XIII

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Narra Dipper:

No voy a decir que las cosas fueron mejor después de lo de la otra tarde con Wirt, por qué de hecho fueron iguales a cómo estaban antes, nada había cambiado ante los ojos de los demás, a excepción de Mabel que decía que me veía más seguro que antes. Pero el problema aquí era que esperaba, o más bien deseaba, que Wirt me tratase diferente a como lo hacía antes, pero supongo que solo era otro sueño estúpido.

Al llegar a la escuela entré con tranquilidad a la clase de español encontrándome con solo un pequeño grupo de chicas que estaban hablando de Dios sabrá qué cosa, solo las ignoré por el simple hecho de que desde hace tiempo no me importaba lo que hablasen de mí o de cualquier persona. No tardé en sentarme y a ponerme a revisar algunas hojas del diario 6 que el tío Ford y yo estábamos terminando; de repente el ambiente se hizo más pesado y asfixiante para mí, pero curiosamente a mi alrededor todo se veía muy normal, como si nadie sintiese esa presión en la atmósfera del lugar.

El viejo profesor Benjamín entró y dio inicio a la clase, el dolor y pesadez en mi pecho persistió pese a todo en cada segundo de la aburrida clase, sentía como el aire se hacía más y más pesados. ¿Qué es lo que sucede? Pensé.

De repente sentí a alguien sentarse junto a mí, era un chico alto y rubio, pero con una mirada muy curiosa, su único ojo visible me miraba atentamente sonriendo... Me era tan familiar que asustaba un poco, no sabía por qué me sentía así. Y tampoco quería saberlo.

El chico amplió su sonrisa tal cual el gato de Alice y sentí un escalofrío bajar por mi espalda, conocía esa expresión y ese rostro no me engañaba.

Pero... ¿¡Cómo era posible?! ¡Lo derrotamos!

- Un gusto verte, PineTree... ¿Cuánto tiempo ya? ¿Dos, tres años quizás?

Mi rostro se volvió tan blanco como el papel y mis ojos se agrandaron, sentía como mi cuerpo empezaba a transpirar copiosamente pero me sentía helado completamente a tal punto que no noté cuando la clase terminó y todos se retiraron dejándonos solos a Bill y a mí en este salón.

Me estoy volviendo loco, en definitiva, pensé al verlo cruzar sus piernas como si nada pasase aquí.

Su único ojo visible me miraba con gran curiosidad, como estudiando mi reacción ante su presencia; la verdad era que estaba asustado, ¡se suponía que lo habíamos vencido! ¡Se supone que habíamos ganado y que ahora estaba lejos! ¡Y ahora estaba frente a mí muy tranquilo!

- Bueno, Pinetree, deja de mirarme tanto que me sentiré incómodo en mi cuerpo humano - dijo desviando la mirada de la mía y sonriendo - No es como si viniese a matarlos a todos en forma de venganza o algo así.

Y lo miré más asustado todavía, ¿venganza? ¿Y sí había venido por eso precisamente? ¿Qué debía hacer?

- ¿Entonces por qué estás aquí, Cipher?

- Por qué me han robado mis poderes y me han reducido a un simple ser humano el cual su único poder es ver las mentes de los demás y tener un conocimiento infinito del mundo desde sus inicios - dijo como con fastidio - Y créeme que no quería volver a tu dimensión pero fue obligatorio. Así que sí, esto está del asco como dirían los de tu edad; y vine a suplicar por su ayuda por más que odie admitirlo.

Y justo ahí deje de pensar con completa claridad mientras Bill hacia una cara de completo fastidio y repudio ante la situación en la que se encontraba.

Bill había sido despojado de sus poderes y quería  nuestra ayuda. Que cualquier ser superior allá arriba nos ayudase.

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