Desconfianza

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«Hoy ocurrirá algún desastre» era la premisa que, en tono de broma, Akira y otros compañeros de la facultad de Yui sostenían al ver a la castaña levantada inusualmente temprano. La guitarrista de HTT se excusó diciendo que había puesto el despertador en la hora equivocada, ocultando lo vivido con su Ui y Azusa el día anterior (algo que solo Akira conocía, aunque sin saber su resolución).

Finalizada su primera clase, la líder de Onna Gumi llevó a la mayor de las Hirasawa a un lugar poco transitado para preguntarle si sabía cómo continuaban las cosas entre las guitarristas de Wakaba Girls.

—¿Por qué tanto interés en ellas, Akira-chan?

—Porque quiero ser quien borre esa sonrisa de tu cara cada vez que te derrote, pero debes tenerla para poder hacerlo. Así que me aseguro de que tu vida personal esté bien. —Yui miraba confundida a Akira, tanto por lo que acababa de decir, como por lo poco que le entendió.

—Si sigues así de confusa, terminarás sola y amargada toda tu vida, Akira-chan.

—¡Ese no es tu asunto, Hirasawa! Solo responde lo que te pregunté.

—Azu-nyan y Ui llegaron a un acuerdo y se esforzarán por tener una amistad tan fuerte como la de Ricchan y Mio-chan. —La expresión de la pelinegra cambió cuando la castaña mencionó a la bajista.

—¡Yui, tenemos problemas! —exclamó Ritsu, corriendo hacia las guitarristas junto a Mugi.

—¿Qué sucede, chicas?

—Mira esto. —La baterista mostró en su teléfono una foto en donde se veía a Satoru besando a otra persona, cuyos rasgos físicos eran irreconocibles al estar en las sombras.

—¡Eso no puede ser verdad! ¡Debe ser un montaje! ¡Mio-chan no merece que le hagan esto!

—¡Ya lo sé, Yui! Si esto resulta ser verídico, le romperé la cara a Koizumi y le meteré mis baquetas hasta lo más profundo de su intestino grueso.

—¡Ricchan, cuida tu vocabulario! —regañó Mugi.

—¿Mio ya sabe de esto? —preguntó Akira.

—No lo sé. He intentado comunicarme con ella, pero no me contesta. Fui tanto a su residencia como a la de Koizumi y ninguno dio rastros de vida. Estoy preocupada.

—Mio-chan es muy responsable como para faltar a clases —complementó Mugi a las palabras de la baterista—. Iré a buscarla en su facultad.

—Te acompaño, Mugi-chan. —Tanto Yui como la rubia corrieron hacia el edificio.

—Bien. Tengo amigos en el club de fotografía, hablaré con ellos para que averigüen si la foto es un montaje o no.

—Gracias, Akira. Supongo que iré a clase, aunque no creo atender mucho en el estado en el que estoy. —Ritsu suspiró con pesadez. Una parte de ella no quería cree que lo que estaba sucediendo fuese real. "«Yo le soy fiel a una sola persona, y esa persona es Mio». Por tu bien espero que no nos hayas mentido con esas palabras, Koizumi".

Mio y Satoru intentaban estudiar con normalidad, pero tenían la sensación de que los veían de una forma extraña. La noche anterior, luego de ver las estrellas, el joven Koizumi invitó a su novia a la casa de sus padres, quienes los recibieron con mucho agrado. Debido a la hora, debieron quedarse ahí para pasar la noche. En la mañana se quedaron dormidos, por lo que salieron a prisa, logrando llegar sobre el tiempo a la universidad para su primera clase. Por esa razón, no habían visto aquella foto que rondaba por las redes sociales.

Mugi y Yui llegaron minutos antes de que la clase finalizara. Ambas tenían esas horas libres, por eso accedieron a buscar a la bajista y su novio. Una vez que el profesor abandonó el aula, ellas entraron y observaron a todos los que estaban allí.

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