Mr.Bowman

15. ¿El?

Todo estaba casi a la perfección cuando mi teléfono celular comenzó a sonar.

Llamada telefónica

-Samantha Dávila, ¿en que puedo servirle?

-Hola buen día, solo para informarle que en menos de 15 minutos llegamos a la planta -Me dice una voz femenina, muy tierna pero seductora a la vez.

-Esta bien, aquí los espero, y disc... -me cortan la llamada.

¿Qué? ¿Que clase de educación es esa? ¡Engreída! Lo siento, pero ya no la espero con ansias, esto va cada minuto peor.

-Sam, ya todo esta listo, solo falta que lleguen, ah y date una retocadita en los labios -Me dice Emily guiñando un ojo.

-Gracias, estoy muy estresada, tantas emociones, me hubiera quedado de vacaciones -le respondo colocando un poco de color rojo a mis labios. -¿Me veo presentable? -le preguntó.

-Tu siempre te vez bien, todo te luce -Sonríe.

Entro a mi oficina junto con Emily, mientras ordeno unos cuantos documentos.

-Señorita, ya todos la esperamos en la sala de juntas -Me informa vicent.

-Gracias, en un momento vamos -le respondo.

Me veo en el espejo, voy bien vestida pero de haber sabido que hoy tendría que conocer a mi nuevo jefe, pude haberme vestido mejor. Llevo un vestido color beige liso, unas zapatillas color rojo vino, el maquillaje natural, pero con los labios color rojo, un pequeño collar sencillo y con el cabello suelto.
Salgo de mi oficina y me dirijo hacia la sala de juntas, pero entonces abro la puerta y... ¡Demonios! ¿Que hace el aquí? ¡No dios mío, no! ¡EL NO!, se encontraba sentado en la silla del "Jefe" trate de controlar mis nervios, mi ira, sentía que si daba un paso caería ¿porque causaba todo esto en mi?.

-Señorita Samantha Dávila ¿cierto?, vaya, que sorpresa -Se levanta de la silla para saludarme, toma mi mano y coloca un pequeño beso en ella.

-Así es, señor... -Quito el lazo que teníamos, bajo mi mano y tomo mis carpetas.

-Bowman, Max Bowman - me dice con una sonrisa victoriosa, hermosa, pero me nacían esas ganas de romperle cada uno de sus dientes -Es un gusto conocerla.

-Lástima, no puedo decir lo mismo - El vuelve a sonreír ¡Demonios! Me encanta su sonrisa.

-Buenas tardes compañeros, se que es una noticia que a todos nos tomo por sorpresa, no podemos decir que fue muy grata ya que le tomamos un gran cariño al Señor Santibañez, desgraciadamente todos sabemos que por cuestiones de salud el no puede estar aquí, creo que el Señor Bowman ya se presentó con ustedes ¿o no es así? -volteo a mirarlo y aun tiene una sonrisa coqueta, pero no conmigo si no con la mujer que viene -Disculpe, pero no estamos en momento de que usted este de don Juan, al menos que así piense ejercer una empresa -le digo mirándolo a los ojos.

-Disculpe señorita, y bien con algunos ya tuve la fortuna de platicar, Mi nombre es Max Bowman, estaré trabajando con ustedes durante mucho tiempo, me gusta que el trabajo sea ordenado, y ya que estamos tocando el tema, no se que instrucciones llevara esta empresa, por ello necesitó ponerme al tanto, no me gusta la gente impuntual, me tienen que llamar por Señor Bowman, tampoco me gusta mezclar placeres con la empresa, ni que ustedes los mezclen, vienen a trabajar, aumentaremos el personal de limpieza, no me gusta trabajar en ambientes sucios, en fin, les haré llegar unas cuantas hojas con las reglas a seguir, no se despedirá a nadie, al menos que comenta un grave error con alguna de las cosas que acabó de mencionar. Bien, ¿Alguna duda? -Dice totalmente serio.

Nadie contesta, se limitan a tener problemas.
La junta se da por terminada, todos salimos de la sala y rápidamente todos toman sus puestos, yo me dirijo a mi oficina, aun no puedo asimilar ¿Él? ¿Porqué demonios el?.

Así transcurre mi día, el no me molesta, de seguro a de estar con la mujer que venía, no importa, tomo mis cosas y me marchó.