XVII

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Años atrás:

- ¡¿Es en serio Rick!? - gritó un joven Stan en una habitación entrando y mirando al hombre acostado en la cama - ¡¿Se puede saber cómo demonios es que hay materia cósmica en la puñetera alfombra!?

El hombre abrió sus ojos con un leve punzón en su cabeza, nunca era buena idea mezclar alcohol con alucinógenos por más divertido que fuese en el momento, su cabeza dolía a horrores y su boca se sentía pastosa como nunca jamás la había sentido. Miró a su esposo y luego miró la argolla de oro puro en su dedo, la única buena decisión en su vida fue meter en ella a Stanley Pines; sonrió ante ese buen recuerdo y se bajó de la cama para besarlo.

Stan lo miró en medio del beso como si estuviese completamente loco; el pendejo siempre hacía esto para evadir sus responsabilidades y así terminar follando para que Stan dejase de pelear. Maldita fuese la hora en la que aceptó que este idiota le diese clases y se metiese en su vida y en su corazón.

Siguieron besándose por un rato más; Rick le terminó haciendo cosquillas al menor y haciéndolo sonreír como nunca jamás mientras que Stan simplemente adoraba el momento, sabía que ese estúpido siempre lo amaría como él siempre quiso.

De regreso al presente:

   Nada más alejado de la realidad en sus recuerdos, a los pocos meses, en medio de una pelea con Stan, Rick Sánchez por primera vez en su vida había perdido completamente el control llegando casi al punto de matar a su pareja, al verlo a punto de morir y con la cara inflamada a causa de los golpes por sus estúpidos celos mal infundados se dio cuenta de cuan cruel podía llegar a ser con la única persona que le había confiado todo su pasado y su presente, el que había compartido cada aspecto y cada temor que poseía cumpliendo con las cláusulas del matrimonio.

E incluso perdiendo el milagroso bebé que con tantos experimentos de ambos habían logrado concretar.

Se separaron una tarde soleada de Mayo, Stan decidió estudiar por sí solo y él jamás lo volvió a molestar más, los papeles ya estaban firmados y nada cambiaría lo que había ocacionado, Stanley jamás lo perdonaría y menos después de tratar de follarse a Stanford en medio de una de sus múltiples borracheras.

Triste pero cierto, un gran científico y una mente tan brillante resumida a cenizas por sus propias acciones torpes y carentes de materia gris.

Pero... Viendo a Stanley actuar con Mabel y Dipper dejaba que su mente soñase de nuevo con sus labios, con sus sonrisas matutinas, y sobretodo con ese hijo que ya jamás tendrían. Y viéndolo ahí, recibiendo a ese montón de niños especiales supo que su marchito y retorcido corazón siempre pertenecería a Stanley Pines por más que dijese que no lo hacía ya.

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Narra Wirt:

Vi llegar un grupo de chicos a casa de Dipper y me encaminé con Greg directamente hacia allá, era extraño, Dipper no tenía muchos amigos y dudaba que fuesen amigos de Mabel; cuando entré a la casa vi a un chico castaño estrechando la mano de Mí Dipper, al parecer no se conocían aún.

- Soy Marco, ella es Star, somos amigos de Morty, supongo que necesitas tú nuestra ayuda - dijo el castaño junto a la rubia sonriendo

- Si, mil gracias por venir ambos, estamos en medio de una situación de alto riesgo, creo que Morty ya les informó de eso - dijo Dipper mirando a ambos seriamente - Nuestro amigo Bill al parecer es la clave de todo el asunto

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