Samantha Dávila es una joven trabajadora que no piensa en relaciones amorosas ni citas para ella es una perdida de tiempo, solo se dedica a su trabajo como Organizadora de Eventos, pero entonces conoce a el joven más millonario y codiciado, que solo...
Tomé su cabeza y lo atraje hacía mi devorando sus labios, quería a este hombre dentro de mi, lo quería sentir.
No tuve que decir algo más, nos deseábamos. Max se abalanzó hacía mi devorando mis labios, así prosiguió con mi cuello dejando besos mientras sacaba mi blusa hasta quedar en sostén, así fue bajando dejando un camino de besos desde mi cuello hasta un poco mas abajo de mi ombligo, me miro fijamente mientras quitaba mi pantalón del camino desabrochándolo, bajo lentamente mis bragas y las aventó.
-Eres perfecta Samantha, eres la perfección.
Su voz ronca y llena de excitación hizo que me estremeciera, el color carmesí subió hasta mis mejillas dejando notar lo avergonzada que me sentía ante aquel cumplido, sabía que no era así.
Quito mi sostén con delicadeza y con una mano tomo uno, dándome placer, mientras el otro succionaba una y otra vez ¡Dios! Se sentía tan bien. Dejó uno de mis pechos y comenzó a recorrer mi cuerpo hasta llegar a mi intimidad, masajeando mi clítoris -gemí- sentí que metía uno de sus dedos dentro y arqué mis caderas.
Comenzó a moverse poco a poco ¡Por dios, que dolor! Sentí una lágrima caer por mi mejilla, pero Max rápido la eliminó con una de sus manos y depósito un beso en el lugar. Volvió a moverse, cada vez lo sentía más dentro de mi.
-¡Max!
-Aguanta por favor, un poco más.
Tomó mis labios y me beso tiernamente, no dejaba de entrar y salir de mi, pero de cierta forma sus besos hacían que me olvidará del dolor, sus caricias, su aroma a menta, su cuerpo sobre el mío, estaba enamorada de Max.
-Ha, maldición, voy a venirme -Escuche su ronca voz. - Me vendré dentro.
-¿Que?
Y termino un un gemido que termino por exitarme aun más y termine junto con él. Sentía mis ojos pesados, me sentía realmente cansada. Max se recostó a un lado mío y me atrajo hacía el abrazandome.
-Gracias Samantha -Me dio un beso en la frente.
-¿Por qué? -pregunte un poco confusa ya que no sabía a que se refería.
-Nunca habías estado con alguien, me diste tu primera vez -Sonrió - ¿Te sientes bien? - me miro a los ojos.
-Si, solo cansada, gracias por preocuparte .
-Duerme, yo...
-Te quedaras?
-No, pero tu duerme, yo cerraré bien cuando me vaya -Se levantó de la cama, tomo su ropa del suelo y se metió al baño.
Pasaron unos cuantos minutos cuando salio del baño con su ropa puesta, se dirigió hacía mi y deposito un beso en mi mejilla ¿Fue todo? Sabía que sería todo, había obtenido lo que había querido -meterse conmigo- deje escapar unas cuantas lágrimas cuando escuche cerrar la puerta de la habitación.
Se había marchado.
Fui una estúpida, tal vez, pero no me arrepiento de haberle entregado algo tan sincero e importante para mi y no solo fue mi virginidad, fue mi amor, mi corazón, aposté todo por él y sí, lo perdí, arriesgue todo, para quedarme sin nada, por que estaba segura que después de esta noche no lo volvería a ver, pero no me arrepiento.
Pues me enamoré.
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