La Traición de Ritsu

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—¿¡QUE HICISTE QUÉ?! ¡ESTÁS LOCA, RITSU! —Como la baterista esperaba, Mio reaccionó de forma nada amistosa al enterarse de lo que ella había hecho horas antes.

—Eso no es ninguna novedad, Mio. Pero es tu mejor amiga con todo y sus locuras —intervino Ayame con una sonrisa burlona.

—Mio, sé que lo que hice no parece correcto, pero fue lo único que se me ocurrió para conseguir pruebas en contra de Kageyama. No es justo que Hinata cargue con toda la culpa cuando ni siquiera fue su idea —replicó Ritsu.

—Lo sé, pero agradecería que no actuaras por tu cuenta. Ya sabes cómo vuelan los chismes aquí y lo último que quisiera es otro malentendido. A veces quisiera que no fueses tan impulsiva, Ritsu.

—Luego recuerdas que fue por mi impulsividad que formamos esta banda y se te pasa, ¿no? —Mio suspiró resignada ante estas palabras. Debía admitir que su loca mejor amiga tenía razón, pero una cosa era fundar una banda y otra muy distinta era fingir ser aliada de aquel que intentaba separarla de Satoru.

—Ritsu, ten cuidado. No sabemos de qué puede ser capaz Kageyama para lograr su objetivo.

—Él tampoco sabe de lo que yo soy capaz de hacer por las personas que quiero. —Tras decir esto, Ritsu se retiró del lugar donde se encontraban. Mientras lo hacía, tomó su teléfono y envió un mensaje a quienes no se habían enterado de sus planes.

«No creas todo lo que diga la gente. Confía primero en los que te rodean. Estoy haciendo una gran locura en pos de la justicia. Confía en mí y todo saldrá bien. Ritsu Tainaka». Satoru, sentado en una banca del campus, leía una y otra vez ese mensaje que la mejor amiga de su novia le había enviado. Por más que lo pensaba, no podía descifrar esa locura en pos de la justicia de la que la castaña hablaba.

—¿Algún problema, Koizumi-san? —preguntó Yui al verlo mientras caminaba tras salir de la clase que tenía.

—Tainaka me envió este mensaje... —Satoru mostró las palabras escritas por la baterista—. Realmente no sé qué pensar de ella.

—Ricchan también me envió ese mensaje. Probablemente se meta en problemas, pero ella está dispuesta a eso y más por las personas que ella quiere.

—Eso hace que me ponga más nervioso. Kageyama puede ser muy peligroso...

—Disculpe, Koizumi-san —interrumpió una chica—, quiero pedirle que me disculpe por pensar mal de usted.

Tanto Satoru como Yui se sorprendieron al escuchar esto. Aun así, él le sonrió a la chica, indicándome que la disculpaba. Tras el agradecimiento de su parte, ella se fue sin dar explicación alguna, dejando al castaño con una enorme duda.

En ese momento, sonó un tono de notificación proveniente de su celular. Al revisarlo, vio con sorpresa aquella foto que le había metido en aquel lío, pero esta vez, sin la sombra que impedía ver a Mio. Fue precisamente la bajista quien etiquetó a su novio en la foto, comentando que eso fue parte del trato con Fujiko.

Mientra tanto, Ritsu salía de las oficinas de las directivas de la universidad, tras aportar la prueba reina que inculpaba a Hayime. Sonreía satisfecha por haber logrado que él y su palabra fuesen puestos en duda. Si comprobaban la autenticidad de la grabación, él también sería suspendido sin tener la oportunidad de presentar los exámenes que se realizasen por esas fechas. Mientras la investigación se efectuaba, la baterista pretendería colaborar con él. Lo que no esperaba era que tuviese que actuar tan pronto.

Esa noche, la chica de ojos ámbar dorado recibió las indicaciones de lo que tenía que hacer el siguiente día. Tendría que hacer algo para sabotear ese plan, pero su mente estaba en blanco.

Amigas Por SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora