Kings of Anything

XXIV

Narra Wirt:

Mire llorando a Dipper, escuchaba gritos afuera pero no me importaba, Dipper estaba atado de manos y piernas por unas cadenas azuladas, mis manos temblaban fuertemente y mis dientes castañeaban con ferocidad, jamás había querido lastimarlo, quizás si a Norman o a Bill pero jamás a mi pequeño Dipper, mis ojos no dejaban de soltar lágrimas, más gritos se escuchaban al tiempo que trataban de derrumbar la maldita puerta, pero no funcionaba. Mis ojos no se despegaban del cuerpo inconsciente de mi novio, mi corazón se estrujaba y no podía moverme.

- Pensé que esto era lo que querías, a Dipper encadenado para tu deleite - dijo The Beast detrás de mí

- Jamás quise dañarlo a él - dije cubriendo mi rostro con mis manos - No quiero verlo así, es mi vida, es lo que más me interesa en este mundo... ¡Yo amo a Dipper!

- Es un poco tarde para eso, ¿no lo crees? - dijo sonriendo y tomando su cabeza - Decapitado lo tendrás para siempre en tu repisa, jamás escaparía de ahí y lo sabes - soltó una pequeña risa que me heló la sangre

Y ahí lo supe, este maldito estaba jugando con mi cabeza como lo hizo cuando era solo un jodido niño, pero ya no lo era... No soy tonto, necesito un plan para salvar a Dipper, y quizás usar los poderes que me dio The Beast en su propia contra, y si mis cálculos no fallaban, la única persona que justo ahora podría ayudarme era Bill Cipher. The Beast se fue con la excusa de que lo necesitaban en su puto bosque para su puta madre sabrá que cosa; salí a toda velocidad de la casa encontrándome cara a cara con Mabel que me lanzó un puñetazo justo en la nariz reventandomela en el proceso.

- Solo lo diré una maldita vez, hijo de perra, ¿dónde está mi hermano? - dijo ella tomándome de la camiseta enojada

- Mabel, no está colaborando, dale otro a ver si se le afloja la lengua - dijo Bill amenazadoramente mientras que apretaba sus puños

- ¿Por qué no lo haces tú, princesa? ¿Qué? ¿Se te parten las uñitas? - dije sonriendo cruelmente, jamás toleraría a este imbécil

- Oh, créeme, maldita perra arrastrada, que si te golpeo yo no quedas consciente - dijo el rubio tensando su mandíbula

- ¿¡Dónde... - un puñetazo se conectó en mi boca rompiendo mi labio - Está... - otro más, solo que esta vez fue para mi pobre estómago - Mi... - apretó mi cuello cortándome el aire - Hermano?!

Como pude le apunté dentro de la casa y me llevó con ella, jamás se dejen engañar por la contextura delgada y pequeña de Mabel, esta chica tiene mucha fuerza, heredada de Stanley supongo, quizás él fue quien le enseñó a golpear con semejante gancho derecho a esta adorable señorita.

Cuando entraron a mi habitación guiados por mí y vieron a Dipper atado por las malditas cadenas que aun no sé como cojones invoqué reaccionaron de maneras muy distintas pero que sin duda alguna ya me esperaba: Mabel  corrió a tratar de liberar, inútilmente, a Dipper de las cadenas convocadas por mí; mientras que Bill solo empezó a golpearme en la cara hasta más no poder, pero todo eso se desvaneció cuando escuché la voz de Dipper reaccionando.

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Narra Dipper:

Mi cabeza dolía a horrores y mis brazos por algún extraño motivo se sentían entumecidos y adoloridos, cuando finalmente abrí mis ojos me encontré con el hecho de estar encadenado a la pared por una especie de cadenas extrañas, mire a Mabel que me abrazaba fuertemente, a Bill enojado mirando a un Wirt herido en el piso, algo me decía que tanto él como Mabel tenían que ver en esto.

- M-Mabel... ¿Qué fue lo que pasó? - me atreví a preguntar con el cuerpo adolorido

- ¡Todo es mi culpa, Dipper! ¡The Beast me engañó y ahora yo te hice esto sin querer hacerlo realmente! - dijo Wirt llorando desde el suelo, se veía muy sincero justo ahora, me dolía - ¡Ayúdame! ¡Eres el único que podría hacerlo! ¡No quiero herir a nadie más!