El Reto De Akira

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Con todos sus asuntos personales resueltos, con todas las diferencias echas a un lado, Houkago Tea Time se enfocó en el reto que Akira les había impuesto... Aunque no de la manera en la que Mio esperaba que lo hicieran. Entre las bromas de Ritsu , y el voraz apetito de Yui, quien (como raro) priorizaba comer postres sobre la práctica musical, la tradicional hora del té se extendía hasta a un 80% del tiempo de los ensayos. La pobre bajista se sentía sola, deseando que Azusa, de algún modo, fuese promocionada a la universidad antes de la fecha del reto, suponiendo que ella pondría de su lado a Yui. Aunque no podía negar que ese 20% de verdadero ensayo era bastante fructífero, mostrando el enorme progreso de las "vagas" del grupo.

"Sabía que esto podría pasar. Mugi, en lugar de influenciar a Ritsu, se está dejando llevar y le acolita todas sus locuras. Y Yui sigue sin tomarse en serio a la banda. Todas hemos mejorado, pero Onna Gumi ensayan en serio, dudo poder ganarles en el reto" pensaba mientras cambiaba las cuerdas de Elizabeth en su residencia. A pesar de todo, ese turbulento tiempo le inspiró para nuevas letras de diferentes temas: románticas, de amistad, depresivas... "Seguramente estas depresivas serán rechazadas si las presento, definitivamente no van con el estilo de la banda" pensó guardando esas canciones en un cajón. "Quizás algún día vean la luz, pero no por ahora".

Mientras tanto, Ritsu estaba en la biblioteca. A pesar de que las cosas andaban bien con sus amigas y su novia, le había tomado gusto a estudiar, algo que ni ella misma terminaba de creer. Metida en su lectura, no notó que alguien se acercaba a ella y dejaba un papel doblado en la mesa donde se encontraba. Cuando finalmente lo notó, buscó con la mirada a quien lo puso ahí, pero no vio a nadie.

"Dile a tu amiga que se aleje de MI Satoru, o se atendrá a las consecuencias" leyó en aquel papel, haciéndole temer por la seguridad de Mio.

—No sabía que Mio-chan fuese tan celosa —dijo Mugi, leyendo la nota sobre el hombro de su novia, quien dio un brinco por la sorpresa.

—Esto... no es de Mio —pronunció la baterista, tratando de controlar su respiración.

—¿En serio? ¿Cómo lo sabes, Ricchan?

—Esta no es la letra de Mio. Y eso es lo que más me preocupa... Koizumi va a escucharme. —Sin perder tiempo, Ritsu se dirigió hacia la salida de la universidad para encaminarse a la residencia de Mio, confiando encontrarlos juntos. Mugi la seguía de cerca, aun sin saber a ciencia cierta lo que sucedía. Esa nota le traía mala espina, llegando a temer por la integridad física de su novia y de su amiga.

A pocos metros de la salida, ambas escucharon una conocida voz que las llamaba, lo que, de momento, las tranquilizó un poco.

—¿Puedo saber a dónde van? Tenemos ensayo, ¿recuerdan?

—Precisamente te estábamos buscando, Mio-chan. A ti y a Koizumi-san —respondió Mugi. Mio ladeó su cabeza, confundida por lo que acababa de escuchar, a lo que Ritsu le mostró la nota que había recibido. De inmediato, la bajista tomó su teléfono y le marcó a su novio para preguntarte dónde se encontraba. Una vez obtenida esa información, se puso en marcha, seguida por sus amigas.

Mientras tanto, Yui se encontraba en el salón del club, en espera de sus amigas. Para matar el tiempo, decidió tomar a Guitah y practicar lo que Azusa, mediante las conversaciones por Skype que mantenían una vez por semana, le enseñaba. Durante dichas charlas, la gatita reveló que hizo ensayar en conjunto a Ui y Jun, con la excusa de que mejoraran su coordinación mientras Sumire perfeccionaba sus habilidades en la batería. Si bien, la menor de las Hirasawa protestó, ambas chicas hicieron lo que la líder de Wakaba Girls les dijo que hicieran.

Mio, Ritsu y Mugi entraron en la cafetería en busca de aquel chico de cabello castaño oscuro que estaba cenando en ese sitio, ya que sus habilidades culinarias no eran muy buenas. Al verlo, las tres chicas se acercaron a él.

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