Impunidad

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"«Gracias por todo y adiós». Fujiko dio un paso hacia adelante al superar nuestra relación, pero parece que yo no. En el momento en que ella dijo esas palabras, sentí un fuerte deseo por detenerla. Mio pareció leer mi mente, ya que sujetó con fuerza mi mano mientras la veía fijamente desaparecer en las sombras de la noche". Satoru no pudo conciliar el sueño. Su mente no dejaba de revivir el momento en el que su exnovia le dijo adiós. A pesar de todo, esa chica de cabello grisáceo compartió con él muchos momentos agradables que ahora le parecían más cercanos que antes. Por más que quisiera, por más razones que le haya dado, no podía odiarla.

Apenas despuntaba el alba cuando Mio ya estaba levantada. Un extraño presentimiento oprimía su pecho desde la noche anterior, al ver la reacción de su novio tras la despedida de Fujiko. Habían celos involucrados, sí, pero eran lo de menos en este caso. La bajista notó que la actitud de Satoru cambió tras aquel "adiós", por lo que decidió hacer algo al respecto. A pesar de ser temprano, partió hacia la universidad, dispuesta a hacer una gran locura por amor.

Al llegar ahí, se dirigió directamente a las oficinas de las directivas. Estas se encontraban en completa soledad a su llegada, como era de esperarse debido a la hora, pero ella decidió esperar. Poco después, la persona con la que quería hablar se asomaba por aquel sitio.

—¿Qué haces aquí, Akiyama-san? —preguntó sorprendida aquella chica.

—Quería hablar contigo, Hinata-san.

—Creo que ya dejaste todo muy claro anoche. —Fujiko acarició la mejilla que la bajista le había golpeado. —A partir de hoy desapareceré de sus vidas. No creo que tengas ningún problema con eso.

—Sí lo tengo... El problema es que no quiero que te alejes de nosotros. Llámame loca, pero deseo que seamos amigos los tres.

—Vaya forma de tortura encontraste. Sabes que eso es imposible, ¿no? Nunca puede haber amistad donde hubo amor.

—¿Quién dice que no? Mi mejor amiga se enamoró de mí y, a pesar de mi rechazo, seguimos siendo tan amigas como siempre.

—Mi caso es diferente al tuyo. Tú nunca viste a tu amiga como algo más. Soy la exnovia de Satoru, no puedo verlo de otra manera.

—Ya aprenderás a hacerlo. No es fácil, pero definitivamente es posible.

—No te entiendo, Akiyama-san. Soy un fantasma... —Al escuchar esa palabra, Mio palideció y comenzó a temblar—. ¡Del pasado de Satoru, no uno literal!

—Lo siento, soy algo nerviosa.

—Pareces un gatito asustadizo —Fujiko rio al decir esto—. Retomando, lo único que he hecho hasta ahora es darles problemas tratando de separarlos. No merezco ni siquiera que me dirijan la palabra. ¿Y tú vienes a decirme que quieres que seamos amigos todos?

—Sé que se oye raro, pero no te odio; y estoy segura de que Satoru tampoco lo hace. De hecho, entristeció bastante cuando dijiste "adiós".

—Es normal. Él y yo compartimos parte de nuestras vidas. Pero no quiero lastimarlo, ni lastimarme por aferrarme a una falsa esperanza.

—Alejarte puede ser un gran error...

—No es mi decisión, sino mi destino. Incluso si me va bien, me espera una suspensión, justo en época de exámenes. Mamá va a matarme cuando se entere.

En ese instante, uno de los profesores arribó a aquel lugar, sorprendiéndose de hallar a las dos alumnas. Al cuestionar el motivo de su presencia ahí, Fujiko confesó lo que hizo, así como la autoría intelectual de Hayime. Ante esto, aquel docente miró con lástima a la chica de cabello grisáceo mientras llamaba al rector para informarle de lo que ella le había contado.

Amigas Por SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora