Capítulo 10: Sentimientos desconocidos.

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Salimos a caminar a la plaza que estaba muy cerca de ahí. Nos sentamos en una banca. Todo el viaje fue en silencio hasta que decidí romperlo.

—¿Y por qué no has ido a la preparatoria? —pregunte nerviosa.

—Por problemas.—dijo secamente.

—¿Como qué?—dicho esto note como sus ojos se cristalizaron.

—Familiares.—contesto con la voz quebrada y la mirada agachada.

—Perdón, perdón creo que no debí preguntar eso.—dije con una mano en su hombro.

—No te preocupes.—contesto.

—Pero, ¿es algo malo?—pregunte denuevo.

—Mira Luna, la verdad es...—dijo con la voz quebrada.—La verdadera razon fue por mi padre.—añadio mientras una lágrima le corría por su mejilla.

—¿Qué pas...—iba a preguntar hast que mi celular interrumpió, era Simón. —Perdón es Simón.

*Llamada.

Hola Luna. Necesito hablar contigo.

¡Acabamos de hablar!

Es urgente Luna.

Bueno, ya voy. ¿Donde estas o que?

Estoy en la plaza.

¿En que parte pues? Yo también estoy aquí en la plaza.

En el área de ventas, donde venden flores.

Ok! Voy para allá.

Nos vemos. Te quiero.

*Fin de la llamada

¿Qué diablos le pasa? ¿Cómo se atreve a decirme 'te quiero' después de todo? Pf, a pesar de que creí dejar de haber querido a Simón, me di cuenta de que estaba totalmente confundía, ¿Aún estaba enamorada? No lo sé, pero estoy segura de que lo quiero y lo quiero mucho.

—¿Te vas?—me pregunto Matteo.

—Disculpame, ¿si? ¿O me acompañas?—cuestione con una sonrisa.

—Te acompaño.—contesto riendo.

—¡Vamos!—dicho esto lo tome de la mano y caminamos hacia donde vendían las flores por más que veía y veía no encontraba a Simón.

—¡Luna! Estoy acá.—llamo la atención unavoz a lado mío.

—¡Hola Simón! —dije y no pude evitar abrazarlo. Nos separamos y cuando di vuelta estaba Matteo observandonos.

—Hola.—saludo.

—Hola.—contesto Simón sin dirigirle la mirada.

—¿Y qué era tan urgente?—pregunte.

—Luna... Yo... —dijo tartamudeando, me puse nerviosa pues pensé que quería volver conmigo. Pero con lo que me dijo, no supe si reír o llorar.—Quiero saber....¿De qué flores le gustan a Gis?

—¿Eres idiota?—pregunte molesta y me fui. Matteo me siguió por todo el camino y nos sentamos en el pasto.

—¿Estás bien, Luna?—pregunto Matteo. Mi mirada fulminaba, realmente me molesto la pregunta, ¿me interrumpió solo para eso? ¿En serio?

—Si, estoy bien.—conteste recostandome en el pasto, viendo hacia el cielo.

—¿Todavia sientes algo por Simón, verdad?—me quede helada con su pregunta, no podia negar que seguía sintiendo algo por Simón pero no sabia que era.

—No... Bueno, si. Pero él no.—conteste.

—Debe ser demasiado estúpido como para cambiarte a ti por Gisela.—dijo intentando animarme.

—¿Por? Gisela es... buena, creo.—conteste.

—¿Gisela? ¿Buena? Luna, no me hagas reír. Gisela es aburrida, egocéntrica y luego esta con tu ex-novio. ¿Buena? Por favor.—dijo.

—Quizá tengas razón.

—Yo siempre tengo razón. —dijo y me guiño el ojo.

—Y ahí viene mi chico fresa.—conteste riendo.

—¿Tú chico fresa?—dije sonriendo.

Me puse nerviosa, ni siquiera me había dado cuenta de que le había dicho "Mi chico fresa".

—Dije el chico fresa.—dije y le pegue en el brazo riendo.

Nos miramos por unos segundos si así como un par de enamorados tirados en el suelo en un atardecer. Pasaron unos diez segundos hasta que yo interrumpí aquel silencio en el que nuestras miradas hablaban por nosotros mismos.

—Este...—tosi falsamente.—Ya esta oscureciendo deberíamos irnos.—añadi.

—Si, ya es tarde.—dijo levantándose y alzando su mano para ayudarme.

—Gracias, chico fresa.—conteste tomando su mano y me levantó.

Nos fuimos riendo entre sus platicas. Él tiene algo especial que de verdad me atrapa, sus pláticas, sus risas, pero es un chico fresa, es arrogante, presumido, lindo, tierno y ¡No! ¡Basta Luna! No me puede gustar, ¿Y por qué no?

—Llegamos, Luna.—dijo para cuando entramos.—Gracias por prestarmela, señora.—se despidió y se fue.

—Gusto en conocerte Matteo.—rió.

—Hasta luego.—me dio un beso en la mejilla y se despidió de mamá. Sonreí.

Matteo se fue y al voltearme tenía una sonrisa de oreja a oreja, mis mejillas totalmente sonrojadas y una felicidad notable.

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