - me dijo. Mierrrrda, no voy a quedarme en la casa de Peter, y menos en este estado.
- Llévame a casa de una vez, Peter - susurro y apoyo la cabeza en la ventana. Estoy demasiado cansada.
- No, vas a quedarte aquí - me contestó, muy serio.
Antes de que pudiera protestar, sale del auto y camina por enfrente de él. Abre la puerta y siento como el calor me golpea, haciendo que me maree un poco. Se me acerca y me sujeta por la cintura, levantándome para poder sacarme del auto. Ya no puedo ni pararme; entre la borrachera y el cansancio, no puedo más. Cuando se da cuenta de que no puedo mantenerme en pie mucho tiempo, me sujeta con más fuerza mientras pasa mi brazo por detras de su cuerpo.
Empezamos a avanzar lentamente, mientras el me ayudaba a caminar, casi cargándome. Abrió la puerta de la casa y entramos. No se escuchaba nada, ni se veía nada.
- Tu vas a dormir en mi cuarto. Yo voy al de mis padres - me dijo cuando encendió la luz.
- ¿Donde están ellos? - le pregunté. No sabía que me daba mas miedo, si quedarme sola con Peter o que sus padres me vean borracha.
- Tranquila... ellos están de viaje, por trabajo.- me dijo mientras empezábamos a caminar nuevamente.
Se detuvo frente a la escalera, pensativo. No sabía como iba a ser para subir esas escaleras, apenas podía mantenerme en pie. Él se giró y me miro fijo. ¿Que diablos va a hacer?. Antes de que pudiera pensarlo, el se agachó un poco y me sujetó con fuerza por la cintura, elevándome en el aire. Esta cargándome, diablos. Avanzó lentamente, subiendo uno a uno los escalones, que parecían no terminar nunca.
Cerré los ojos. Estaba cansada, borracha y Peter cargándome. Este día no pudo haber salido peor. Sentí un alivio inmenso cuando llegamos arriba. No más escalones. Pensé que iba a bajarme, pero no lo hizo. Comenzó a caminar de nuevo, llevándome hasta lo que parecía ser su habitación. Que linda, y que lujosa.
Me dejó suavemente en su cama y se apartó de mi, para prender la luz.
- Soy una vergüenza - le dije, sonrojándome. Vaya, ya ni mis emociones puedo controlar.
- No digas eso Lali, ya está. Descansa, te veré mañana.-me contestó antes de darse la vuela, dispuesto a marcharse. No, no, no, no, no. No quería que se fuera.
- Peter, espera - le susurré. Pensé que no me había oído, hasta que frenó en seco. Se dio media vuelta y me miro fijamente, esperando respuesta.
- Quédate conmigo - le susurré, y creo que hasta hice un puchero. Estaba a tal punto que ya no sabía lo que decía, lo que hacía, nada.
- Lali, acuéstate y duerme, lo necesitas - me dijo con ternura. ¡Que divinooo!. Sentí unas enormes ganas de ir, abrazarlo, y por que no, besarlo. Probablemente si me pudiera parar lo habría hecho.
- ¿Tienes alguna camisa para prestarme? No quiero dormir con esto - le dije señalando mi jean y mi top.
- Claro - dijo y se acercó hasta el ropero. Sacó una camisa y la dejó en mi regazo.- Aquí tienes.
La miré y sentí que mis brazos pesaban toneladas. Intenté sacarme la ropa pero no pude. Luego de varios intentos, me di por vencida. Peter me observó mientras dejaba la camisa a un lado y me acostaba hacia atrás.
El se acercó y me levantó; lentamente empezó a sacarme el top. Va a verme en ropa interior, no, no, no, no, no. Traté de doblarme, para poder apartar sus manos de mi cuerpo, pero no lo hizo. Me sacó el top, dejando una clara vista de mis pechos apenas cubiertos por ropa interior de encaje. Su mirada nunca se apartó de mis ojos. Hasta que un pequeño segundo se dirigieron a mis pechos.
Me sonrojé como nunca. Y la esquina de su boca se levantó ligeramente, regalándome una sonrisa torcida, de esas que tanto me gustan. Dios, este chico era totalmente divino. Lentamente bajo mis jeans, mientras yo me sonrojaba aún más. Estaba que parecía un tomate.
Cuando los bajó completamente, agarró la camisa y me la puso delicadamente. Terminó su trabajo y se paró, dispuesto a irse nuevamente. No, no iba a dejar que se marchara.
- Quédate conmigo - le dije antes de que terminara de levantarse. Él me miro fijo, analizando lo que le dije.- ¿Quieres quedarte a dormir conmigo?
- No puedo... estás borracha, y mañana seguro de que te arrepentirás.- me contestó. Quería que se quedara conmigo y de alguna forma iba a conseguirlo.
Con las pocas fuerzas que me quedaban lo agarré del brazo, obligándolo a mirarme. Cuando lo hizo, no dude ni un segundo.
Lo besé.
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Cree En Mi ♡ Laliter ||EN EDICIÓN||
FanfictionMariana Espósito tenía una hermosa vida en Uruguay. Hasta que se vio obligada a mudarse a Buenos Aires, ciudad en la que va a conocer a Peter Lanzani, el chico más popular, galán y mujeriego del colegio.