Capricho

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Lunes en la mañana. Las actividades en la universidad regresaban a su normalidad luego de un largo fin de semana. La noche anterior, Yui no quiso hablar con nadie y agradeció no haberse encontrado con ninguno de sus compañeros. Su cabeza estaba hecha un lio por lo que pasó durante su estancia en Toyosato, especialmente por lo extraña que se había vuelto su relación con Azusa. Aunque le prometió concentrarse en sus estudios, el miedo de que a su regreso Ui fuese algo más que una amiga para la gatita estaba presente en sus pensamientos. No pudo conciliar el sueño pensando en ello, llegando a una triste decisión con el despuntar del alba: dar un paso al costado si su hermana y la joven Nakano iniciaban una relación.

Debido a la falta de sueño, la dueña de Guitah actuaba aún más torpe que de costumbre, lo que comenzó a preocupar a sus compañeros de facultad, especialmente a Akira. La líder de Onna Gumi no separaba su mirada de la cabeza hueca, evitando en más de una ocasión que cayera al piso.

Durante la hora del almuerzo, la pelinegra cuestionó a la castaña sobre su inusual comportamiento aquel día. Al principio, la joven Hirasawa se negó a responder, pero la insistencia de su compañera le hizo revelar todo. Al termino de su relato, Yui suspiró con tristeza, aunque se sintió un poco mejor consigo misma al liberar un poco esa carga que tenía.

En ese momento, Ritsu y Mugi se acercaron junto a las guitarristas. La baterista notó la tristeza en la mirada de su amiga y cuestionó lo que sucedía. Akira resumió lo que Yui le dijo instantes antes, lo que sorprendió a ambas chicas.

—No puedo creerlo. Jamás pensé que a Ui-chan le gustase Azusa —dijo Ritsu, acariciando la cabeza de Yui en un intento por reconfortarla.

—No veo por qué no, Ricchan, a ti también te gustan las chicas, eso no es increíble —replicó la guitarrista.

—Lo sé. Pero imaginaba que a ella le gustaba Jun-chan.

—Igual yo... Me alivia saber que Azu-nyan llegó a enamorarse de mí, pero no quiero hacerme muchas ilusiones.

—Oye, no desconfíes de ella de esa forma —intervino Akira—. Si ella de verdad está enamorada de ti, podrá resistir las seducciones de tu hermana.

—Los sentimientos no se pueden mantener a la distancia, no cuando la comunicación entre nosotras es tan esporádica.

—Pues háblale más seguido. No sé, dile que te ayude con algo que no entiendas de tus clases... —Este comentario hizo que la baterista se ganara miradas de incredulidad por parte de sus compañeras—. ¿Qué? Yui es tan despistada que puede olvidar cosas que se aprenden en primaria.

—¡Qué cruel eres, Ricchan! —se quejó la dueña de Guitah haciendo un puchero. Akira y Mugi rieron por lo bajo.

Mientras tanto, el ambiente en el salón de Azusa en Sakuragaoka era tenso, pero no por ella y Ui. Mientras almorzaban, dos de sus compañeras discutieron fuertemente, al parecer por un chico que tenía una relación simultánea con ambas, y se habrían ido a las manos de no ser por la intervención de Sawako, quien, usando el carácter de su alterego Catherine, calmó a las alumnas y las llevó a la dirección.

—Parece que los triángulos están de moda hoy en día —suspiró la gatita.

—Tienes razón. Espero que onee-chan y yo no discutamos de esa forma... Nunca —complementó la menor de las Hirasawa, que estaba sentada detrás de la pelinegra.

—No voy a estar al tiempo de novia de ambas, Ui.

—Nunca dije eso, Azusa-chan... A la larga eso solo trae problemas. Además, ella está en la universidad, lo que juega a mi favor —susurró Ui, pensando que su compañera no la había escuchado.

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